Los proyectos para repoblar Soria no frenan la sangría

EDS
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Los pueblos han perdido 8.000 habitantes en dos décadas. Los proyectos de atracción no han logrado contrarrestar este dato pero sí rejuvenecer el censo de algunos pueblos

Los proyectos para repoblar Soria no frenan la sangría

Abraza la Tierra, Nuevos Senderos, la Asociación contra la despoblación rural, Volveralpueblo, VertEbro, Serranía Celtibérica, Yorepueblo, el programa Visar del Gobierno, el Pasaporte de Vuelta de la Junta, el Plan Soria  (con medidas  específicamente demográficas), Presura, Arraigo, Holapueblo... Desde principios de siglo, decenas de iniciativas públicas y privadas han tratado de fijar población y atraer nuevos habitantes a los pueblos de Soria. Cada proyecto tiene su estrategia y mecanismo, pero todos comparten objetivo:plantar cara al fenómeno de la despoblación, devolver la vida al medio rural, rejuvenecer el censo, demostrar que hay opciones de futuro, poner en valor lo rural. Pero, ¿qué efecto real han tenido estos proyectos sobre el territorio? ¿Cuál era y es la realidad de los pueblos?

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 1999 Soria tenía 91.252 habitantes, de los que 57.207 estaban empadronados en un pueblo. En 2019, la provincia contaba con 88.636 habitantes, 49.238 en el medio rural. Esto supone que en las últimas dos décadas los pueblos de Soria han perdido cerca de 8.000 habitantes. De media, 14 habitantes por cada cien que tenían; aunque hay pueblos que han llegado a extraviar al 70% de su padrón. 

Este éxodo rural ha tenido su efecto inverso en la capital, que ha ganado más de 5.000 habitantes. También, en los pueblos del alfoz y en los pueblos cabecera de comarca. Esto explica que, de los 183 municipios de Soria, solo 19 han conseguido ganar habitantes.  Golmayo, con un incremento del 309%, y Garray, del 90%,  lideran la lista de afortunados. Su cercanía a la ciudad y el desarrollo de nuevas urbanizaciones justifican el dato. Mención especial merece el caso de Ausejo de laSierra, donde su censo ha crecido un 65%. Pero allí el secreto es otro, y está en Fuentelfresno. 

Estos 19 son la excepción. La cara amable de esta lucha. Porque todos los demás (164 pueblos) han perdido población o, en el mejor de los casos,  mantenido. De hecho, una treintena ha extraviado en veinte años más habitantes de los que hoy conserva. 

reto:revertir la pirámide. Los pueblos se vacían y los núcleos pequeños cada vez son más pequeños:en 1999 había 85 municipios de menos de 100 habitantes yahora son 117. También, más envejecidos. Casi tres de cada diez habitantes supera los 65 años. Existe además un gran desequilibrio de género entre los pocos jóvenes que quedan. Son más las mujeres que emigran, lo que supone un freno a la natalidad. 

La despoblación amenaza con dejar más de un tercio de pueblos vacíos a medio plazo. Pero, además, hay un dato que no debe pasar desapercibido, porque nadie ignora ya que los censos rurales están hinchados. Muchos de los que figuran como empadronados no viven realmente allí.  

Frenar un fenómeno que arrancó hace más de medio siglo y encontrar la fórmula perfecta para conseguir equilibrar la balanza entre los que mueren y los que nacen, los que se van y los que se quedan, no resulta fácil. La España deshabitada se ha movilizado ahora para exigir medidas y políticas que permitan revertir esta situación, pero en Soria hace tiempo que se trabaja en ello... 

abraza la tierra. Algunos pueblos, como Arenillas, tomaron la iniciativa ya en los años 80 ofreciendo vivienda y empleo a nuevos pobladores. Pero, como proyecto provincial, Abraza la Tierra fue en 2004 el precursor en la búsqueda de soluciones prácticas ante la despoblación.

