El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) desestimó el recurso de apelación del condenado y confirmó la sentencia por la que se impone una pena de 12 años y 3 meses de prisión a un hombre por agredir sexualmente en varias ocasiones a su mujer, con la que comparte tres hijos, durante el confinamiento decretado en marzo de 2020 para hacer frente a la pandemia de COVID-19.

Los hechos probados, juzgados en primera instancia por la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valladolid, señalan que el acusado, E.R.M., casado desde hace 27 años con la víctima, se sometió en el año 2007 a una vasectomía, tras el nacimiento de la tercera hija del matrimonio, y desde entonces pretendió mantener relaciones sexuales con su mujer de manera muy continuada.

Sin embargo, en los dos últimos años, y debido al deterioro de la relación, la pareja dormía separada y la mujer se negó a mantener relaciones sexuales con el acusado, que poco antes de la declaración del estado de alarma fue prejubilado por la empresa para la que trabajaba, por lo que comenzó a permanecer más tiempo en el domicilio familiar, aumentándose este con motivo del confinamiento decretado a partir del 15 de marzo.

Así, a principios del mes de abril de 2020, el hombre requirió una noche a su mujer para que fuera a dormir con él, a lo que esta accedió para evitar situaciones de tensión a sus hijos. Estando la mujer sentada en la cama, completamente vestida, el acusado comentó a tocarla pese a que la mujer le dijo que no quería hacer nada, tratando de zafarse de él. El hombre hizo entonces uso de la fuerza para bajarle el pantalón a su mujer, empujándola sobre la cama y manteniendo relaciones sexuales no consentidas.

Unos días después, mediado el mes de abril, y aprovechando que los hijos mayores del matrimonio no estaban en casa, el acusado se acercó de nuevo a su mujer para decirle que fueran a la habitación a mantener relaciones sexuales, situación que la mujer rechazó. Sin embargo, el acusado volvió a hacer uso de su fuerza para llevarla a la habitación y consumar la relación sexual, pese a la negativa de su pareja, situación que volvió a repetir en la madrugada del 4 de mayo.

Previamente, en la noche del día 3 del mismo mes, la mujer salió a pasear a su perro y fue llamada por teléfono por el acusado, que comenzó a reprocharle su ausencia y, cuando volvió al domicilio, le exigió que le enseñara el móvil. Al no hacerlo, el hombre trató de arrebatárselo por la fuerza y, en el forcejeo, la mujer cayó al suelo. A todo ello se suman aseveraciones del acusado durante los últimos meses, ante la sospecha de que su mujer pudiera tener una relación, señalándole que "esto va a acabar muy mal" o "luego dicen que algunos se cargan a sus mujeres", con el objetivo de amedrentarla. 

Por todo ello, la Audiencia Provincial de Valladolid condenó al hombre a una pena total de 12 años y tres meses de prisión: diez años y seis meses por un delito continuado de agresión sexual, nueve meses por un delito de maltrato y un año por un delito continuado de amenazas. Además, se le impide estar a menos de 500 metros de la mujer y de su domicilio y lugar de trabajo durante diez años, y se le prohíbe como comunicarse con ella por cualquier medio informático, telemático, escrito, verbal o visual.

Esta sentencia, que incluye la imposición al acusado de una condena a la medida de libertad vigilada durante cinco años tras el cumplimiento de la pena de prisión, fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León al desestimar el recurso del acusado, que podrá, no obstante, interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo.