Era un secreto a voces tras el anuncio de cambio de directiva el próximo 25 de mayo por parte del Numancia, pero no por ello ha dejado de impactar la marcha de Moisés Israel. El ya expresidente del club deja el cargo tras poco más de dos temporadas en las que los rojillos han acumulado hasta dos descensos de categoría pero además se ha producido una ruptura entre Numancia y afición que tardará tiempo en cicatrizar. 

Asume el mando desde Ecuador Santiago Morales, director general de Independiente del Valle, un club en el que ha destacado la gestión de los mismos propietarios que consiguieron en pocos años pasar de Segunda B a pelear por títulos.

En un claro guiño a la afición han nombrado inmediatamente a Eduardo Rubio director general del Numancia. El objetivo es claro, recuperar el sentimiento de identificación de una ciudad.

Identidad. Eduardo Rubio regresa al Numancia apenas un año después de su marcha, «me pudo más el corazón que otra cosa», reconoce.

Ahora llega el momento de comenzar a trabajar en un nuevo proyecto para devolver al Numancia al fútbol profesional, pero para Rubio lo principal ahora es «recuperar el sentimiento de pertenencia al club, la identidad que teníamos», una meta con la que busca que «la gente se ilusione de nuevo, después ya vendrá el fútbol pero para eso ya sabemos que dependemos de que entre la pelota en la portería».

El primer contacto con el presidente ha sido satisfactorio, «ya lo conocía, es muy profesional y tenemos una buena relación».