Soria Saludable: Temor a la tercera ola

A.P.Latorre
-

El ciclo de salud aborda la evolución de la atención en las áreas de Cuidados Intensivos, Medicina Interna, Pediatría y Enfermería y la intensa labor en la sección de Microbiología

Soria Saludable: Temor a la tercera oleada

La atención hospitalaria centró la última sesión de la 26ª edición del ciclo Soria Saludable, emitido en La 8 Soria por la situación sanitaria. Tras la intervención del director de la Fundación Científica Caja Rural (FCCR), Juan Manuel Ruiz Liso, el director de Promecal Soria, Iván Juárez, presentó a las participantes, cuatro de ellas jefas de servicios tan relevantes en el Complejo Asistencial de soria como Cuidados Intensivos, Microbiología, Medicina Interna y Pediatría. 

La jefa de la UCI, María José Fernández, subrayó que se olvida que tras las cifras que se dan a conocer cada día hay personas, algo que personalmente le molesta. «Un puesto de UCIes mucho más que una cama y un respirador, detrás hay médicos, enfermeras, celadores, limpiadores.... Ninguna cama hospitalaria se monta de cualquier manera, requiere personal especialmente preparado y no se puede improvisar», advirtió a los que lo dudan. 

La doctora reconoció que la tercera ola está siendo peor que la segunda, que fue «bastante controlable». «Pinta muy mal, me está recordando a marzo», alertó, porque «hay muchos pacientes hospitalizados. La UCI va siempre con una semana de retraso y acaban en ella un 10% de los que ingresan en planta». «Los medios profesionales y materiales en Soria llegan hasta donde llegan...», insistió la médico. Y es que ahora la UCI tiene incluso menos personal que en la anterior oleada (dos médicos menos) y los seis adjuntos y el residente que hay tienen que hacer dos guardias a la semana, especialmente duras, y hacer las visitas a enfermos la mañana siguiente. Sería un problema si surgiera algún contratiempo, porque «el virus está ahí», o se tuvieran que abrir más puestos, advirtió en su intervención. Al mismo tiempo, agradeció la respuesta de los miembros de su equipo, que «hacen horas y vienen fuera de horarios». En cuanto a los traslados si no pudieran entrar más pacientes, sería más complicado porque las de otras provincias también están colapsadas. 

coordinación. Hay una gran diferencia respecto a marzo, ya que a la hora de abordar a los pacientes «la experiencia es un grado. Ahora se hace todo de una manera más coordinada y rápida, se calcula mejor cuándo van a evolucionar». Y, además, se han incorporado sistemas de oxigenación y ventilación, «un avance importante» porque evita que a muchos se les intube y conecte a un respirador y acorta la estancia hospitalaria y la rehabilitación. Pero el tiempo de estancia en la UCI depende de cada paciente, es la gran incógnita. Puso como ejemplo que hace poco se dio el alta a una enferma de la segunda ola que estuvo dos meses en la UCI. «En esta tercera hay pacientes que van camino de que su estancia se prolongue mucho tiempo», dijo. 

María José Fernández hizo referencia a la importancia del proceso de humanización para enfermos y familias y a la labor de los sanitarios, especialmente de enfermeros y auxiliares, para hacerles «volver a la realidad» cuando se despiertan de la sedación. Ya cuando están mejor se hacen videollamadas con los suyos, que «lo esperan como agua de mayo». A la médico le gustaría que las personas que no se toman esto pudieran ver cuando se tiene que dormir a un paciente porque sus pulmones no pueden más... «Son momentos de angustia y de pena para pacientes y familias porque saben que se les va a dormir pero no saben si van a poder despertar... En la primera ola igual no se sabía pero ahora ya saben la gravedad», explicó. Por último, lanzó dos reivindicaciones: una para reclamar a las administraciones competentes que «no se dejen escapar a profesionales», de fuera y de Soria; y otra para la sociedad, «porque todo esto nos puede pasar a cualquiera» y la saturación del sistema afecta a patología Covid y no Covid. 

en niños. María Luisa Serrano, jefa de Pediatría del hospital, que intervino vía Zoom por encontrarse en cuarentena, explicó que «dentro de lo horrible que está siendo la pandemia, que los niños se hayan visto poco afectados, ha sido una salvación». Si se hubieran colapsado las UCIs de niños, ya que no hay tantas como de adultos, «hubiera sido un desastre».

«Se está demostrando ahora que los niños no son tan contagiadores», explicó la especialista, apuntando además que la respuesta inmunitaria en los niños, por inmadurez, es muy diferente a la de los adultos. «Los recién nacidos, que parecería que es un grupo muy inmunodeprimido al que le podría afectar mucho, no ha sido así. Según van siendo más mayores, sí que ha habido algún caso con respuesta multisistémica», indicó detallando que la reacción del sistema inmunitario contra el virus en adultos ataca al propio organismo.

