El Servicio de Prevención y Extinción de Incendios de la Diputación, que cada año realiza más de 600 intervenciones en los pueblos de Soria, vuelve a estar en el punto de mira. El equipo de Gobierno de la institución provincial, integrado por PP, PPSO y Ciudadanos, ha decidido abrir, una vez más, el debate sobre la organización del servicio en la provincia. 

No es un asunto nuevo. Legislatura tras legislatura se incluye en la agenda política. Sin embargo, hasta la fecha solo se han tomado decisiones puntuales para reforzar el servicio (con más bomberos profesionales y, también, con más apoyo de los ayuntamientos y de los voluntarios), pero sin afrontar de forma firme la «reordenación del servicio» que ahora acaba de anunciar el presidente de la Diputación, Benito Serrano. Habla de «redistribución de efectivos y medios» y aboga por una solución más «técnica» que política que responda a las «necesidades» reales de la provincia. Pero ¿cómo se atiende actualmente este servicio en los 182 municipios (de menos de 20.000 habitantes) y más de 500 núcleos de población del medio rural soriano?

colaboración institucional. La Diputación cubre el servicio de extinción de incendios con una red en la que integra doce puntos de intervención. En concreto, cuenta con cinco parques comarcales propios localizados en Almazán, Ágreda, Ólvega, El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz. Además, mantieneun convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Soria por el que abona 400.000 euros anuales que supone que, desde el parque de la capital, se  atiende a los pueblos que se localizan en un radio de 30 kilómetros. A esto hay que sumar cuatro parques de primera intervención conveniados con los ayuntamientos de Arcos de Jalón, la Mancomunidad de Tierras Altas, el Ayuntamiento de San Leonardo y Vinuesa. Y, desde 2014 se incorporó el refuerzo de dos agrupaciones de voluntarios de protección civil existentes en Berlanga de Duero y Langa. 

dotación de personal. En cuanto al personal que cubre el servicio, los cinco parques comarcales cuentan con 15 bomberos profesionales, de los que cinco son jefes de parque y diez bomberos conductores. A estos se suma el personal voluntario, clave para llegar a toda la provincia y que, aunque es «variable», según apuntan desde la Diputación, ronda los 80-100 efectivos. 

El reparto por zonas se establece distribuyendo la provincia en tres zonas: la Ribera integra a los parques de El Burgo y San Esteban y cuenta con dos jefes de parque, tres bomberos conductores y una veintena de voluntarios en San Esteban y una decena en El Burgo;el Moncayo integra a los parques de Ólvega y Ágreda, con dos jefe, tres conductores y los voluntarios;y en Almazán hay dos jefes y cuatro conductores (si bien uno de estos se va moviendo según las necesidades), a los que hay que sumar los voluntarios. 

En cuanto al parque de la capital, cuenta actualmente con una plantilla de 36 bomberos profesionales. En virtud del convenio con la Diputación, el SEIS dispone de seis bomberos de refuerzo en las zonas comarcales de la provincia, atendiendo de forma directa, además de a la zona centro, también a gran parte de la comarca de Pinares. De las 576 intervenciones en las que actuó el parque de la capital el año pasado, 127 fueron en un radio de 30 kilómetros. 

En el parque de primera intervención de Arcos hay ocho personas, en San Leonardo, tres, y en Vinuesa y Tierras Altas, cuatro en cada uno. 

El Ayuntamiento de Berlanga pone a disposición del servicio provincial una motobomba, seis equipos de protección individual, dos equipos de respiración, herramientas, así como material contra incendios. La asociación cuenta con al menos cuatro voluntarios. Por su parte, el Ayuntamiento de Langa aporta un vehículo, un depósito con bomba de 500 litros, cisterna tractor de 10.000 litros con toma de incendios, así como diversos utensilios para prestar el servicio contra incendios. La asociación además pone a disposición del servicio once voluntarios.