Llegaba el Río Duero Soria lanzado con tres victorias consecutivas en una jornada que era muy importante para demostrar que pueden estar en la parte alta. 

En frente estaba un Melilla que había realizado también un gran inicio de temporada pero que salía frío a la pista de Los Pajaritos. Los de Alberto Toribio manejaban rentas de hasta cuatro puntos gracias a su claridad en ataque, pero con el paso del tiempo los visitantes igualaban el tanteo a 20. En el cara a cruz Melilla de ponía por delante (26-28).

Tuvo mucho de psicológico ese primer set y los celestes nunca se mostraron cerca de ganar el segundo. El Melilla conseguía de principio a fin mantener una cómoda ventaja que unida a los fallos en el saque de los locales, ponían el partido muy difícil para los de Soria (20-25).

Con su primera situación de dos sets a cero en contra esta temporada, el Río Duero Soria sacaba la rabia. Un gran inicio de manga unido a un Mario que de hacía gigante en la red, hacían que no hubiese historia para anotarse los locales el parcial por un contundente 25-13.

El cuarto set era un calco del primero. Los jugadores de Alberto Toribio tenían muy claro dónde hacer daño al Melilla. La única diferencia fue que esta vez no hubo bajón. Álvaro Gimeno veía la pista más grande que nunca y el Río Duero llevaba al partido a la manga de desempate (25-13).

El tie break hizo honor a la igualdad vista en la cancha las dos horas anteriores. A pesar de fallar tres de sus primeros cuatro saques, los celestes conseguían la primera gran ventaja (9-7). Xavi Folguera tenía claro que Gimeno era el hombre pero daba una de cal y otra de arena para que se igualase de nuevo la manga (11-11). Fue más firme aquí el Melilla que tuvo tres oportunidades para ganar el partido pero los locales no perdieron la fe y se llevaban un emocionante encuentro por 18-16.