La resina en Soria se escribe en femenino

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Lidia, Aída y Ronal han recorrido 8.000 kilómetros desde Bolivia, dejando atrás a sus familias, para trabajar 15.000 pinos resineros

La resina en Soria se escribe en femenino - Foto: Eugenio Gutierrez M

La mañana está fresca a pesar de ser mediados de julio y los resineros a los que visita El Día de Soria en los montes de Quintanas de Gormaz avanzan en la pica a buen ritmo. Lidia López Zurita, su cuñada Aída Caero Sánchez y Ronal Barrero Rosas han recorrido 8.000 kilómetros desde la localidad boliviana de Comarapa para dedicarse a la resina. En Soria tienen un nuevo planteamiento de vida.   

Decidieron venir «por la situación de Bolivia», pero han tardado dos años en conseguirlo, sobre todo «por el papeleo». «Se nos vino la oportunidad y quisimos venir a probar», explican mientras hacen una parada en la faena. Aquí conocen a gente, porque en Soria capital viven los tíos de Lidia y en Almazán la tía de Ronal, que también es resinera. 

Entre los tres llevan 15.000 pinos «para empezar» y trabajan en grupo. Lo más complicado les ha parecido el derroñe, pero es algo que ya controlan, como la pica y el clavado. Estos días están picando y colocando la pasta estimulante para que la miera caiga a los biberones y después poder llenar los bidones que recogen en el monte los trabajadores de Resinas Naturales, a quienes agradecen el apoyo que les están prestando. Con la herramienta les ayuda también el tío de Lidia, que es herrero. Van equipados con sus sombreros, sus botas, sus guantes..., marcados con la resina que se ha convertido ahora en su principal sustento. Los pinos en los que trabajan son centenarios, de turnos largos y crecimiento lento (100-120 años), por eso la madera es de mayor calidad. Nos explican que la resina es transparente cuando sale del pino, blanca cuando se solidifica y amarilla si se oxida.

El ‘equipo’ libra un fin de semana cada dos y su jornada suele ser de ocho de la mañana a ocho de la tarde, por lo que se llevan al monte la comida y algo de merienda. «Estamos acostumbrados a trabajar en el campo y hoy podemos disfrutar del aire fresco, porque a veces hace calor y agobia un poquito», explican. Cada día un familiar les traslada al trabajo y a casa, porque aún no tienen vehículo propio. Aunque sea el primer año, esperan sacar dinero en la campaña  de 2021 «para cubrir algunos gastitos».

Los tres se han empadronado en Gormaz, donde el Ayuntamiento les alquila una vivienda. «La acogida ha sido buena, pero aún no hemos tenido mucho tiempo de estar con los vecinos, que ahora en verano son muchos más», comentan ilusionados, pero añorando a sus familiares de Bolivia.   

vivienda. Como ya decíamos, los pinos son una opción de futuro para españoles, marroquíes, sudamericanos... Los que llegan «se adaptan y conviven muy bien en el pueblo» y la empresa Resinas Naturales se muestra muy satisfecha con su labor. «Somos una gran familia en la que los resineros son uno más. En Navidad y en verano organizamos jornadas de convivencia», apunta Jesús Prieto, director de la planta de Almazán y director adjunto de la firma.

Los resineros que vienen de otros países lo hacen con un contrato de trabajo y un acuerdo con la empresa para comprarles la producción y formarles, pero en muchos casos la vivienda «es un freno». «Me consta que instituciones como la Diputación y los ayuntamientos sí que son sensibles y hay programas de ayudas, como el de rehabilitación de viviendas», destaca Jesús Prieto. Pero insiste en que hay que «buscar una solución entre todos» y pensar en los beneficios, tanto para los resineros como para los pueblos, que «suman población». «En algunos casos llegan con toda la familia y algunos son jóvenes y tienen planes para tener hijos», incide. «En varios pueblos a los que han llegado resineros se ha cambiado la idiosincracia, incluso escuelas que se habían cerrado o estaban a punto han podido permanecer abiertas más años», añade. 

Prieto cree que las ayudas al sector en Soria «están bien», ya que «en ninguna otra provincia se cuida al resinero como se cuida aquí.Eso está claro». Considera positiva la medida de que la Diputación subvencione el alquiler de los pinos a los resineros y lo explica: «El pino tiene un coste que paga el Ayuntamiento, pero al final de la campaña el resinero presenta una solicitud y le subvencionan el coste». Por otra parte, «cuando acaba la temporada y antes de la siguiente, los tres meses de parada vegetativa del pino, algunos resineros deciden continuar trabajando y la Diputación y los ayuntamientos tienen otra línea destinada a la contratación de estas personas para la limpieza del monte». 

«Nosotros somos una empresa y, en la medida de lo posible, les apoyamos con ese mecenazgo y ese adiestramiento. Les enseñamos todo lo que podemos para que puedan sacar la resina cuanto antes, que es lo que perseguimos ambos», explica. Desde la firma les facilitan la herramienta, que los resineros van pagando con los beneficios que obtienen de cada remasa de miera y no tienen que adelantar ninguna cantidad. «Así, al final de la campaña nos han pagado ya todo lo que les hemos adelantado», concreta. En algunos casos, con los bancos se firma un acuerdo para que puedan pedir un pequeño préstamo.

recogidas. Por su parte, Conchi Martínez, gerente de Resinas Naturales, quien se ocupa del área forestal y del monte, califica a estos tres resineros recién llegados de Bolivia de «muy currantes». Concreta, además, que «según se entrega, se cobra. No hay un sueldo mensual, es como en el campo». En nuestra visita al monte nos explica numerosos temas de interés sobre el sector, que le apasiona, como que en Soria se suelen hacer tres recogidas, aunque depende también de los propios pinos. Este año las tormentas han retrasado algo la campaña en algunas zonas, como la de Bayubas, pero con el calor enseguida se recuperará el ritmo. 

Igualmente, reflexiona sobre que la resina, por el aumento de la demanda, «es de nuevo un recurso importante en Soria y está creando empleo. Si vamos hacia la economía circular y ecosostenible es el producto por excelencia.Y es imposible pasar un día sin usar derivados de la resina», comenta la gerente. Igualmente, recuerda que el Ayuntamiento de Bayubas de Abajo  fue pionero en el aprovechamiento y destaca los buenos precios que se ofrecen por el alquiler en Soria en comparación con Segovia, pero aquí la campaña es algo más corta por el tiempo.  

Cree que en la actualidad los ayuntamientos están dispuestos a poner más pinos en resinación y crear empleo para trabajadores de España y del extranjero, que son la mayoría. Los hay ya de Ecuador, República Dominicana, Hungría, Bulgaria, Chile, Marruecos... «Vienen de trabajos muy duros y se adaptan bien», detalla.

En la crisis de 2007 también fue una salida para muchas personas que perdieron su trabajo (fontaneros, carpinteros, albañiles, aparejadores...) que han vuelto a su sector. Ahora también se está notando la crisis por el coronavirus y acuden más autonómos. Así que hay una gran variedad de perfiles, también resineros profesionales por tradición familiar.