La doctora Serrano se refirió a la «plasticidad neuronal» para referirse a la facilidad de adaptación de los niños a la realidad, poniendo como ejemplo el uso de las mascarillas. Animó a normalizar la situación en el día a día y en cada hogar, «que el coronavirus sea algo más, no lo principal» porque «la manera en la que les influya dependerá de cómo sus padres lo hayan llevado». Lo más duro en Pediatría ha sido «el tema humano», como el contacto con los padres para evitar el contagio, pero «han sido muy receptivos y han ayudado». Se han limitado las visitas a un familiar en Pediatría, pero todo el tiempo, y en Neonatología, la madre solo porque la lactancia materna los protege. Las consultas se suspendieron en marzo, se fueron retomando en junio con horarios limitados y ahora se vuelven a parar en febrero porque hay muchos contagios. Los planes de contingencia han ido cambiando, relató, pero les han servido para organizarse y saber cómo reaccionar por si llegaba el virus a Pediatría. Además, la médico destaca que este virus ha desplazado a otros que suelen afectar en esta época a los niños, el virus respiratorio sincitial y la gripe «están desaparecidos». 

más técnicas. En este análisis a la atención hospitalaria, la jefa de Microbiología, Carmen Aldea, habló sobre la adaptación y actualización que demandó el servicio durante años y que finalmente llegó por el coronavirus, con nuevas técnicas y mejorando las relacionadas con el diagnóstico pero también respecto a la formación de técnicos y sanitarios, a los que agradeció su esfuerzo y trabajo. «En la sección de biología molecular Soria no tenía casi nada y derivaba todo a centros de referencia. Ahora, para bien, lo hacemos aquí», explicó. Destacó la aportación al inicio de la pandemia de empresas como Copiso, que cedió «todos los equipos de su laboratorio» y permitió comenzar a montar el laboratorio de Covid, que funcionó así hasta mayo.

Antes de la Covid no había sección de biología molecular y se hacía solo carga viral de VIH y de hepatitis C (se derivó por bajo número de pruebas), pero ahora se hacen coronavirus y otros tipos de virus, como varicela. Aldea indicó que su antecesor, el doctor Campos, «siempre ha luchado por introducir tecnologías, pero es verdad que en Soria, por la población, la casuística es mucho menor y juega en contra, porque siempre está el efecto coste y beneficio». Ahora se comprueba que hacer pruebas aquí tiene ventajas aunque cueste un poco más, como dar el resultado en menos tiempo, algo que con la Covid es necesario y rentable.  

A Carmen Aldea le sorprendió la pandemia, «pensábamos que llegaba el ébola, la fiebre de Crimea-Congo, la gripe H1N1... Había que estar preparados por si había algún caso. Pero en marzo en una semana estaba aquí desmesurado». Insistió en la preparación porque las pandemias podrían repetirse (anteriormente hubo avisos por gripe aviar y coronavirus MERS), por lo que apuntó a reforzar la vigilancia y la declaración epidemiológica de casos, una obligación de su servicio desde su creación en 1985. «No es que haya más casos en Soria, es que se declaran más, porque es una de nuestra labores como microbiólogos», añadió. Igualmente, incidió en la importancia de los cribados masivos para detectar positivos, especialmente por la incidencia tan alta de la tercera ola. De los 80-90 positivos que se comunican ahora, la mitad se detectan por PCR en su laboratorio y la otra mitad en Atención Primaria y cribados. 

En el servicio, al no haber microscopio electrónico, no han podido ver el Covid, pero sí su ciclo de amplificación en las PCR, «una curva sigmoidea ascendente que llega a una meseta». La experta aseguró que sí es como se representa, «una partícula esférica con proteínas espiculadas por donde se fija a la célula para introducirse y multiplicarse».

medicina interna. En Medicina Interna, la responsable de área, Marta León, reconoció que la pandemia desbordó al servicio respecto a las previsiones iniciales y que lo sigue haciendo. «Las dos habitaciones que se prepararon en la sexta planta siempre están montadas, pero no ha sido suficiente. En la primera semana necesitábamos 25 cada día, porque el incremento de ingresos era brutal», indicó. Allí estuvo ingresada la primera paciente de Covaleda el 28 de febrero con sospecha de Covid, porque había viajado a Italia, pero finalmente dio negativo. «El virus ya estaba circulando aquí», pero «por las instrucciones que se tenían no se podía detectar porque las sospechas, más allá de las procedencias de Wuhan o Italia no servían al inicio». No se creían que fuera a llegar a Soria, pero pronto comenzaron a ver radiografías que no eran habituales por afectación pulmonar, ni siquiera en gripe, y a ingresar a pacientes que iban con insuficiencia respiratoria.

En el servicio la pandemia se vive «con mucha intensidad, trabajo y cansancio por la magnitud de la tercera ola, que prácticamente está igualando a la primera y no era la esperada. Pero hay que afrontarla...». Medicina Interna se sigue adaptando a la situación, «una bola de nieve que va bajando por una gran pendiente y se va haciendo cada vez más grande y no vemos donde va a parar...». Lo que ha cambiado desde marzo es «la rapidez en la actuación» y ahora con los tratamientos se consigue frenar la respuesta inflamatoria que genera el virus en determinadas personas. Las manifestaciones de la Covid son muy variadas, desde la completa asintomatología, el cuadro catarral de vías altas o el cuadro digestivo hasta cuadros más graves como la neumonía bilateral, que puede llevar al paciente a la UCI.

En cuanto a los recursos, en este área se han adaptado plantas para mantener la atención a pacientes no Covid. La médico apuntó a tres fases: primera ola sin consultas y ocupación de todas las plantas con Covid, segunda ola intentando recuperar la actividad ‘normal’ y tercera de adaptación, de nuevo, suspendiendo quirófanos y consultas para dar cabida a los ingresos hospitalarios. La especialista cree que han aprendido a cuidar a los pacientes y a sí mismos.

Marta León opina que los numerosos contagios de estas semanas no se deben solo a Navidad, «la sociedad tiene que tomar cartas en el asunto y la responsabilidad individual es la única forma de parar esto. La sanidad tiene sus límites...». Al tiempo, anima a las administraciones a «remar en la misma dirección».