Pinceladas de realismo y realidad

Ana Pilar Latorre
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La pintura siempre ha sido su pasión y se ha podido dedicar a ella intermitentemente. Concurso a concurso, encargo a encargo, se está labrando su reconocimiento artístico y ha aprendido de Antonio López

Pinceladas de realismo y realidad - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Juan Manuel Pérez Hernández (Cabrejas del Pinar, 1950) es un pintor autodidacta que pincelada a pincelada, concurso tras concurso, encargo tras encargo... se está labrando su reconocimiento artístico. Afincado en Madrid desde su juventud, aunque ahora tras jubilarse pasa largas temporadas en su localidad natal, acaba de exponer en el Museo Provincial de Albacete con notable éxito (3.500 personas la visitaron), aunque su ilusión es poder mostrar su obra en Soria. 

El artista nació en Soria y ha vivido muchos años en Manzanares El Real y Madrid, pero ahora tras  jubilarse pasa muchas temporadas en su localidad natal, donde disfruta con su mujer del entorno y la pintura. En una visita a su casa de Cabrejas esta semana y conversando sobre su estilo, reconoce que para los que han intentado catalogarlo ha sido algo difícil. «Al ser autodidacta no estoy influido por nadie», pero tiene varios pintores de referencia, como pueden ser Rembrandt, Sorolla y Velázquez, «que nada tienen que ver el uno con el otro y todos ellos me gustan». 

«A la hora de acometer un tema puedo quedarme en el impresionismo, en un apunte o puedo llegar al hiperrealismo según la necesidad», explica poniendo como ejemplo el cuadro de Los torreznos de Goya, de la Venta Nueva. «El hiperrealismo no me gusta nada», afirma con contundencia, «tienes que llegar a eso por necesidad, pero no me gusta, me gusta más que se note la pincelada». 

Pinceladas de realismo y realidadPinceladas de realismo y realidad En estos años ha tenido la posibilidad de conocer y entablar una gran amistad con el prestigioso pintor Antonio López, al que seguía y admiraba, a través de un amigo en común, el escultor Julio López Hernández, ambos de la Escuela Realista de Madrid. Confiesa que «el primer contacto [con Antonio López] fue demoledor», ya que le echó la bronca por sus formas anárquicas, aunque al final le dijo que «técnica tenía mucha, más que la que pudiera tener Picasso». Se fue satisfecho porque algo bueno sí que le dijo, ya que técnica es algo que le ha preocupado siempre mucho. De Antonio López ha aprendido a nivel artístico y humano y colabora con él siempre que puede, por ejemplo, ayudándole a montar bastidores para lienzos de gran tamaño. Incluso el soriano le ha retratado en alguna obra pintando, mostrando su perfeccionismo, su estilo «mágico e hipnótico». 

trayectoria. Sobre su interés por la pintura, ya de niño comenzó a ser consciente de su facilidad porque los profesores le pedían dibujos para después mostrarlos y también le gustaba mucho tallar madera, un material con el que tenía mucha relación, pues su abuelo abrió la primera serrería de Cabrejas. Cuando preparaba el ingreso a Bachillerato y su madre le preguntó a qué quería dedicarse, le respondió que tenía muy claro que a la pintura. A pesar de su gran potencial, se lo quitaron de la cabeza diciéndole que «los pintores se mueren de hambre» y se marchó de Soria a estudiar en un seminario de Logroño, donde siguió pintando y haciendo muchas creaciones y decorados. 

Después se trasladó a Manzanares El Real (Madrid), donde conoció a su mujer y modelo, Manoli, y donde descubrió «maravillosos paisajes» que le apeteció pintar, con un modesto equipo de tres colores y cuatro pinceles, nada que ver con lo que utiliza ahora. Allí conoció a Fernando Cruz Solís, un escultor al que mostró una talla de madera y quien le ofreció trabajar con él, pero la escultura no le llenaba tanto como la pintura, de la que dice «no tiene fin...». Trabajó en pintura y rotulación de letreros y realizó estudios de delineante por correspondencia -lo que le vino bien para aplicarlos después a la pintura de arquitectura urbana y a perspectivas- e hizo un par de exposiciones con otros pintores locales. 

Pinceladas de realismo y realidadPinceladas de realismo y realidad Cuando nació su primer hijo se trasladó a Madrid para buscar trabajo estable, que era lo que primaba en aquel momento, y al cabo de un tiempo se decidió a acudir al Círculo de Bellas Artes para poder pintar modelos vivos al natural, ya que lo que más le ha interesado siempre es la figura humana, retomando su gran afición «con más asiduidad y en plan más serio». Para «corregir errores y no repetir malas costumbres y vicios», asistió a distintas academias de pintura, pero allí no conseguía lo que el esperaba, y continuó aprendiendo de forma autodidacta e independiente. Pero reconoce que eso «ha sido un lastre», sobre todo a la hora de participar en concursos y presentar el currículum.

Un dato importante en relación con sus pinturas de bodegones, es que desde 1994 colabora con la revista Eurocarne, creando portadas artísticas siempre con la carne como protagonista. «Hablé con el director, Jesús Trinidad Velasco, porque buscaban un pintor de bodegones de carne, algo que no había pintado… Pero recordé cuadros de los holandeses, el bodegón de Luis Meléndez o El buey desollado de Rembrandt, que siempre me había gustado, y le cogí el gusto, porque era un reto hacer bodegones de carne y distintos unos de otros. Y sigo con ellos», recuerda. 

A lo largo de su vida ha participado en distintas exposiciones individuales y colectivas y en distintos concursos,  logrando ser finalista y Medalla de Honor en el Premio BMW de Pintura. También ha presentado obras en la feria Meat Attraction, de Madrid, también en torno a la carne como alimento. Bodegones, retratos, escenas, paisajes urbanos y rurales, elementos patrimoniales, temas imaginados... conforman una interesante obra pictórica, que en su gran mayoría es de gran tamaño.

Pinceladas de realismo y realidadPinceladas de realismo y realidaden clave soriana. Como no podría ser de otra manera, las obras de temática soriana ocupan un lugar importante en su producción. «Uno es de aquí [de Cabrejas del Pinar y Soria] y la tierra tira, la tengo siempre en la mente. La ventaja es que se tiene todo más próximo y en cuanto sales de casa lo tienes ya todo delante», destaca. Igualmente, se confiesa un gran admirador de las tradiciones y las artesanías sorianas, interesándose en los últimos años por la Vaca Serrana. Precisamente en las jornadas gastronómicas del hotel La Barrosa conoció la situación de la vaca serrana, de la que lo que más le llama la atención es su constitución, «un tanto destartalada, pero acomodada al tipo de trabajo que hacían, lo que también tiene su interés». 

Cuatro cuadros componen la serie de la Vaca Serrana (los tres primeros publicados en Eurocarne): Chuletones de vaca serrana, que muestra un plato de las jornadas de La Barrosa; Leandro despiezando serrana negra, que se presentó en Meat Attraction; Ganadería de José María Manchado, que se dio a conocer en la inauguración de las citadas jornadas; y Zacarías con yunta de serrana negra, que está acabando ahora. Pero para conocer su obra Juan Manuel Pérez Hernández, lo mejor es contemplarla con él.