Los artesanos han vuelto a salir a las calles después del largo periodo de letargo en el que se han visto inmersos, debido a la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. Muchos de ellos han comenzado su actividad ferial a principios de mes, mientras que otros se estrenan con la XXXVII Feria de Artesania de Soria, que abría sus puertas el 27 de julio y se clausurará este sábado, 1 de agosto.

Esta actividad, organizada por la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (FOACAL) en colaboración con el Ayuntamiento de Soria y la Junta, supone el reencuentro de la artesanía con el público y el retorno de su principal fuente de ingresos. De esta forma, dejan atrás la difícil situación que han vivido durante estos meses y comienzan las exposicines con esperanza e ilusión, aunque con el miedo de que los futuros eventos puedan volver a suspenderse, si la situación sanitaria empeora.

Marimar Cano, responsable de la actividad comercial de FOACAL, muestra su satisfacción por el inicio del calendario ferial, del que solo se ha caído un evento de los cinco que tenían programados con anterioridad a la crisis. «Hemos empleado bastante esfuerzo y tiempo en conseguir que se volviera a retomar la agenda porque había que convocar otra vez a todo el sector artesano y cuadrar las fechas con el resto de ferias nacionales para que coincidiesen las menos posibles». En principio, ya se han convocado las muestras de Palencia y Valladolid y el mercado castellano de la capital vallisoletana, mientras que León se ha quedado fuera.

incertidumbre. Este parón ha servido a los artesanos para trabajar e innovar con el objetivo de soprender al público en su vuelta, aunque como ha señalado Cano «han sido demasiados meses y ahora se necesita reactivar la economía». Desde la Federación se muestran esperanzados con el compromiso adquirido por la Dirección General de Comercio y Consumo de pla Junta  para financiar hasta el 75% de la participación en las ferias. «Todavía no están publicadas las ayudas, pero esperemos que salgan en breve porque sería un aliciente».

La mayor preocupación del sector durante este tiempo ha sido la escasez de ingresos como consecuencia de la falta de encargos y de un punto físico de venta. Cano ha destacado que si la situación obligase de nuevo a suspender la actividad ferial, «tendríamos que reinventarnos y vender  de otra manera que no sea cara al público, por ejemplo, a través de plataformas web». Respecto a las subvenciones públicas disponibles para que los artesanos encaren esta posible nueva etapa online, ha significado que «las diputaciones provinciales y ayuntamientos tienen ya lineas de ayuda para este tipo de comercialización y venta online, consistentes en costear parte de los programas y los equipos informáticos para que puedan ponerlasen marcha».