Teruel y Ciudad Real como modelo para el aeroparque de Soria

Nuria Zaragoza
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El consejero de Vertebración del Territorio de Aragón destaca la «rentabilidad social» del proyecto turolense. La demanda ha acelerado el proceso de ampliación del CRIA

Teruel y Ciudad Real como modelo para el aeroparque de Soria

El proyecto del Aeroparque Tecnológico Industrial de Soria, el ATI, promete convertir el aeródromo de Garray [propiedad de la Diputación] en una infraestructura de invernaje, mantenimiento y reciclaje de aviones en un plazo de tres años. Es la propuesta de Layonair, la adjudicataria del contrato tramitado por la institución provincial para «captar empresas» para el ATI. Dispone de 36 meses de plazo y 250.000 euros para conseguir el objetivo:cuatro empresas y 60 empleos en Garray.

El presidente de Layonair, Carlos Escobar, apoya su proyecto en la situación actual del sector aeronáutico. La pandemia de la COVID-19 ha hecho bajar «desmesuradamente» el tráfico aéreo y eso supone que «en Europa hay que invernar una flota de 3.000 aviones». A esto suma una segunda línea de negocio, el reciclaje de aviones. Según sus cálculos, «hay 1.437 aviones en Europa que van a ser reconvertidos o reciclados». Hay un nicho de mercado y su idea es que el aeródromo de Garray y el anexo PEMA[Parque Empresarial del Medio Ambiente] puedan acoger una mínima parte de este ‘pastel’.

Soria se fija en la plataforma aeroportuaria de Teruel y en el aeropuerto de Ciudad Real. «Teruel está con el cartel de no hay plazas y están en un proyecto de ampliación que les llevará un año, y en Ciudad Real están destinando el 65% de la capacidad de sus instalaciones a aviones aparcados. Con solo un 1% de ese mercado el proyecto del ATIen el primer año ya supondría un interés de máximo desarrollo en Soria», justifica Escobar. 

Teruel y Ciudad Real como modelo para el aeroparque de SoriaTeruel y Ciudad Real como modelo para el aeroparque de SoriaDesde el equipo de Gobierno de la Diputación se han volcado en el proyecto, que ven como la única opción real sobre la mesa para «el desarrollo de la provincia». Desde El Día de Soria queremos conocer de cerca el modelo de Teruel y el de Ciudad Real para indagar en el potencial del sector, el mercado existente, la creación de empleo real vinculada a un proyecto de este tipo y hasta qué punto una iniciativa así puede ser clave para luchar contra la despoblación. 

teruel, modelo de éxito. La Plataforma Aeroportuaria de Teruel (PLATA)es propiedad del Gobierno de Aragón (60%) y el Ayuntamiento de Teruel (40%). Un consorcio público se encarga de gestionar las infraestructuras e inversiones asociadas a las 340 hectáreas que conforman la instalación. La rentabilidad del proyecto llega a través de las tasas que cobran a las empresas concesionarias que operan allí, siendo su principal cliente Tarmac, filial de Airbus y empresa líder en el mantenimiento, estacionamiento y reciclado de los aviones. 

El modelo es viable y «autosuficiente» y permite dimensionarlo «conforme las necesidades de los clientes o los nichos de negocio van apareciendo». De hecho, desde que se ideó el proyecto hace una década y comenzó a funcionar hace siete años el proyecto no ha dejado de crecer. A los 40 millones invertidos hasta ahora se suman proyectos en ejecución en estos momentos por valor de 25 millones: «Estamos construyendo un hangar con capacidad para dos A380, haciendo obras de ampliación de la plataforma de estacionamiento, una nueva fase de la campa donde estacionan las aeronaves que gestiona Tarmac, construyendo un hangar para pintura, otras tres naves...», resume el consejero de Vertebración del Territorio del Gobierno de Aragón y presidente del consorcio público, José Luis Soro. Es el horizonte más cercano pero la capacidad de crecimiento del proyecto obliga a «anticipar» necesidades y trabajar en el medio y largo plazo. Por ello, se tramita ya la ampliación de la fase IV de la ampliación de la campa y «estamos planteando un nuevo PIGA (Proyecto de Interés General de Aragón) para ampliar de forma sustancial la superficie destinada a estacionamiento». En concreto, 200 hectáreas más. 

