La huella de la historia

Ana Pilar Latorre
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Una serie documental de la BBC despertó el interés de Raúl Utrilla por este tema y años más tarde comenzó a descubrir personajes históricos tras contrastar datos y fuentes en distintos archivos

La huella de la historia

La curiosidad o afición de Raúl Utrilla por la Historia comenzó de niño gracias a una serie documental de la BBC que seguía con mucha atención,Europa poderoso continente, y que «puede que alguno recuerde porque creo que se emitió a principios de los años 70». Cumplidos ya los 25 años, se despertó su interés «por bucear en fuentes históricas», lo que combinó con estudios de genealogía. Así, fue descubriendo algunos personajes, contrastando datos y fuentes. Por «una mezcla de curiosidad y placer» y dado que vivía en Madrid, comenzó a visitar asiduamente diversos fondos documentales, como la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional, la Biblioteca de la Real Academia de la Historia... También se ha documentando en el Archivo Histórico Provincial de Soria, el Archivo Diocesano de Osma-Soria, el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, el Archivo General de Palacio y otros muchos archivos parroquiales y municipales de distintos lugares.

«El primer hallazgo documental que me llamó poderosamente la atención fue el testimonio del paso de una embajada persa por Serón de Nágima en el verano de un lejano año de 1601, fecha que se registra en uno de los libros parroquiales por alguien que fue consciente de la trascendencia del hecho», comenta el investigador. Raúl Utrilla recuerda que, años después, en 2006, decidió darlo a conocer en la Revista de Soria, «en un artículo que titulé usando un término marino, escala, ‘La embajada del Sha Abbas I El Grande y su escala en Serón de Nágima (Soria)’. No fue esta mi primera publicación, pero sí lo considero mi primer gran hallazgo documental». 

lazos familiares. La primera personalidad a la que dedicó un artículo y a la que le unen lazos familiares, pues era hermano de un antepasado directo suyo por su segundo apellido y a quien localizó en los fondos documentales de la Universidad de Alcalá del Archivo Histórico Nacional fue Francisco Bernardo Muñoz.  Nació en Ciria en 1715 y se formó en las universidades de Sevilla y Alcalá de Henares, fue rector del Colegio de Santa Catalina de los Verdes, nombrado por el infante-cardenal Luis de Borbón y Farnesio teniente contador mayor de Rentas Decimales de Alcalá y elegido canónigo de la Iglesia Magistral de Alcalá en 1754, otorgándole poco después el cardenal y conde de Teba Luis Antonio Fernández de Córdoba Potocarrero la dignidad de arcipreste de Santa María, resultando finalmente electo en el año 1771 abad mayor de la Iglesia Magistral de Alcalá y canciller de su universidad, que representaba la máxima autoridad religiosa de la misma, muriendo a los 15 días de su elección.

Algunos personajes guardan relación entre sí. Por ejemplo, a Francisco Javier Calvo de Cortos llegó «por similares razones» que al anterior, «pues igualmente es hermano de un antepasado directo mío». También ha investigado a varias figuras relacionadas con Ágreda, como a Fray Julián Garcés de los Fayos y González de Castejón, pudiendo establecer Ágreda como su lugar de nacimiento, tal como publicó El Día de Soria. Fue el primer obispo novohispano de la diócesis de Tlaxcala-Puebla de los Ángeles. 

De la localidad del Moncayo eran originarios los médicos Juan Clemente Ximénez de Cortos y Juan de Cabriada. El primero fue propuesto por el Real Protomedicato para ocupar una plaza de médico de cámara del monarca Felipe V, quedando a la espera de la vacante de un titular cuando falleció, pero trató a otras personas de la Corte, como Sor mariana de Austria, dando muestras de su mucha ciencia. El segundo fue médico de cámara de Carlos IIy autor de la Carta Filosófica Médico Química, dedicada a su protector el conde de Monterrey y considerada como principal manifiesto del movimiento novator.