Retos para una nueva etapa

Santiago González
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Una veintena de desafíos esperan la llegada de los nuevos consejeros de la Junta para adoptar estrategias, planes y medidas que marcarán el futuro de la Comunidad y de los habitantes, tanto de las ciudades como del medio rural

Alfonso Fernández Mañueco mira sus notas durante el debate de investidura. - Foto: Leticia Pérez (Ical)

os problemas y necesidades de los ciudadanos no entienden de campañas electorales, periodo de negociaciones o descanso estival. Mes y medio después de la jornada electoral, Castilla y León cuenta ya con nuevo presidente, Alfonso Fernández Mañueco, quien deberá pilotar un renovado Gobierno autonómico, que tomará posesión en los próximos días para afrontar a lo largo de la legislatura al menos una veintena de retos que marcarán el futuro de la Comunidad y de todos los castellanos y leoneses.

Sin duda, el reto demográfico es la principal preocupación de presente y futuro. La pérdida de población que desangra la Comunidad desde hace años, y que afecta especialmente al extenso medio rural, no parece que sea reversible al menos de momento. Aunque no afecta sólo a Castilla y León, la Junta debe marcar una senda y abrir el camino que ponga freno a la marcha de los jóvenes e impulse la llegada de inmigrantes junto al retorno de los que salieron en las últimas décadas. El apoyo del Gobierno central y de fondos europeos será trascendental para taponar esta herida.

Lo mismo sucede con la PAC. La Junta debe emplearse a fondo para que el Ejecutivo central continúe con la presión en Europa y busque alianzas con el objetivo de que las ayudas de la Política Agraria Comunitaria no sean menores que las actuales en el próximo periodo. Los agricultores se juegan mucho y el sector primario es imprescindible en la economía autonómica.

Otro aspecto que depende del Gobierno de España es la revisión de la financiación autonómica. El bloqueo existente en la formación de un nuevo Ejecutivo y la situación en Cataluña retrasan los trabajos para poner en marcha un nuevo modelo «que tenga en cuenta las características de la Comunidad», según expresó Mañueco en su discurso de investidura. Su negociación será dura, pero el resultado marcará las posibilidades de desarrollo y mejora de los servicios públicos esenciales en los próximos años.

Retos sociales.

Y los retos sociales son muchos en una tierra marcada por el envejecimiento y la dispersión, lo que hace necesario un gran presupuesto. La dependencia, a pesar de que Castilla y León cuenta con una gestión sobresaliente (según un informe nacional independiente), es uno de ellos en el que habrá que atender el aumento de la demanda (80.000 personas nuevas en los próximos cuatros años) con «calidad y más dinero para reducir los plazos y llegar a más ciudadanos», según expuso el presidente.

Junto a la discapacidad y los mayores, en esta legislatura debe hacerse un nuevo esfuerzo para luchar contra la violencia de género. Una revisión de la ley autonómica, la garantía de alojamientos para todas aquellas mujeres víctimas del machismo y una mayor concienciación de toda la sociedad deben ser el camino que reduzca en la Comunidad esta lacra social.

En el ámbito sanitario, fuente de conflicto permanente durante los últimos años, el reto es mayúsculo. Reorganizar los medios técnicos y humanos, en especial los dedicados a la atención primaria, cuyo presupuesto aumentará hasta alcanzar el 20 por ciento del gasto de Sacyl, es básico para un buen servicio sanitario, que debe poner el foco en el medio rural con una mejora de la prestación a los ciudadanos que viven en los pueblos. Y en la atención especializada, las continuas quejas sobre las listas de espera, tanto de especialistas como quirúrgicas, deben afrontarse. Mañueco ya ha anunciado su publicación y un plan para reducirlas, además de la libre elección de hospital.

Respecto a la educación, la Comunidad mantiene dos frentes abiertos. La lucha por una Ebau única que permita el acceso a la universidad en igualdad a todos los jóvenes de España debe continuar esta legislatura. Aunque la ministra ya ha anunciado un estudio para hacer más homogéneos los exámenes en todas las comunidades, la Junta debe perseguir acabar con las diferencias que perjudicam seriamente a los estudiantes de Castilla y León por la mayor dificultad de las pruebas, a pesar del liderazgo educativo en Europa según el informe Pisa.

La otra urgencia es la inclusion en el sistema de la educación de 0 a 3 años. Mañueco ya ha anunciado que se avanzará en su carácter universal disminuyendo la aportación de los padres e incrementando los casos de gratuidad. Los próximos cuatro años deben servir para alcanzar el objetivo de integrar este periodo en el sistema público.

Actividad económica.

El empleo, sin duda, será fundamental para ganar habitantes y mejorar las condiciones de vida de los castellanos y leoneses. Con un desempleo que supera el 12 por ciento, Mañueco afronta el reto de reducir en los próximos cuatro años el número de parados a la mitad desde la mejora de la calidad, la estabilidad, la reducción de la temporalidad, la seguridad y la mejora de la productividad. Y el compromiso es hacerlo todo ello a través del diálogo social.

Este camino pasa por que la investigación sea uno de los ejes principales. El presidente ya ha anunciado un plan autonómico por la ciencia para que la I+D+i sea una prioridad que incremente las inversiones con la contribución de administraciones públicas y sector privado hasta acanzar niveles comparables a otros de referencia en Europa.

La sociedad del conocimiento y la industria 4.0 no esperan. Y para ello será fundamental una Formación Profesional con más prestigio y adecuada al mercado laboral. Mañueco declaró que ésta será la legislatura de la FP, con más plazas, el modelo a distancia y una apuesta por las familias más demandadas (científicas y tecnológicas). En este ámbito educativo el futuro es la FP dual, que debe recibir un fuerte empujón con la implicación del sector productivo de la Comunidad.

El medio rural necesita mimos y una adecuada estrategia integral. La urgente necesidad de una ordenación territorial debe impulsar al Gobierno y a los grupos políticos a consensuar un modelo que permita desarrollar los servicios públicos básicos en todo el territorio a través de una estrategia común y ordenada que permita la supervivencia de los pueblos y sus habitantes. Para ello es fundamental que internet y la TDT lleguen a todos los rincones de manera urgente, así como un nuevo mapa de transporte de viajeros, en especial en el medio rural.

El sector primario también juega un papel vital en el futuro de las zonas rurales, por lo que hay que promover la incorporación de mujeres y jóvenes al campo, para lo que es importante un desarrollo de la ley agraria y, por supuesto, una ley de caza que permita la actividad cinegética de forma estable y sin sobresaltos judiciales que pongan en peligro su legítimo ejercicio.

La contaminación, la vivienda y medidas de regeneración, como la eliminación de los aforamientos, son otros de los 20 retos ineludibles, aunque no son los únicos. Hay muchos otros relacionados con el impulso internacional del turismo, en especial el rural, la mejora de la financiación universitaria, el empleo público o la conciliación de la vida familiar y laboral.