«El proyecto ha permitido poner en valor una infraestructura pública. Estamos muy acostumbrados desgraciadamente a ver algunas inversiones públicas que, al final, no han servido para lo que tiene que servir cualquier inversión pública, que es para conseguir una rentabilidad social. En el caso de Teruel, para arraigar la población, para generar empleo, para poder luchar contra la despoblación...», justifica Soro.  

Varias claves pueden explicar el éxito de este proyecto. En primer lugar, la «decisión acertadísima» y «realista» adoptada en su día de descartar un aeropuerto comercial y apostar por un «aeropuerto industrial». 

Fueron «pioneros» y eso abrió la puerta a Tarmac que, «más que un cliente, es un socio» con el que trabajan «con absoluta complicidad en el desarrollo del proyecto». Nadie duda que la actividad de estacionamiento y reciclado que ofrece Tarmac ha sido y es la actividad motora pero, a partir de ahí, «nos ha permitido ir abriendo otros nichos muy vinculados con la innovación. Además de Tarmac, se alojan empresas de vanguardia en temas como drones, motores de cohete, observación atmosférica...», destaca el presidente del consorcio, que insiste en el esfuerzo por impulsar y promocionar la I+D+i. 

Innovaron, apostaron, invirtieron y lo hicieron además sin fisuras, con «absoluto consenso político». Es otra de las claves. Dos administraciones de signo político diferente y gobernadas por seis partidos integran el consorcio donde «las decisiones no se votan porque siempre hay acuerdo». «Porque todos miramos por el bien de este proyecto que pertenece a la sociedad, no a las administraciones», justifica el consejero aragonés.

El proyecto rueda solo pero la pandemia le ha dado además un nuevo impulso. Con el tráfico aéreo bloqueado, «ha habido más de un centenar de aviones estacionados».

El aeropuerto de Teruel genera en estos momentos «cerca de 200 puestos de trabajo». Es «empleo cualificado y empleo que arraiga, porque este proyecto no se puede desarraigar» del territorio, destaca el consejero, quien conoce bien lo que es luchar contra la despoblación. 

Precisamente por ello, desde el Gobierno de Aragón trabajan por «cerrar el círculo» y, de la mano de Educación, están dando pasos para formar en conservación de aeronaves en Teruel. «Acabamos de firmar un protocolo entre el aeropuerto de Teruel y el departamento de Educación del Gobierno de Aragón para construir un hangar para las prácticas de los alumnos, futuros trabajadores del aeropuerto», anuncia. Con ello se pretende que, más allá de atraer mano de obra -que también-, «la gente de Teruel ejerza el derecho de poder quedarse a vivir, por eso estamos impulsando la formación específica aquí», justifica. «Se trata de anticiparnos a las necesidades», reitera.

La labor del consorcio público se centra en poner a disposición de los clientes sus instalaciones, por lo que no tienen un conocimiento real del negocio. No obstante, a la vista de las solicitudes de sus clientes, considera Soro, «hay mucho nicho y  mucho potencial, evidentemente. Hay margen y por eso precisamente estamos ampliando y abriendo además otras vías». Entre otras, recuerda el pintado de aviones y los vuelos de pasajeros, para lo que ya cuentan con autorización.

cria, expansión acelerada. El Aeropuerto Central Ciudad Real es un aeropuerto privado. En 2018 entró en concurso de acreedores y lo adquirió la actual propietaria, Ciudad Real International Airport (CRIA), que lo puso en funcionamiento en septiembre de 2019. Su plan de negocio se basa en «dedicarlo a negocios que permitan viabilizarlo económicamente», dado que «es una infraestructura muy grande (800 hectáreas) y el coste de mantenimiento es muy elevado», justifica el director de relaciones institucionales de CRIA, Fernando Sánchez Bódalo. Precisamente por ello, el aeropuerto manchego basa su negocio en la combinación de diferentes servicios:aviación comercial de viajeros (centrado en aviación ejecutiva, principalmente para caza y empresas), logística (carga), y estacionamiento y mantenimiento de aviones (aeropuerto industrial). 

