El Barcelona Lassa conquistó ayer su decimocuarto título de la Copa Asobal, el octavo de manera consecutiva, tras golear por 23 a 37 a un Bidasoa Irún que nunca supo cómo superar a la formidable defensa azulgrana.

Lo confirman los 14 minutos que el equipo irundarra tardó en anotar su primer gol, una circunstancia que no desaprovechó el Barça para sentenciar la final con un parcial de 0-6.

Incapaz de conectar con el pivote, perfectamente controlado por Petrus y Fabregas, el cuadro vasco se vio obligado a concluir sus ataques con forzados lanzamientos que tan solo sirvieron para agigantar la figura de Pérez de Vargas.

De hecho, el guardameta barcelonista se convirtió en una auténtica pesadilla para los jugadores de Jacobo Cuétara, que en su empeño por evitar al portero azulgrana, buscaron ángulos imposibles que tan solo sirvieron para agudizar todavía mas su sequía anotadora.

Tras el primer gol amarillo, ya era demasiado tarde para evitar la escapada en el marcador de un conjunto culé, que apenas superado el ecuador de la primera mitad ya había dejado resuelta la final con un contundente marcador de 1-9.

El Barcelona no dejó de aumentar su ventaja, hasta alcanzar una máxima renta de 12 goles (6-18) a poco más de dos minutos para llegar al descanso.

Diferencia que los irundarras maquillaron en el tramo final del primer acto (7-18).

La renta hizo intrascendente la segunda mitad, en la que el Barcelona bajó la intensidad en defensa, lo que permitió al Bidasoa aumentar sus dígitos, pero no impedir el triunfo catalán.