El cardo rojo agredeño traspasa fronteras

A.I.P.
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La reconocida hortaliza de Ágreda incrementa su demanda en las comunidades de Navarra y La Rioja. Aunque la sexta ola ha limitado las reuniones familiares esta Navidad, el producto ya está agotado

El cardo rojo agredeño traspasa fronteras

de diciembre han puesto punto final a la campaña y lo que se recolecte en estos días ya no gozará de la misma calidad que los que se han podido consumir en semanas precedentes. «La venta este año ha estado un poco rara, como todo. Muchas familias de fuera no han venido por el COVID y son las que, sobre todo, compran este producto, ya que los del pueblo, el que más o el que menos, suelen tener. He vendido algo menos, aunque no me han quedado», cuenta Juan Pablo Omeñaca, de Frutas El Aragonés, un establecimiento familiar [él es la cuarta generación que regenta la tienda] referente en la venta de esta hortaliza agredeña tal y como se recolecta de la huerta emplazada a apenas 200 metros del autoservicio.

Así las cosas, Omeñaca sostiene que la temporada «cada vez se adelanta más» en noviembre, también como consecuencia de que las que temperaturas son más elevadas en otoño en comparación con décadas pasadas, cuando las heladas malograban la producción. «Ahora, por el calor, llegan justos para Navidad», reitera. En su caso, el frutero agredeño vende las piezas de cardo enteras, a un precio de entre ocho y quince euros, en función del tamaño.

Juan Pablo Omeñaca admite que la reseña sobre el cardo rojo de Ágreda que, en vísperas de Navidad, publicó la Guía Repsol ha tenido escasa repercusión entre su clientela, poco más del comentario sobre la inclusión en la prestigiosa publicación gastronómica. «Puede influir más en lo que se comercializa a través de internet y en mercados de fuera, pero no tanto aquí», estima.

El periodista gastronómico Alejandro Toquero Maté pone de relieve en su artículo los intentos de replicar esta singular verdura de sello agredeño en otras poblaciones próximas sin lograr reproducir el color, la textura y el sabor, que se perciben en una simple ensalada, un plato más propio de estaciones cálidas que, sin embargo, no falta en cientos de mesas sorianas a lo largo del mes de diciembre.

Lo cierto es que de la mano del cardo rojo, Toquero invita a conocer la Villa de las Tres Culturas, que acoge esas huertas árabes aterrazadas en cuyos bancales se cultiva y se entierra la popular hortaliza que pone a Ágreda en el mapa por Navidad.

El alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso, también productor de cardo rojo, reconoce que aparecer en la Guía Repsol no solo supone un espaldarazo para la promoción del cardo rojo de Ágreda, sino que es «un motivo más que impulsan a seguir luchando» por el reconocimiento nacional e internacional de este cultivo herbáceo.

«La campaña de 2021 ha sido positiva. Donde hay hábito de consumo de cardo y cultura de su transformación en la cocina cada vez se demanda más. En Navarra, el incremento es espectacular en los últimos años. Se reconoce que el cardo rojo de Ágreda es más tierno y exquisito. También se vende más en La Rioja. En el resto de territorios también ha habido un aumento, porque cada vez se conoce más y contactan más de fuera para comprarlo», resume el alcalde agredeño.

'gourmet'. Es «complejo» calcular cuánto cardo sale de la huerta de Ágreda en cada temporada. «Se calcula que unas 20.000 unidades se ponen en el mercado» de este producto 'gourmet'. «No se ha notado que haya bajado la venta por la pandemia», sostiene Alonso, aunque las restricciones de movilidad de 2020 y la incidencia de la sexta ola en 2021 sí han supuesto, como apuntaba el  comerciante Juan Pablo Omeñaca, que se hayan reducido en estos dos últimos años los desplazamientos de familias originarias de la villa agredeña. «Aún así se ha vendido todo. Donde no hay tanta cultura de limpiar y cocinar esta verdura de alta calidad, se pide mucho ya limpio para prepararlo en ensalada», apunta el regidor.

Cabe recordar que el cultivo del cardo rojo de Ágreda es artesanal y se desarrolla en pequeñas explotaciones. La planta se siembra en primavera y la campaña termina a mediados de enero, aunque en años como este se da por finalizada al concluir diciembre. Alrededor del puente de Todos los Santos, los hortelanos proceden a su cubrición, cuando ya ha alcanzado su máximo desarrollo en altura. El procedimiento es laborioso y costoso, exclusivo de Ágreda, ya que levantan una pirámide de tierra de un metro y medio de altura aproximadamente, de modo que el cardo queda protegido de las heladas del Moncayo. Es la tierra la que le aporta el color y el sabor que hacen al cardo rojo de Ágreda único, por lo que puede consumirse en crudo en ensalada.

reconocimiento. Por otra parte, el alcalde de Ágreda apostilla que sigue pendiente la conclusión de la tramitación de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el cardo rojo de Ágreda, para lo que se espera una «nueva convocatoria». 

Hay que tener en cuenta que cada vez ha menos productores, una veintena aproximadamente en la comarca, que comercializan el producto en fresco, por lo que es clave para avanzar la transformación de esta hortaliza, para así multiplicar sus posibilidades de expansión.