Las precipitaciones del puente de  Todos los Santos han sido recibidas como agua de mayo tanto en el monte como en el campo. La sequía de la primera parte de este otoño ha frustrado lo que apuntaba a una notable campaña micológica y ha condicionado las labores agrícolas de labranza y siembra de las parcelas, así como la cosecha del girasol. Así las cosas, en el caso de la campaña de setas y hongos puede haber partido, aunque dependerá sustancialmente del frío de los próximos días, y se espera una nueva florada en noviembre, mientras que la sementera de cereal estará en pleno apogeo a lo largo de este mes en la provincia.

La lluvia ha caído de forma desigual en el territorio soriano, pero ha habido agua para todos. Según los datos recogidos por el observatorio de Soria de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el sábado 30 de octubre fue el más lluvioso, con 13,2 litros por metro cuadrado; el mismo día, en Vinuesa, se registraron 29,4 litros, mientras que en Arcos de Jalón apenas llegaron a 7,2.

De esta forma, tanto la producción micológica como las tareas agrícolas no se desarrollarán de igual manera, si bien en el segundo supuesto la siembra arranca en algunos puntos «en torno al Pilar», recuerda el técnico de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Soria, Pablo Ayllón, en función de las características de la tierra y de los factores meteorológicos de cada comarca.

«Con estas lluvias hay esperanza para que salgan níscalos y otras especies que son más invernales como llanegas, negrillas, lengua de vaca, rebozuelos, angula de monte... La expectativa es que haya campaña durante el mes de noviembre. Dependerá del frío», considera el técnico de la Asociación Montes de Soria, José Antonio Vega. Cabe recordar que la entidad se ha estrenado este año como parque micológico, el segundo declarado en la Comunidad autónoma.

No solo hace falta agua para impulsar la producción micológica, la temperatura de los próximos días es fundamental. El desplome de los valores bajo cero no favorece la fructificación, por lo que se prevé que en alta montaña sea residual y sea más prolífica en zonas llanas. Eso sí, aunque la cantidad sea más comedida, la calidad de las setas será mayor, ya que el frío evitará que se agusanen como ocurrió en semanas pasadas.

«La falta de lluvias frenó en seco la temporada, ha sido casi un mes sin una gota de agua. Es difícil que el boletus se recupere, pero níscalo habrá. Hay que esperar un poco, a partir de este fin de semana y, sobre todo, a lo largo de la semana que viene puede haber florada. Noviembre puede ser un mes interesante», resume Vega.

para la siembra. Por otra parte, el presidente de Asaja Soria, Carmelo Gómez, admite que las lluvias de los últimos días de octubre y las primeras jornadas de noviembre han permitido activar el cultivo cerealista, imposible de llevar a cabo en determinadas tierras en semanas pasadas al estar demasiado secas.

«Para ir sembrando, esta agua viene muy bien, estábamos deseando de que lloviera. Veníamos de un mes de mucha sequía y así vamos capeando el temporal. Además, los girasoles tardíos también se podrán cosechar. De todas formas, la siembra va en tiempo», explica Gómez.

En los mismos términos se pronuncia Pablo Ayllón, técnico de UPA Soria, que admite que esta lluvia era  «muy esperada», ya que se estaba sembrando el cereal «en seco, en unas condiciones muy malas». «Esto era lo que se necesitaba y estamos en el mes que más se siembra, aunque haya algunas zonas más tempranas. Estamos en fecha», añade.