Covid cole, vigías de aulas seguras

Nuria Zaragoza
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En todos los centros existe un coordinador COVID. Fundación Trilema abre sus puertasa El Día de Soria para mostrar cómo trabajan

La digitalización en las aulas supone un gran reto. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Son las 7.45 de la mañana y el personal del colegio de la Fundación Trilema en Soria se empeña en la disposición del vallado que ahora, en la era COVID, organiza el acceso al centro. Cuatro filas separadas, una por cada uno de los niveles que acude a clase entre las 8.00 y las 8.10 horas. Y, ahora, por la puerta de la capilla en lugar de por el acceso principal al colegio, para ganar amplitud. Los primeros en entrar, tercero y cuarto de ESO y, pasados unos minutos, primero y segundo. 

Una vez dentro, uno por uno deben superar la ‘prueba de fuego’ de cada día:el termómetro. Todos saben que, ante el mínimo síntoma de COVID-19, deben quedarse en casa pero, aún así, se mide la temperatura para asegurar. Son los alumnos mayores del centro, así que van directamente a sus clases, donde les aguardan sus tutores. Cada uno se sitúa en su mesa, que será la misma durante todo el curso. Porque, este año, no se comparte material. La mesa debe estar justo donde marca la señal roja del suelo, con la distancia suficiente del compañero para frenar un contagio. No hace calor pero las ventanas permanecen abiertas en el aula, de donde solo saldrán para disfrutar de su tiempo de recreo. Porque, ahora, son los profesores los que cambian de aula y no los alumnos, para minimizar así el movimiento entre pasillos. 

Una hora después, a las 8.50, se repite el ritual en la puerta de acceso a Trilema. Ahora es el turno de Primaria. «Cuarto, quinto y sexto entran a las 8.55 horas y hay diez minutos de margen. Se hacen tres filas en la calle separadas con vallas y van entrando curso por curso. Se pone el termómetro uno a uno y allí los espera su tutor, que los lleva a la clase. Antes de entrar en el aula, hidrogel para desinfectar manos. Una vez que ha entrado cuarto, quinto y sexto es el turno de primero, segundo y tercero de Primaria, a partir de las 9.05 horas, con el mismo proceso, diferenciados los niveles en tres filas y con el tutor esperando para llevarles hasta clase. Las salidas son igual. Cuarto, quinto y sexto salen a las 14.20 horas escalonadamente, con un margen de diez minutos. Después, primero, segundo y tercero de la misma manera;y ESO, como en la salida coincide en horario con Primaria,sale por otra puerta». Quien explica la nueva organización del centro es Marta Torreblanca Gómez, la coordinadora COVID. Como ella hay un encargado en cada centro escolar. Sobre sus hombros está la ardua tarea de velar por que el protocolo COVIDse cumple. Es la vigía de la nueva normalidad en clase. 

Los resultados evidencian que, lejos de los temores iniciales, las aulas son espacios seguros. Al cierre de esta edición había cinco aulas en cuarentena en la provincia, una mínima parte si tenemos en cuenta que cada día acuden más de 13.000 niños a clase. En Trilema, recuerdan, tuvieron que confinar un aula al inicio del curso y, desde entonces, la situación está controlada. No obstante, saben que esto puede cambiar en un instante, por lo que tienen todo preparado para actuar ante la mínima sospecha. 

El centro ha dispuesto un aula COVID, ubicada en la planta de abajo. «Cuando hay algún caso con síntomas compatibles (fiebre, tos grave…) yo [la coordinadora COVID] tendría que ir a la clase, poner el termómetro y traer al niño a la sala COVID y llamar a la familia, que se tiene que poner en contacto cuanto antes con el centro de salud para que ellos decidan si hay que hacer o no la prueba», explica Torreblanca. Si el caso sospechoso fuera en un aula de convivencia estable (los más pequeños del centro, que van sin mascarilla, o en primero de Primaria), puntualiza la coordinadora COVID, «me tengo que poner el EPI (equipo de protección individual), la mascarilla FFP2 y acudir a por el menor», matiza. 

Son las situaciones más excepcionales ya que, insiste la coordinadora COVID, alumnos, profesores y padres han colaborado y se han coordinado «a la perfección» y actualmente el grado de normalización de la situación es total. Ayuda, asume, que las aulas se han convertido en espacios «totalmente seguros» y, de hecho, advierte, la mayoría de los casos que se dan tienen su origen «fuera del centro». No en vano, de las pruebas que se han practicado a alumnos o profesores por contacto dentro de Trilema, «todas han dado negativo». 

La labor de los coordinadores exige una actualización constante, adaptándose a protocolos, nuevas medidas, restricciones... Además de la labor de ‘vigilancia’, formación y supervisión, deben hacer frente a una ardua tarea burocrática cuando aparece un caso y, también, estar atentos, a través de una plataforma, de la evolución de los casos pendientes de PCR para adoptar las cuarentenas.