Unión de academias por una actividad esencial

A.P.Latorre
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Academias de Castilla y León se han unido a Aclacen, la nueva asociación creada en marzo que traslada a la Junta sus principales reivindicaciones y lucha por la viabilidad de un sector que está sufriendo las consecuencias de las limitaciones

Unión de academias por una actividad esencial

Al inicio de la pandemia, en el mes de marzo, se impulsó la creación de la  Asociación de Castilla y León de Academias de Enseñanza (Aclacen) por parte de 60 centros de todo tipo (apoyo y refuerzo, idiomas, informática, oposiciones, infantiles...) de las nueve provincias para «dar visibilidad al sector y hacer más fuerza en un momento idóneo» por la crisis sanitaria. La representante en Soria, Ana María Ruiz Pereda, cree que el trabajo que comenzó a realizarse «en plena pandemia» ya está dando sus frutos y, sobre todo, está teniendo bastante eco para reivindicar su actividad como «esencial». 

Los representantes de la asociación se han reunido recientemente con los directores generales de Trabajo y de Economía Social y Autónomos de la Junta de Castilla y León, José Antonio Bartolomé y Juan Pablo Izquierdo, respectivamente, para exponerles la situación y conseguir ese reconocimiento de centros que abrieron sus puertas en octubre, como los colegios e institutos. El próximo encuentro será con la Consejería de Educación para buscar una posible solución a distintos problemas con los que tienen que lidiar a diario. 

dificultades. Al no considerarse oficialmente una actividad esencial, surgen dificultades importantes, como la reducción del aforo, que actualmente se establece en un tercio en Castilla y León. «Somos la única comunidad junto a Aragón que estamos así. Las demás, las que no están ya al 100% lo están al 75% y las que menos al 50%. Es un agravio comparativo respecto a otros sectores, porque después de no abrir desde marzo hasta octubre es como si nos hubieran cerrado» desde que comenzó la pandemia, explica la representante de Aclacen en Soria. 

El aforo «ya de por sí es reducido» en estos centros, que ofrecen más personalización con poco alumnado, pero ahora «con la limitación hay más gastos (calefacción, principalmente), más horas, más trabajo y menos beneficios, si es que los hay, porque se están produciendo muchos cierres». Las limitaciones afectan también al mantenimiento del empleo. «Somos un sector que, a grosso modo, movemos alrededor  3.200 familias en Castilla y León. Entre autónomos, personal docente y administrativo; además del trabajo indirecto a editoriales, librerías…», alerta Ana María Ruiz Pereda. 

La mayoría de centros se tuvieron que acoger a un ERTE desde marzo y hasta que comenzó la actividad, pero algunos todavía continúan. Están en contra, igualmente, de que se pueda subir el IVAal 21%.

 «En ningún momento al sector de la enseñanza no reglada se nos ha dado ningún tipo de ayuda directa, solo más créditos y ayudas para comprar gel y EPIs», denuncia. «Si estamos trabajando al 30%, nuestros impuestos también tendrán que ser a un tercio», sentencia la representante en Soria preocupada por el futuro del sector y reclamando apoyo.

reconocimiento. Otra gran ayuda para ellos sería el «reconocimiento» a la labor de las academias, ya que «contribuimos a que Castilla y León aparezca como la comunidad con nivel educativo más alto. Somos una parte importante de la educación». No están de acuerdo con el aprobado general de final del curso pasado y esperan «que no se perpetúe en el tiempo porque promueve la falta de aspiraciones». Tampoco les gustaron las declaraciones de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, sobre que no llevaría a sus hijos a academias durante la pandemia, aunque «después se retractó porque recibió muchas críticas». 

Por otro lado, el sector lucha contra la competencia desleal, porque «sigue habiendo familias que llevan a los niños a casa de profesores o van los docentes a casa sin cumplir ningún tipo de normativa y sin pagar seguros sociales ni contribuir. Hay una economía sumergida impresionante en este sector». «Nosotros cumplimos todas las normas y, además, estamos sujetos a numerosas inspecciones (trabajo, sanidad, consumo, hacienda…)», denuncia.  

El sector se renueva constantemente y al inicio de la pandemia en  los centros se hizo «un esfuerzo importante» para adaptarse a la enseñanza online y apoyar a los alumnos. Y es que los responsables de academias son «todoterreno» y están continuamente actualizándose y haciendo cursos de capacitación. «Estamos peleando contra viento y marea desde el mes de marzo», concluye la representante en Soria de Aclacen.