En síntesis, este proyecto de cooperación interterritorial planteaba la creación de una red de oficinas de acogida de nuevos pobladores en cada comarca. Desde allí se conectaba a las personas interesadas en trasladarse a un pueblo con los pueblos interesados en acoger a nuevos vecinos, tratando de conjugar las necesidades y expectativas de los emprendedores con los recursos disponibles de los pueblos. La novedad era que, por primera vez, ese proceso se hacía de forma ordenada y profesional, tutorizado por un técnico especialista que se encargaba de guiar, asesorar y acompañar todo el proceso, desde la llamada inicial pidiendo información hasta el seguimiento una vez trasladada la familia.   

Abraza la Tierra empezó en 2004  en Soria en los cuatro grupos de acción local (en total, eran 18). Proynerso y Asopiva se descolgaron a los cuatro años, y Adema y Tierras Sorianas del Cid decidieron continuar, hasta hoy en día. Ambos grupos siguen trabajando al amparo de Abraza la Tierra, si bien con algunos cambios respecto de aquella idea inicial ya que, ahora, no hay aportación económica. 

«En 2010 tuvo lugar la constitución como fundación y desde 2013 no contamos con financiación, de modo que ahora lo hacemos pero casi como un voluntariado», apunta la coordinadora de la Fundación Abraza la Tierra, Eva María González, quien insiste no obstante en que el proyecto sigue siendo fiel a sus orígenes, a su «filosofía». En definitiva, insiste, ni se pretendía ni se pretende un efecto llamada en bloque. Se trata de que quien apueste por vivir en un pueblo lo haga con un «proyecto de vida», con perspectiva de futuro. «Finalmente, la gente que se ha instalado en los pueblos ha sido por dos cosas, porque se adaptan a puestos de trabajo que existen en la zona y que los locales no quieren ocupar, o porque son personas con una idea de negocio muy clara, emprendedores. En los últimos años, también, profesionales liberados que buscan vivir en un pueblo y, con conexión a internet, pueden hacerlo», concreta la coordinadora. No hay datos actualizados de los resultados conseguidos porque los esfuerzos se centran ahora en los procesos de acogida y no en las estadísticas pero, tomando como referencia el periodo 2007-2014, se observa el efecto que Abraza la Tierra tuvo en la provincia: «En Adema se instalaron 56 familias, 92 personas, en esos siete años; y en Tierras Sorianas del Cid fueron 61 familias, 96 personas». No obstante, recalca, «en Adema se tramitaron 1.472 solicitudes y se realizaron 448 entrevistas, y en Tierras Sorianas del Cid se registraron 884 fichas de solicitud y 177 entrevistas», lo que evidencia el arduo trabajo que hay detrás de cada proceso y la dificultad de concluir con un éxito una acogida. Cabe recordar que es «totalmente gratuito» para las partes. 

tierras sorianas del cid. «Seguimos haciendo ese trabajo callado de hablar con la gente que ve opciones para asentarse o plantear una forma de vida en el medio rural», asegura el gerente de Tierras Sorianas del Cid, Javier Martín, para quien Abraza la Tierra marcó «un antes y un después». A su juicio, Abraza la Tierra quizá se «adelantó a su tiempo» en el sentido de que no se contaba con las herramientas actuales que permiten una repercusión mayor y hubo que trabajar mucho el «cambio de mentalidad» hacia lo rural. No obstante, felicita, «generó el caldo de cultivo».

caravana de oportunidades. Hoy, «es un goteo que no para. Continuamente estamos en contacto con gente que solicita información, referencias...», afirma el gerente, al tiempo que recuerda que , desde los grupos de acción local sorianos se siguen planteando nuevas acciones, como la Caravana de Oportunidades,  una iniciativa que propone tres itinerarios por la provincia diseñados especialmente para las personas emprendedoras, para conocer in situ lo que ofrece este territorio.

adema. «Ya no hay una persona específicamente encargada del proyecto pero se siguen atendiendo y asesorando todas las llamadas que se reciben», apunta la gerente de Adema, Marisa Muñoz, quien repara no obstante que en los últimos años se ha detectado que llaman muchas personas que «vienen sin medio de vida y buscan aquí trabajo», un perfil que, insiste, no encaja en la filosofía del proyecto, que plantea la búsqueda de personas que «vienen con un proyecto de vida para permanecer». En este sentido, admite, mucho del trabajo que se realiza consiste en informar, contextualizar a los interesados y que pongan «los pies en la tierra». «A los más interesados se les envía un cuestionario para ver el negocio que quieren poner en marcha y asesorarles».

