Estudiantes universitarios, ¿en piso o residencia?

Nuria Zaragoza
-

El precio del alquiler de una vivienda en Soria oscila entre los 500 y los 650 euros, mientras que en las residencias públicas va de 100 a 500 euros el mes

Imagen de archivo de la residencia

En pocas semanas arrancará el curso en el campus de la Universidad de Valladolid en Soria y en Formación Profesional, por lo que los estudiantes de fuera buscan alojamiento tanto en pisos compartidos como en residencias tanto públicas como privadas, que han reducido sus plazas para adecuar espacios y facilitar que se mantengan las distancias de seguridad. Así, la demanda de piso compartido aumenta un 20% en Soria, de forma moderada, aunque los precios son similares a los del curso pasado, en torno a los 500 y los 650 euros al mes a repartir entre los inquilinos, lo que sale a una media de 200-250 euros por cada estudiante. A eso habrá que sumarle luego los gastos de manutención, sobre todo de comida e higiene, más los de matriculación y los necesarios para los estudios. Pero sobre todo los de telefonía y conexión a internet, ya que se impone el sistema semipresencial.

Los precios de las residencias varían. En las públicas pueden ir de los 100 a los 500 euros, dependiendo de al capacidad económica de las familias. La Junta de Castilla y León ya estableció un cálculo personalizado para el precio de las residencias, incorporando criterios sociales para fijar un importe en función de la capacidad económica del usuario y eliminando la cuota plana, en el que todos los ciudadanos pagaban lo mismo. 

Estos centros incluyen alojamiento y manutención continua y se reservan plazas para jóvenes en situaciones de vulnerabilidad, participantes en programas de integración, víctimas de violencia de género, jóvenes deportistas de federaciones, jóvenes participantes en programas de movilidad y jóvenes descendientes de castellanoleoneses en el extranjero. Las residencias privadas (en Soria tan solo hay una de religiosas y femenina)  cuestan de 400 a los 600 euros.

 Aunque en muchas ciudades se ha impuesto en el alquiler una cláusula covid por si los inquilinos tienen que marchar a mitad de curso a sus lugares de origen, lo cierto es que las inmobiliarias de Soria reconocen que no conocen casos en la ciudad. «Es algo que acordarían si se diera el caso entre ellos» o «puede que algunos lo incluyan en el contrato», explica Eliseo García, de la inmobiliaria Alfa Soriapiso. Lo cierto es que el año pasado hubo estudiantes que salieron de Soria antes de declararse el estado de alarma, para pasar el confinamiento en el hogar familiar, por lo que tuvieron que cumplir o negociar el pago de la renta;mientras que otros no pudieron moverse hasta que se pasó de fase y permanecieron en Soria, caso en el que no se dio el problema del pago. 

cláusula. El portal inmobiliario Idealista reconoce que la pandemia del Covid-19 está generando gran incertidumbre en cuanto a saber si las clases serán presenciales o se impartirán vía online, lo que «condicionará el cumplimiento de los contratos de alquiler». Así, para las familias de estudiantes que estén buscando piso, recomienda «analizar la inclusión de una cláusula covid, es decir, una disposición que prevea cómo adaptar el contrato en caso de que se produzca un nuevo confinamiento». Y es que el confinamiento en la primavera pasada tuvo «un fuerte impacto» en el alquiler para estudiantes y «generó incumplimientos, impagos y todo tipo de conflictos».

Ante la incertidumbre de si las clases podrán impartirse de manera presencial o digital, «los contratos de arrendamiento deben estar preparados para esta situación en el nuevo curso». Se trata de una cláusula del contrato de alquiler que especifica las condiciones en caso de un rebrote o de una futura nueva pandemia y  su objeto es intentar conciliar intereses contrapuestos, ya que los estudiantes quieren que se les permita abandonar el piso antes de la finalización del contrato y ahorrar a sus padres el pago del alquiler. 

Por su parte, los caseros pretenden asegurarse si es posible el alquiler durante el curso completo, ya que si los estudiantes se marchan antes de tiempo perderán buena parte de sus ingresos, al resultar muy difícil alquilar de nuevo el piso hasta el siguiente curso. Una solución puede ser acordar una reducción de la renta durante el periodo de un nuevo confinamiento, para que los estudiantes sigan en el piso de alquiler continuando con la docencia online.