El relevo generacional es uno de los grandes desafíos a los que debe hacer frente la ganadería. El de ovino, además, se enfrenta a otra amenaza: el lobo. Los ataques en Soria han aumentado en los últimos meses. El rebaño de Raúl Ramírez en Rollamienta ha sufrido uno de los más recientes, por suerte sin animales muertos.

Con la nueva ley que protege al lobo "no podemos ser libres en las zonas de montaña", lamenta. Por eso pide a la Junta de Castilla y León "una buena gestión para convivir con el lobo". "No queremos ayudas, queremos sobrevivir", añade.

Actualmente en Soria hay unas 220.000 cabezas de ganado ovino, la mitad que hace tan sólo diez años.

Pese a ello el sector vive un buen momento por la demanda del canal Horeca de restauración y los mercados de países musulmanes a donde exportan gran parte de la carne que se cría en las granjas sorianas.