El camino del Samurái

Sara Borondo
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El último juego exclusivo de PS4 trae una gran epopeya con una magnífica ambientación en el Japón feudal

Sucker Punch nunca ha recibido el reconocimiento que merecen sus juegos. Los de la serie Infamous son buenos y presentan unos mundos bien construidos, pero nunca se les ha considerado entre las grandes obras, tal vez por comparación con otros estudios de Sony que son titanes como Santa Monica o Naughty Dog, y porque sus trabajos no llegan a ser producciones tan costosas. Es cierto que no suponen una revolución, pero están muy bien desarrollados y consiguen que el jugador viva aventuras divertidas. 

El estudio se va superando en cada juego y con Ghost of Tsushima  ha dado un golpe sobre la mesa sumando a esa excelente manufactura habitual una ambientación -cuidada con mimo- en el Japón del siglo XIII, cuando los mongoles intentaron invadir las islas, empezando por la de Tsushima, con el desembarco de unos 8.000 soldados mongoles, chinos y coreanos a los que intentaron inútilmente hacer frente  80 samuráis. 

El juego comienza con esta batalla, de la que sobrevive el joven samurái Jin Sakai, quien tiene muy arraigados los valores de su familia y de los samuráis, pero a lo largo del juego deberá enfrentarse al pueblo invasor reclutando un grupo de aliados para que le ayuden, además de  aprender a pelear desde las sombras mediante el sigilo y a convertirse en un fantasma, algo contrario al honor que rige la vida japonesa. Aunque el sigilo es una parte importante del juego, el combate transmite muy buenas sensaciones, hay dos tipos de golpes más bloqueo y esquiva con contraataque (con un timing muy exigente), y a los enemigos con mucha defensa hay que rompérsela para dañarles. La vida baja rápidamente con cada golpe recibido, pero Sakai puede curarse con la barra de determinación, que se rellena atacando a su vez. Además, hay una opción parecida al duelo para atacar en el momento exacto a un enemigo que se acerca y que tiene un resultado muy vistoso. 

Resulta curioso que haya sido un estudio estadounidense el que haya creado el juego que se ambienta en el Japón medieval con más cariño y atención al detalle. Los paisajes de la isla de Tsushima son bellísimos. Ghost of Tsushima recuerda visualmente a las obras de los grandes directores de cine japoneses. Las animaciones de Sakai revelan su valor y su determinación y le confieren una fuerte personalidad. 

Con el modo foto se pueden obtener preciosas estampas y el estudio, consciente de la belleza de estas imágenes, da también la posibilidad de jugar en blanco y negro. Además de muy hermoso, el mundo abierto de Ghots of Tsushima es atractivo para explorar. Inicialmente todo está cubierto por una niebla y hay que ir descubriendo cada zona, aunque -en un toque poético- el viento va indicando el camino de las misiones. 

Hay pequeños detalles que van llamando la atención del jugador para irle guiando, y merece la pena ir descubriendo todo los detalles de la isla. No es un mundo muy grande, pero sí uno de los más atractivos de los últimos tiempos. Con todo ello, Sucker Punch ha logrado una ambientación magnífica que supone un manera perfecta de despedir los juegos exclusivos de PlayStation 4 mientras llega, a finales de año, la siguiente consola de Sony.