«Echamos de menos el voluntario de compromiso"

Ana I. Pérez Marina
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El médico encara esta nueva etapa al frente de la asociación con el objetivo de continuar con la labor de la anterior directiva y con el reto de aumentar el número de voluntarios

«Echamos de menos el voluntario de compromiso" - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

El pasado verano Jesús Aguarón Pérez colgó la bata de médico de Atención Primaria, después de ejercer durante décadas en los centros de salud de Covaleda y en Soria Sur en la capital. Ahora toma las riendas de la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con el reto de recabar más voluntariado para continuar con la tarea emprendida hace años por la entidad y darla a conocer a la sociedad. Prevención, información, acompañamiento, atención psicológica, asesoría laboral, investigación... la lista de funciones que desempeña la AECC es extensa. Aguarón confía en contar en un par de meses con un trabajador social en la plantilla de la asociación, sobre todo para atender cuestiones laborales que se le presentan a un enfermo oncológico y también a sus familiares.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en la provincia se ha hecho más visible en los últimos años, sobre todo raíz de acciones como el Camino por Soria cada octubre. Aún así, ¿cree necesario incidir más en la difusión de la labor que desempeña?

La misión de la AECC se basa, fundamentalmente, en labores de prevención, información, acompañamiento y atención psicológica tanto a los enfermos de cáncer como a sus familias y, sobre todo, a la investigación. Todo ello se puede llevar a cabo gracias al apoyo que estamos recibiendo de la sociedad soriana y también por la buena relación que existe con las instituciones, que hasta la fecha el apoyo ha sido incondicional y confío que siga siendo así y en estar a la altura de Fernando Ligero [presidente de AECC Soria durante 13 años]. 

La sociedad soriana responde bien a convocatorias como la marcha contra el cáncer, como se ha demostrado durante siete años, pero ¿le cuesta más implicarse como voluntariado de una forma continuada y permanente?

Desconozco el número exacto, sí que hay voluntarios, pero hay que decir que son muchos los voluntarios que encuentras para momentos puntuales, echamos de menos al voluntario de compromiso, el que te diga claramente que va a dedicar dos, tres horas a la semana, las que sean, cada uno lo que buenamente pueda, pero saber con quién puedes contar. Porque si no siempre andas un poco en el limbo y preguntándote a quién llamo. Un no por respuesta nunca se recibe, pero no tienes una bolsa de voluntarios de dónde sacar. 

También ha sido presidente de Asamis (Asociación Soriana de Ayuda a las Personas con Discapacidad Intelectual y sus familias), así que conoce bien lo que cuesta implicar a la sociedad.

Siempre he dicho que me sorprendía que no hubiera más socios en Asamis y no hemos sido capaces de desarrollar una estrategia que aumentara el número, no sé a qué se puede deber.

Hablamos de voluntariado, pero tampoco debe resultar fácil dar el paso y tomar las riendas de asociaciones como la AECC, por la dedicación que requiere.

El primer sorprendido de que Fernando Ligero me llamara fui yo, porque antes de nuestro primer contacto en junio lo conocía de un par de temas relacionados con el Colegio de Médicos, pero nada más. Sí que me ha contado que le ha costado decidirse por una persona, así que fácil no debe ser.

Ha ejercido como médico de Atención Primaria, acaba de jubilarse y  accede a ser presidente de la AECC en Soria. Por su experiencia, ¿qué echa en falta un paciente oncológico en la sanidad pública?

La AECC en lo que más complementa a la sanidad pública es en el apoyo psicológico, en la orientación y en el acompañamiento, cuestiones que no puede facilitarlas el sistema público de salud porque carece de recursos para ello.

Muchas veces, cuando se da un diagnóstico de cáncer para la gente es un bofetón, te quedas en estado de shock y no se sabe a dónde recurrir. La enfermedad tiene muchos componentes, no solamente el médico, es la repercursión que tiene en el entorno, en los trabajos de los enfermos y las familias, y todo lo que supone tener que desplazarse para los tratamientos. A ningún paciente que sale fuera le sale gratis. Los pisos que puso en marcha la AECC fueron un logro importantísimo, pero siempre cuesta dinero en el momento en que hay desplazamiento.

Durante el periodo electoral, volvió a la palestra la posibilidad de que Soria cuente con radioterapia, cuando durante años se ha defendido que no hay población suficiente para prestar ese servicio de una forma efectiva. Esta misma semana, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha reiterado que Soria contará con un acelerador lineal. Como médico y como presidente de la AECC, ¿cuál es su opinión?

La AECC quiere lo mejor para los pacientes con cáncer de Soria. Si es bueno que haya un equipo de radioterapia, lo vamos a apoyar, pero no es algo que nos competa directamente. Es un tema que se ha politizado mucho y los que lo tienen que hacer, instalar, traer y mantener con equipamiento y personal son los políticos. Que se pongan de acuerdo y que lo hagan. Nosotros, desde luego, no vamos a manifestarnos en contra, sino todo lo contrario, para nosotros lo principal es lo mejor para los pacientes.