 El asesoramiento, recuerda, va desde ayudarle a buscar ayudas, si hay negocios similares en la zona... hasta ayudarle a encontrar vivienda, colegio, tramitar empadronamiento... 

ARRAIGO. El proyecto Arraigo nació en Soria en 2017 para dar soluciones al problema de la despoblación y el envejecimiento de los pueblos. Aunque la idea inicial iba dirigida a ayudar a los urbanitas a localizar una segunda vivienda en un pueblo, el desarrollo del proyectó obligó a dar entrada a nuevos perfiles y dirigirse a «primeras residencias, familias con hijos que se empadronan y gente con talento que se quiere enraizar en la provincia». En síntesis, Arraigo conecta tres aspectos:nuevos pobladores (personas interesadas en vivir en un pueblo), pueblos (contando con los ayuntamientos, los propietarios de viviendas susceptibles de alquilar/vender, los vecinos que van a hacer la acogida) y, desde hace un tiempo, han sumado también a empresas (ofertas de empleo). Conociendo las necesidades y demandas de cada uno, tratan de encajar el ‘puzzle’. 

Desde su puesta en marcha han conseguido «107 personas empadronadas en diferentes pueblos de Soria», estima el director de Arraigo, Enrique Martínez. De estas, se mantiene el seguimiento con unas 85, «de las que la mitad son niños», subraya. A estos datos habría que sumar la repoblación «indirecta» (personas con las que se ha hecho el contacto pero luego se han instalado por su propia cuenta), así como aquellos que funcionan al margen del proyecto. Desde Arraigo están satisfechos con los resultados, máxime cuando se dispone de una base de datos de más de 600 familias buscando pueblo, si bien se han visto obligados a parar el proyecto en Soria ante la falta de financiación. A pesar de ello, la propia «inercia» ya generada ha hecho que sigan llegando familias a Soria, destaca Martínez. 

HOLAPUEBLO. Es el último proyecto que se ha presentado en Soria. Se trata de un «proyecto piloto de innovación social» liderado por Red Eléctrica de España (REE) y AlmaNatura que pretende repoblar las zonas vaciadas de la provincia de Soria a través de pobladores interesados en desarrollar una idea empresarial. Berlanga, Vinuesa, Almarza, Langa, Medinaceli, Gómara y San Pedro Manrique son los municipios que se han suscrito a esta iniciativa. Se seleccionará un total de 20 ideas de emprendimiento rural en toda España y facilitarán su puesta en marcha mediante sesiones de asesoramiento personalizado impartidas por AlmaNatura. A la vista d estos datos, es previsible que no todos los pueblos sorianos reciban uno de estos 20 proyectos emprendedores seleccionados, si bien se va a generar «una base de datos con pobladores que no necesitan asesoramiento», susceptibles de asentarse al margen del proyecto, anuncia el cofundador de AlmaNatura, Juan José Manzano.

efecto. A estos proyectos se suman otros como Repueblo, Volver al pueblo, Nuevos Senderos... y los planes e iniciativas institucionales. Los datos del INE evidencian que no han conseguido contrarrestar la pérdida en términos generales, pero hay también un dato para la esperanza:el censo rural se ha rejuvenecido levemente a nivel provincial. En 1999 el 31% de la población era mayor de 65 años y ahora ronda el 29%. Y, aunque no es lo general, hay experiencias de éxito, municipios como Almajano, Los Rábanos, Fuentelfresno, Tardelcuende, Quintana, Arenillas... que han conseguido rebajar sustancialmente su edad media, recuperar la infancia en su padrón e, incluso,  reabrir su escuela. Pero, todo ello, insisten los agentes involucrados, exige una apuesta firme por parte de los Gobiernos, políticas serias, financiación y medidas a nivel transversal.