Si ustedes han pasado en los últimos días por la calle más céntrica de Soria, El Collado, es probable que se hayan llevado algún susto a modo de ‘esbarón’, como se dice por estas tierras [la Real Academia de la Lengua Española, la RAE, recoge tanto esvarar como esbarar, ambos como sinónimo de resbalar, caer o desprenderse]. 

El ‘peligro’ es mayor a primera hora de la mañana, cuando todavía se conserva la ‘aguada’ de la mañana o el agua utilizada por los operarios para limpias las calles y, unido a las bajas temperaturas, deja una película  que convierte el Collado en una ‘pista de patinaje’, toda una ‘trampa’ para los viandantes. Una película resbaladiza que este año además se ha visto agravada por una peculiar situación:los restos de azúcar de la Cabalgata de Reyes, según apuntan desde el Ayuntamiento de Soria. 

Resbalones, estiramientos, y algunos ‘aterrizajes’ forzosos son protagonistas desde que llegó el invierno por el centro de la ciudad. Desde la Gerencia de Salud de Soria no tienen cuantificado el número de pacientes que han sido atendidos por caídas provocadas por el estado del suelo [la estadística no es tan específica], pero algunos casos ha habido, e incluso han precisado intervención quirúrgica. El pasado 8 de enero se produjo una caída a la altura de El Collado 58 que exigió el aviso a los servicios de emergencia y el traslado de la viandante al hospital Santa Bárbara de Soria, donde tuvo que ser intervenida de la cadera.  

En el Registro del Ayuntamiento de Soria no han recibido «ninguna reclamación sobre caídas», aseguran desde la institución. No obstante, apuntan, «en el servicio de atención al ciudadano sí hemos recibido dos avisos sobre la necesidad de actuar en la zona de El Collado fundamentalmente y en la calle Fiel de la Tierra». «Ya se ha trasladado al servicio de limpieza del Ayuntamiento», aseguran.

Porque la situación no es única del Collado. El Espolón, Mariano Vicén, Nicolás Rabal... son algunas otras zonas resbaladizas. Y una ‘trampa’ excepcional para el viandante, especialmente cuando cae un poco de nieve o hielo, es la plaza frente a la residencia Antonio Machado. Ubicada en zona sombría, los copos pueden permanecer durante días y hacen inviable el tránsito por allí. 

El problema se repite año tras año pero este 2018 se ha visto agravado por una peculiar situación, los restos de azúcar tras el desfile de Reyes que, mezclados con el agua, han provocado que el suelo esté aún más resbaladizo de lo habitual. 

«Los problemas los detectamos tras la Cabalgata de Reyes», aseguran desde el Consistorio capitalino. Según la información que les ha facilitado la empresa de limpieza, «la zona del inicio del Collado [la parte más próxima a la plaza Mariano Granados] es la que durante los días posteriores a la Cabalgata presentó un firme con algún problema y fue donde se focalizaron los trabajos de la empresa», añaden. 

Según las explicaciones aportadas por «los técnicos» al Consistorio, «los caramelos de la Cabalgata, junto con la limpieza con agua para retirarlos y la baja temperatura, provocaron problemas puntuales que se solucionaron tratando la zona con sal y con cloruro», justifican desde el Ayuntamiento. Sin embargo, los problemas persisten, y solo es necesario pasar por la zona y ‘sufrir’ las condiciones del suelo del centro de la ciudad. 

El problema podría radicar en la dificultad de «buscar un equilibrio entre ambos productos [utilizados para evitar que el firme resbale] ya que la sal daña más las baldosas provocando que luego se muevan, mientras que el cloruro es menos dañino pero sí puede sacar algo de agua cuando actúa, lo que es negativo cuando las temperaturas son gélidas». 

Así las cosas, los operarios intentan buscar la mejor solución, donde se incluye también el plan de nieve y hielo. «En momentos puntuales se esparcen más de 300 kilogramos de sal en algunos puntos como, por ejemplo, la zona de la rotonda Odón Alonso ya que son zonas donde se produce mayor sombría», explican.