Mientras llega el acelerador lineal, se ha cuestionado el transporte sanitario que se pone a disposición de los enfermos para recibir tratamiento de radioterapia en Burgos o en otros lugares. ¿Qué se necesita?

Hay que luchar por que sea un transporte lo más cómodo y adecuado. La sensación tiene que ser horrible en esos vehículos cerrados. Si ese transporte se puede hacer en taxi, pues mire, sería muchísimo mejor.

De las carencias que adolece Soria, a su juicio, ¿qué es lo más urgente que hay que acometer?

Del tratamiento oncológico en Soria no se carece de absolutamente nada, si se puede administrar aquí se hace aquí y, si no, se deriva fuera. Pero el paciente de Soria no está privado de ninguna posibilidad con respecto al de Madrid, por ejemplo.

Suele hablarse de carencias, pero también se ha mejorado en los últimos años.

La AECC es la entidad privada que más dinero aporta a la investigación. Deberían tomar nota las administraciones y los políticos. Se ha mejorado muchísimo el tratamiento porque se investiga cada día más, se van descubriendo nuevos aspectos de la enfermedad y nuevas posibilidades de tratamiento. Se va tendiendo hacia un tratamiento individualizado del paciente, no genérico para todos. Esperamos que pasado el tiempo el cáncer pase a ser una enfermedad curable o cronificarla. La supervivencia cada vez es mayor, los porcentajes de curación son más grandes.

El anterior presidente, Fernando Ligero, comentaba en su comparecencia de despedida que hay estudios que indican que entre el 40 y el 50% de los casos de cáncer podrían evitarse con prevención. ¿Cree que la sociedad está preparada para atender estos consejos?

En la prevención la AECC ha podido llegar a ejercer una actividad divulgadora de hábitos saludables en los colegios, algo que antes no podíamos hacer, y ahora hay un convenio con la Consejería de Educación. Desde pequeños se les va orientando. Pero lo que ocurre es que es muy difícil cambiar la naturaleza humana. El joven tiene una sensación de impunidad total frente a la enfermedad, creen que no les puede pasar de ninguna manera y no toma las debidas precauciones para evitar hábitos tóxicos. Hay otra cosa que son las modas sociales y el adolescente es una presa fácil para los hábitos perniciosos. Luego el grupo margina al que no sigue esa tendencia y se le tacha de rarito... Mencionaba que están en los centros educativos, ¿tienen intención de atender, en el mismo sentido, a otros sectores de la sociedad?

Estamos abiertos, así se hace. Si cualquier municipio o asociación nos pide una charla siempre, se acude. Desde luego, por información no queda.

La investigación del cáncer ha avanzado, pero la incidencia cada vez es mayor, ¿se encontrará en algún momento el equilibrio entre los avances médicos y lo que cada uno de nosotros tenemos que poner de nuestra parte para evitar la enfermedad?

Lo veo complicado. Incluso en otras  enfermedades, como la diabetes y la hipertensión, conseguir que se haga una dieta bien no es fácil, ni que se sigan todos los consejos. La gente no se quiere privar de esos pequeños placeres. Todas las opiniones son respetables, pero no las comparto.

A título individual nos tenemos que mentalizar. Sin embargo, desde determinadas instancias políticas se siguen cuestionando, por ejemplo, los efectos nocivos de la contaminación... ¿Hay que insistir, asimismo, en esa concienciación política e institucional?

Las campañas de prevención no las pueden hacer solo asociaciones como la nuestra. El compromiso político es imprescindible; si se consigue, la prevención mejorará y si no, seguiremos como ahora, pasito a pasito, despacio.

Acaba de ser elegido presidente de la AECC, ¿qué le gustaría poner en marcha?

Me gustaría trabajar para conseguir mejorar el voluntariado, que se pueda disponer más de ellos para poder llevar a cabo nuestra misión. Más cercano o menos cercano, todos estamos en contacto con la enfermedad. En esta nueva tarea me siento ilusionado, arropado por el equipo, muchos continúan y su experiencia y conocimiento nos van a servir de mucho a los nuevos que llegamos. Como se trabaja en esta asociación es admirable, aquí todo el mundo está de acuerdo, no he visto una discusión, una mala cara... puede haber alguna discrepancia, pero nunca sienta mal y eso me ha animado a meterme en un sitio donde hay armonía, ilusión y un objetivo claro, todos vamos a él.

Se desconoce muchísimo lo que se hace aquí. Yo mismo lo desconocía. Hay talleres ocupacionales para enfermos que les vienen muy bien, no hablan de la enfermedad, charlan de la vida y salen de estar dándole vueltas a lo mismo... También se ofrece asesoramiento de tipo laboral, nos hace mucha falta un trabajador social, seguramente en marzo lo tendremos, y es una labor que ahora mismo están haciendo las psicólogas muy dignamente.