La pandemia activa el interés por el medio rural de Soria

Nuria Zaragoza
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El presidente de la Diputación apunta a dos motivos, los jubilados que han alargado su estancia en los pueblos y los nuevos pobladores

La pandemia activa el interés por el medio rural de Soria - Foto: Eugenio Gutierrez M

El éxodo al revés:de la ciudad al campo. El temor ante un nuevo confinamiento, el miedo al contagio, la crisis económica, el cambio en las preferencias de vida, la explosión del teletrabajo... han impulsado en los últimos meses la mudanza hacia zonas rurales. 

Es una tendencia al alza en todo España, y también en Soria. Las búsquedas de fincas rústicas y viviendas en pueblos se han disparado. Lo atestiguan los datos de portales especializados como Fotocasa, Idealista, Aldeas Abandonadas... En Soria, los ayuntamientos reciben a diario decenas de llamadas de familias en busca de nuevas opciones de vivienda y empleo. 

 La pandemia se ha convertido en la excusa perfecta para huir del asfalto. También, en lo que puede considerarse un punto de inflexión en la repoblación de la ‘Soria Vaciada’.

184 habitantes, en positivo. No ha sido un éxodo masivo ni tampoco homogéneo pero, al menos, se atisba un tímido aumento generalizado que, en algunas zonas, se hace aún más notable. Es el caso de Almarza, donde en el último año su padrón ha registrado 87 altas. Su alcaldesa, Ascensión Pérez, se muestra prudente y  reconoce que el padrón es un documento vivo y cambiante. No obstante admite su alegría por la llegada de nuevos pobladores, que «nunca antes» fue tan numerosa en un corto espacio de tiempo. 

Resulta complicado poner datos exactos a esta tendencia. No obstante, varios indicadores pueden ayudar a cuantificar este regreso a la naturaleza. El último padrón de Soria a 1 de enero de 2021 sitúa en 88.658 la población de la provincia. Son 226 menos empadronados que los que había un año antes (88.884) pero, si tenemos en cuenta que en el año de la pandemia el exceso de mortalidad superó las 400 personas, la conclusión es clara:son más los que han llegado que los que se han ido. 

8.000 PACIENTES DESPLAZADOS. Otro de los datos que pueden ayudar a evaluar el aumento de la población rural es el acceso a la sanidad pública.  Es difícil discernir cuántas altas corresponden realmente a nuevos pobladores, pero sí se puede saber el número de pacientes  que se han desplazado desde otras Comunidades Autónomas porque, supuestamente, viven en Soria. «El 24 de junio que es cuando pudo empezar a venir la gente, había 857 tarjetas de desplazados en Soria. En agosto llegamos a 8.300 y en noviembre continuaban aquí 3.630 desplazados. Se notó una disminución pero en enero seguían 1.981 y esta semana estamos en 1.831, el doble de pacientes desplazados que cuando acabó el confinamiento», resume la directora médica de Atención Primaria, Ana Tabernero.

La responsable sanitaria reconoce que los desplazados tiene una dinámica y unas características propias:«La gente joven que está en activo se concentra en julio y agosto, pero la gente jubilada tiene otra dinámica, vienen en Semana Santa y se quedan hasta noviembre, que son los Santos. Se vacunan de la gripe y, luego, ya se van. Es la dinámica habitual pero es cierto que este año se notó que, después de noviembre, mucha gente de los jubilados se quedaron, alargaron su estancia y, de hecho, en Navidades estábamos por encima de los habituales en cuanto a desplazados». «La gente se quedó por si había otro confinamiento, porque vieron los beneficios del confinamiento en los pueblos», justifica. 

En cuanto a las altas de pobladores nueva que se ha asentado en los pueblos, admite que no hay datos concretos pero sí sensaciones en los centros de salud. Ella misma, que hasta hace unos meses era médica en Almazán, detectó un aumentó del padrón en algunos pueblos de la zona. 

Otro reflejo de este fenómeno se podría apreciar en la escolarización. La Delegación no ofrece datos por zonas, si bien se aprecia un leve incremento este curso escolar en Educación Infantil (de2.712 alumnos el curso anterior a 2.774 este año) y en Educación Primaria (de 4.512 a 4.553).

