Dron, un aliado de la topografía

Henar Macho
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Raúl Gamarra introduce esta herramienta aérea en sus mediciones abriendo camino a su aplicación en esta disciplina en Soria

Dron, un aliado de la topografía - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

El dron ha llegado para revolucionar y asentarse en disciplinas profesionales tan diversas como la construcción, la ingeniería, la viticultura o la topografía. Un giro tecnológico que viene a complementar, no a sustituir, las técnicas tradicionales, al menos en el campo de la topografía, donde profesionales como el adnamantino Raúl Gamarra recuerdan que los drones serán clave en las empresas a partir de ahora para mejorar la productividad de sus proyectos. «Es un aparato más. Se empezó con los teodolitos, vinieron las estaciones totales, los GPS... y ahora el dron, una herramienta más de la topografía», recuerda Gamarra, que es topógrafo y piloto de dron y se encarga de sobrevolar y medir superficies, procesar y escanear datos, y analizar y gestionar proyectos por toda la provincia. 

Aunque su experiencia en la primera de las materias supera los 20 años, sobre todo en el sector de la construcción civil por cuenta ajena, en estos últimos meses es cuando se ha decidido a incorporar las nuevas tecnologías de aviación a su trabajo como topógrafo autónomo y no puede estar más satisfecho, consciente de su potencial. «Lo he hecho, más que nada, por actualizarme, porque lo podría hacer con la estación total y el gps, pero de aquí a dos años, igual sólo quieren esta tecnología las empresas».

Además, su proyecto ha recibido el apoyo de Adema, el grupo de acción local que recibía esta semana la tercera asignación de fondos públicos del Programa Leader 2014-2020, de 698.839 euros correspondiente al 20% del total con el que fue dotada para llevar a cabo su estrategia de desarrollo de proyectos productivos, como este, y no productivos. 

IMPLEMENTACIÓN. El proyecto de Gamarra ha supuesto una inversión de algo más de 1.000 euros pero asegura que lo que reportará en su trabajo a partir de ahora, vale mucho más. Con estos pequeños vehículos aéreos, en topografía es posible llevar a cabo levantamientos de la misma calidad que utilizando instrumentos y técnicas tradicionales para la recopilación de medidas de alta precisión, pero en mucho menos tiempo. Ello conlleva que se reduzcan costes y volumen de trabajo de campo. Incluso, facilitar el trabajo al resto de profesionales ya que no necesita paralizar las obras o cerrar vías. «Por ejemplo, puedo tardar una semana en recopilar los datos de 1000 hectáreas. En cambio, se tarda solo un día en sobrevolar con un dron entre 500 y 1000 hectáreas, dependiendo de los accesos y orografía del terreno», explica. 

El Día de Soria acompaña a este topógrafo en un día rutinario de trabajo al que ahora se ha sumado el dron, en el entorno de un parque eólico en Momblona. Para comprobar el funcionamiento de esta tecnología puntera y su implementación al campo de la topografía se ha elegido uno de los pocos días de octubre de cielos despejados y de escaso viento, ya que las condiciones meteorológicas afectan significativamente al aparato. «La climatología influye en el trabajo final. Para poder volar el dron tiene que ser un día que no haya agua ni nieblas y poco viento», puntualiza Gamarra, que se muestra muy prudente ante el vuelo de su herramienta, un Mavic Air 2, de 950 gramos de peso, pero al que advierte que no hay que perder de vista ya que si se cae, «puede hacer mucho daño, sobre todo una aeronave tripulada». El topógrafo explica que durante su formación como piloto de dron, en lo que más se insistió fue en la seguridad aérea. Su dron puede alcanzar los 120 metros de altura aunque durante la demostración, que controla desde un mando conectado a una tablet, lo sube a 80 metros.

Ante el auge de esta nueva tecnología puntera, Gamarra recuerda que el vuelo de los drones es una actividad muy controlada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) y él ha necesitado contratar seguros a terceros. Para hacernos una idea de la vigilancia que existe en torno a los drones, el topógrafo señala la pequeña placa identificativa en la parte inferior del dron, «si viene la Guardia Civil y no la tengo puesta, son 600 euros de sanción», y recuerda que en núcleos urbanos no está permitido el vuelo. Cuando es necesario obtener permiso, por ejemplo, en las inmediaciones de una estación depuradora, hay que solicitarlos con, al menos, 48 horas de antelación. 

Entre otras virtudes, ahora es posible sobrevolar fácilmente y con seguridad zonas que antes eran inaccesibles o muy peligrosas, como superficies escarpadas o que sufran desprendimientos habituales. Además, cabe mencionar que los drones suponen un gran avance para la obtención de más datos y más precisos, y se obtiene un importante número de puntos para cubicar con exactitud. Gamarra nos muestra el resultado en el ordenador, es decir, la representación de todos esos datos captados sobre el terreno en diferentes formatos: ortofotos, curvas de nivel, nubes de puntos, cartografía en 3D... La ortofotografía aérea permite generar una representación detallada de la extensión de terreno, sin errores ni deformaciones, e igual de válida que un plano cartográfico.

Así se obtienen rápidamente imágenes de alta resolución y georreferenciadas que se procesan en el ordenador con programas específicos. «La fotogrametría consigue producir modelos de gran precisión y detalle y los datos y recreaciones en 3D se transfieren a los ingenieros y constructores para que puedan trabajar», comenta mientras abre otro de los proyectos en los que está inmerso, en este caso, sobre elementos patrimoniales. «También se puede hacer un plano digital en vertical, de una muralla o de una atalaya , una iglesia...», y detalla que aplicaciones, hay muchas: «Se puede medir los acopios de canteras, ya que es complicado cubicar de forma exacta y la ventaja que tiene el dron es que saca muchísimos puntos y así la medición es bastante más exacta. También para el seguimiento de una obra, se hacen fotos aéreas y se puede ver periódicamente el progreso. Estuve trabajando en el tramo de la autovía de San Esteban de Gormaz a Langa así que se puede aplicar a comunicaciones, y grandes obras de ingeniería, hidráulicas, canalizaciones... También se puede ver si se ha talado más de lo debido en trabajos forestales, o añadir una cámara térmica al dron para hacer un seguimiento de la fauna salvaje», detalla.

sector. A pesar de todas las innovaciones tecnológicas, el sector de la topografía tanto en Soria como en el resto de la comunidad y el país, no vive su mejor momento, por la falta de nuevas generaciones de profesionales que hacen peligrar la supervivencia de los estudios de Grado en las universidades, algunos de ellos, ya extintos.

Más detalladamente, según los datos del Colegio Oficial de Ingeniería Geomática y Topografía (COIGT), en Soria están en activo 8 profesionales, la mitad de ellos por cuenta ajena y la otra mitad por cuenta propia, repartidos entre la capital (4) y Almazán, San Leonardo de Yagüe, Cabrejas del Pinar y Garray. No son cifras excepcionales, ya que «en la mayoría de las provincias hay entre 10 y 15 profesionales en activo, aunque Valladolid y León concentran a un mayor número por tener más población o por contar con las escuelas universitarias», subraya el delegado territorial del COIGT, Íñigo García. En toda la comunidad, hay 225 profesionales colegiados y a nivel nacional, 4.000. A pesar de ello, el responsable regional destaca que esta formación tiene «amplias salidas profesionales y la sociedad lo está demandando» y advierte de que las dos únicas escuelas que ofertan estos estudios, ubicadas en Ávila (Universidad de Salamanca) y Ponferrada (Universidad de León), podrían seguir el camino de los centros de Lugo y Vitoria, y desaparecer, debido a la falta de estudiantes.