Club Gimnasia Soria, el sacrificio detrás de la medalla

Sergio Recio
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El Club Gimnasia Soria ha triunfado en el la cita nacional de la disciplina aeróbica pero detrás de ello se encuentra uno de los deportes con más exigencia

Club Gimnasio Soria, el sacrificio detrás de la medalla - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Una medalla de oro exige un sacrificio enorme en cualquier deporte, una dedicación casi exclusiva para lograr un objetivo que en la gran mayoría de ocasiones no se logra. Si miramos a la gimnasia esta meta se aleja un poco más, de sobra es conocida su exigencia. Cuando se consigue, como ha sido el caso de varias deportistas del Club Gimnasia Soria en el Campeonato de España de Valencia, todavía sabe mejor.

El ejemplo de Alicia Tabernero, Paulina Lasz, Silvia Martínez, Sara Sánchez y Ángela Álvarez, podría servir para cualquier gimnasta. Su amplia experiencia con tan solo 15 años, lo habitual en esta disciplina, habla también de la precocidad de este deporte. Ellas son oro nacional en grupo en gimnasia aeróbica y precisamente ellas, cuentan todo lo que hay que trabajar para llegar a ese destino dorado.  Horas y horas de exigencia máxima, perfección, dolor, entrenamiento al más alto nivel en un deporte que no admite errores.

Dedicación. Sara y Ángela son las portavoces de este grupo, «llevamos juntas desde los ochos años», recuerdan. Cuatro antes se iniciaron en la gimnasia, «lo vi por primera vez y dije a mis padres que quería hacer esto» cuenta Ángela, «lo que más me gustó es que no se parece a ninguna otra cosa», puntualiza Sara. Desde entonces conviven horas y horas a diario, «somos conscientes de lo que requiere, es esfuerzo, dedicación y disciplina». Ángela se olvida de una parte, una mentalidad de hierro forjada a base de trabajo, «necesitamos fuerza, flexibilidad, coordinación y resistencia», comenta como si nada, «sabemos que es duro, pero que con la dedicación necesaria se puede conseguir».

Saben de la necesidad de ser perfectas, «hay que ser milimétricas, todo cuenta», reconoce Sara, “a veces es frustrante y cuando algo no sale le das mil vueltas a la cabeza en casa». Es la parte que no se ve y para la que se preparan en grupo, «la unión entre nosotras es importante, es la clave de todo». 

Cuando se acercan los campeonatos llegan los momentos de más nervios, son en las dos últimas semanas cuando toda esa exigencia se multiplica, cuando se juegan el todo por el todo en una coreografía de un minuto.

Competición. La gimnasia aeróbica es muy particular. En una coreografía de 60 segundos la intensidad, el baile, los saltos y la fuerza, se combinan con una brillante estética en la que nada debe fallar. «Hay que ser perfectas», reitera Ángela, «son los últimos días cuando más se entrena, cuando todo lo que no sea la gimnasia pasa a un segundo plano». En el Campeonato de España de Valencia la dificultad aumentó. «No pudimos ensayar ni probar la pista por las restricciones». Para Sara fue el más difícil, “no era el entorno, todo estaba en silencio y fue llegar, actuar e irnos, todo era demasiado rápido».

Con 15 años apenas les quedan tres para seguir compitiendo, si la gimnasia es precoz en sus inicios, lo es más en su final, «prefiero ni pensarlo», asegura Sara, «solo quiero disfrutar con todas mis compañeras». Aunque el final llegará, «nos da mucha pena pero esta ahí», reconoce Ángela, «ojalá que podamos terminar todo esto juntas». Y puestos a pedir, «que sea en un campeonato internacional», el mismo que se perdieron en marzo cuando la pandemia canceló la cita que tenían enFrancia.

Pero eso es pasado, el presente es el oro que ya cuelga en sus cuellos, «si pensamos que solo hemos entrenado dos semanas sin contacto, esto es todavía más inesperado». Una medalla «para la que hay que sudar mucho». No descubrimos nada nuevo de la gimnasia, pero de vez en cuando, no conviene olvidar todo el trabajo que implica conseguir un pequeño trozo de metal.