Es complicado en estos momentos concretar dónde se han asentado esos nuevos pobladores porque el INE no facilita todavía el padrón individualizado de cada uno de los 183 municipios de Soria a 1 de enero de 2021. No obstante, sí permite consultar el porcentaje de población por tamaño de municipio, y la estadística evidencia que han ganado habitantes los pueblos más pequeños (de menos de cien habitantes, de 101 a 500 habitantes y de 501 a 1.000 habitantes), mientras que la población en los núcleos más grandes ha descendido levemente. 

«INNEGABLE QUE HAY MÁS VIDA». La tendencia no ha sido equilibrada, pero sí generalizada. «Es innegable que hay más vida en los pueblos y lo dicen todos los alcaldes. Este año todos los pueblos han tenido vida  durante todo el año cuando, en otros ejercicios, había varios meses que estaban prácticamente vacíos, sin nadie», apunta el presidente de la Diputación, Benito Serrano, quien se apoya también en los datos de suministro de agua, de recogida de basuras... para justificar su afirmación. 

Sirvan algunas cifras para evidenciar esta tendencia:las consultas en la Diputación se han disparado de las 11.754 en 2019 a las 25.398 en 2020. En cuanto a la recogida de residuos, el año pasado se recogieron en total 16,9 millones de kilos. Son 610.000 menos que un año antes pero hay que tener en cuenta que no hubo ni fiestas, ni celebraciones, ni apenas turismo, por lo que los datos dejan en evidencia un claro aumento de población rural desde que se levantó el confinamiento.

jubilados y nuevos habitantes.  Serrano tiene claro que la pandemia ha marcado un antes y un después y apunta a dos motivos para justificar este aumento de población en el medio rural soriano. Por un lado, gente que tiene una casa en un pueblo de Soria y que, cuando se levantó el confinamiento, decidió convertir esa segunda vivienda en primera. Ese perfil es, sobre todo, concreta, de «personas jubiladas que antes pasaban unos meses aquí y, ahora, han alargado la estancia o, incluso, ni se han ido y siguen aquí». «A partir de ahí», se ha dado un segundo fenómeno: «Hemos empezado a notar que la gente ha decidido buscar casas en los pueblos y abandonar los núcleos más poblados». En este caso, apunta, ha supuesto un impulso definitivo «la transformación del uso de los medios digitales» que ha traído consigo la pandemia. «En un año se ha desarrollado el teletrabajo lo que en otras condiciones habría tardado 10-15 años», considera Benito. Y, en este escenario, «los pueblos con buena conectividad han demostrado una clara atracción de los denominados nómadas tecnológicos», frente a los que no tienen ni banda ancha ni fibra óptica, que «tienen menos oportunidades» de atracción, asume.

CONECTIVIDAD, VIVIENDA... Precisamente por ello, el presidente del ‘ayuntamiento de ayuntamientos’ tiene claro por donde hay que trabajar para aprovechar el tirón que ha supuesto la pandemia en la lucha contra la despoblación. En primer lugar, conectividad, bajo el objetivo de que «el 100% del territorio esté conectado, no el 70-80% de la población, el 100% de los pueblos». También, en vivienda, para lo que la Diputación ha impulsado diferentes líneas de ayuda para la rehabilitación. Y, sobre todo, apoyo al emprendimiento (se han presentado 58 peticiones), a los alquileres, y acceso a servicios básicos en los pueblos. Porque, «si no tiene servicios, no habrá ningún pueblo que tenga futuro», asume como lema. 

En esta línea, insiste en que desde la Diputación se va a trabajar por no dejar a ningún pueblo atrás, independientemente del número de habitantes. «Hay que dar servicio aunque sean seis habitantes, porque así quizá mañana serán doce y pasado 20. Si por ser seis no hacemos nada, pues mañana serán cero», justifica. En este sentido, recuerda las tiendas multiservicios abiertas en diez municipios. 

Desde su punto de vista, en el proyecto de atracción de población hace falta un cambio de mentalidad para «vender nuestras bondades» pero, también, para ser reivindicativos y que «el dinero de los fondos para la despoblación llegue realmente a los terrenos despoblados, como Soria». «Me preocupa el cambio de criterio en el reparto de los fondos, porque ahora dicen que van a dejar entrar a los municipios que han perdido el 1% de población desde 2007 hasta 2017 en lugar de tener menos de doce habitantes por kilómetro cuadrado, y ahí puede entrar hasta Madrid», recrimina Benito, quien insiste en que «la situación no es la misma» y, por tanto, el reparto de fondos tampoco debe serlo. 

(Reportaje completo en la versión impresa)