En su caso, la pandemia ha supuesto el éxito inesperado de una de estas líneas, la zona de estacionamiento de aviación comercial. La alta demanda ha acelerado sus planes de expansión y motivado un proyecto de ampliación de la plataforma que supone una inversión de diez millones de euros, ahora en ejecución. 

La justificación de esta operación está en el propio mercado: con el tráfico aéreo restringido, las compañías han buscado un lugar donde estacionar sus aeronaves y Ciudad Real -que es uno de los aeropuertos más grandes de España- se ha convertido en un aeropuerto estratégico y competitivo. Su parquin es ya la «actividad tractora» del aeropuerto, lo que ha obligado a acelerar el desarrollo de su plan director:«Lo que había planteado consolidar en un horizonte de entre tres y cinco años, la demanda ha obligado a acelerarlo y hacerlo en medio año. Hay una oportunidad que no se puede dejar escapar», justifica Sánchez Bódalo. «Ahora tenemos cerca de 60 aviones estacionados y en septiembre entrarán 50 más porque estamos en pleno proceso de ampliación y, al final de año, se sumará otra ampliación. El objetivo es llegar al horizonte de 260-300 aviones grandes a final de año», anuncia. 

Vinculado al aparcamiento, la línea de mantenimiento. El CRIAcomenzó trabajando con dos compañías que prestan servicios de mantenimiento a aeronaves estacionadas en tierra y suma ya seis firmas. No hay exclusividad para ninguna empresa y eso ha permitido que haya «rivalidad pero, también, complementariedad». Con todo ello, Ciudad Real aspira a convertirse, «por tamaño, en uno de los aeropuertos industriales de referencia en Europa». «Hay mercado y hay empresas internacionales dispuestas a explorar el territorio español», por lo que desde el CRIAven con buenos ojos el proyecto soriano. «Es un proyecto pequeño, bien dimensionado desde el principio, no estridente. Teniendo un buen plan director y una buena idea de negocio creo que es un proyecto que permite aprovechar las infraestructuras que hay e ir ampliando. Es un sector con campo en España, tiene recorrido, y las iniciativas que surjan son interesantes», felicitan desde Ciudad Real.  

El aeropuerto industrial centra el desarrollo del CRIAen estos momentos pero eso no ha supuesto dejar de lado el resto de líneas de negocio. La infraestructura nació hace más de dos décadas como aeropuerto logístico y esta sigue siendo una línea básica de expansión. «Se ha ralentizado pero es el futuro» y el segundo año podrá estar funcionando «al 30-40% de nuestra capacidad», confía el portavoz del CRIA. Tampoco se deja de lado el tráfico aéreo comercial. De momento, la aviación comercial de viajeros se ha centrado en la aviación ejecutiva y de caza, que ha sido clave en este primer año de vida para dar viabilidad al proyecto. La terminal comercial de pasajeros, por ahora, no contempla líneas regulares.

La infraestructura se ha convertido en un motor económico para la provincia. «El aeropuerto necesita 50 empleados y ahora mismo hay trabajando cerca de 200, y no deja de crecer. El objetivo es que a finales del año que viene el aeropuerto habrá generado en torno a 250 empleos directos y el efecto inducido sea mucho mayor. El tercer y cuarto año puede estar en los 750», confía Sánchez Bódalo, quien recalca además que es un «empleo cualificado de relativa calidad». «Se puede atraer talento pero es una manera también de recuperar población, nos está ocurriendo a nosotros, gente que ha vuelto a sus orígenes», subraya. Porque, como en Soria, en Ciudad Real y en Teruel sus aeropuertos se ven como un balón de oxígeno para asentar y fijar población.