La cantera del Balonmano Soria pide paso

S. Recio
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El conjunto amarillo cumple el objetivo de contar con un filial con el que buscan que la cantera tenga una etapa de transición para llegar al primer equipo

La cantera del Balonmano Soria pide paso - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Mart

El ascenso del Balonmano Soria a División de Plata ha sido solo la primera piedra de la construcción de una estructura que busca consolidar definitivamente a este deporte en la capital en el 25 aniversario del club. A través de la visibilidad que da el primer equipo se busca dar un salto cuantitativo a las categorías inferiores y una de las demandas de Jordi Lluelles era la formación de un equipo filial que esta temporada toma forma.

A las órdenes de Eduardo Gallego, su segundo entrenador la temporada pasada, este equipo ya compite en la Segunda Nacional de La Rioja, «llevábamos mucho tiempo hablando de este proyecto, era muy necesario para que la formación tuviese un equipo intermedio entre el absoluto y su etapa juvenil», asegura el técnico. Con 13 jugadores en edad senior y los mejores juveniles de la cantera, el BM Soria se hace grande a través de su cantera. Con ella esperan conseguir en unos años que esos adolescentes que debían abandonar el club por no contar con una plaza en el exigente primer equipo, acaben vistiendo durante muchos años la camiseta amarilla.

El Grupo. Cuando en el verano se decidía dar un paso definitivo en la creación del filial del Balonmano Soria, era vital decidir cómo se quería la plantilla y establecer unas nociones claras de trabajo. Había que decidir si se debía apostar solo por la juventud o si sería necesario aportar otros valores, «lo importante era tener la gente suficiente porque la prioridad es que los juveniles tuviesen el equipo», recuerda Eduardo Gallego.

El trabajo va coordinado con los planes de Jordi Lluelles, «hablamos habitualmente y tenemos reuniones periódicas, al fin y al cabo lo importante es que los jugadores estén preparados para dar el salto». De hecho, cuatro juveniles entrenan habitualmente con el primer equipo, «Saúl de Miguel, Víctor Sanz, Manuel Lafuente y Marcos García, alternan las semanas con nosotros y la División de Plata, aunque la preparación es con ellos, los partidos los juegan con nosotros».

Para conseguir que esa adaptación sea rápida y sin traumas, todas las categorías inferiores comparten el estilo de juego que practica el Balonmano Soria en División de Plata, «realizamos el mismo ataque y la misma defensa, los preparamos para que tengan claro que si quieren estar arriba esta es la forma que tiene de jugar el club y en eso deben enfocar el día a día». El resultado es lo de menos, «tenemos claro que si trabajamos bien los resultados llegarán». La adaptación a la Segunda Nacional de La Rioja no está siendo sencilla pero a largo plazo las expectativas son altas.

Físico. El gran problema de los jugadores juveniles del Balonmano Soria era que pasaban de jugar con chavales de 17 años a rivales veteranos, «gente más fuerte, más mayor y con más experiencia que ponía en aprietos a estos chicos». El cambio ya es grande pero si a eso le añadimos el ingrediente de la categoría nacional, la transición era demasiado exigente, «no estaban preparados para un cambio tan grande», reconoce Eduardo Gallego.

El trabajo del filial va encaminado a que se adapten a ese cambio en una categoría más baja y sin la exigencia de lograr buenos resultados, «el ritmo no tiene nada que ver y el desgaste físico es mucho más grande, por eso es importante que aprendan esto cuanto antes».

Los entrenamiento son ahora muy exigentes, «trabajamos a toda la pista priorizando la preparación física», analiza, «lo hacemos con tres sesiones a la semana en las que queremos que sean rápidos y fuertes, que puedan ejercer una defensa intensa durante un partido completo y que después tengan capacidad para correr el contraataque». Con una fórmula calcada al equipo de Jordi Lluelles, el Equipo 'B 'del Balonmano Soria ya es un surtidor de jugadores jóvenes para que en el futuro la aventura amarilla en la División de Plata no dependa solo de fichajes, sino de promesas en ciernes que hayan mamado esa filosofía desde edades muy tempranas.