División de opiniones por el adoquinado del centro

Ana Pilar Latorre
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Para el Ayuntamiento es la mejor opción, pero para los conductores habituales de la zona centro, como taxistas y repartidores, es incómodo y causa averías en los vehículos

División de opiniones por el adoquinado del centro - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

El adoquín invade poco a poco el centro de la ciudad de Soria. Mientras que para el Ayuntamiento es la mejor opción por su imagen y resistencia, para los conductores que circulan habitualmente por la zona centro, como repartidores y taxistas, es incómodo y puede causar averías en los vehículos. El equipo de Carlos Martínez Mínguez optó por el empedrado para evitar los problemas del anterior firme y homogeneizar el pavimento de todo el centro, acorde al entorno monumental  y en zonas específicas donde el vehículo debe circular a menos de 30 kilómetros por hora. El entorno de San Juan de Rabanera hasta la calle Los Betetas, de la plaza de Mariano Granados hasta Nicolás Rabal, el Palacio de los Condes de Gómara, la parte inferior de las calles Sagunto y Santa María  y los alrededores de Santo Domingo hacia el Carmen son zonas ya adoquinadas junto a zonas peatonales en las que se ha limitado la circulación a 30 kilómetros por hora. Estas calles son paso obligado para muchos conductores profesionales, que sufren los efectos del empedrado.

La concejala de Urbanismo, Ana Alegre, opina sobre las quejas que pueda haber que  «son opiniones. A unos gustará y a otros no». «Son zonas de 30 kilómetros por hora y técnicamente es lo que mejor se ha considerado para evitar que se rompiera y se hundiera, porque sufría los efectos de la carga y descarga», comenta. En cuanto a la actuación que se desarrolla ahora en la calle San Juan de Rabanera esta semana, detalla que se están reponiendo adoquines por tramos por parte de los trabajadores del almacén municipal y del taller de empleo, al tiempo que se retiran los resaltes donde había semáforos, una petición que se había realizado desde la ciudadanía. De esta manera, se ha optado ahora por otro material, ya que el anterior «no había sido el acertado». Se trata de «adoquines de granito de caras irregulares, colocados dejando juntas anchas (de dos centímetros o un poco más), que se rellenan de mortero de cemento de resistancia alta. Previamente a la colocación de los adoquines también se extiende una base o cama de mortero de cemento, de consistencia más seca que la que se coloca rellenando las juntas, que es más líquida», detalla. 

traqueteo. Para el colectivo de taxistas, el adoquinado instalado en la ciudad es el «caballo de batalla» porque repercute negativamente en la comodidad de los ocupantes y la mecánica de los propios vehículos. José Luis García, responsable de la asociación, dice que ya se han trasladado quejas al Ayuntamiento sobre este pavimento, en el que creen que el Ayuntamiento está «empecinado». Se sienten «imponentes» ante esta actuación urbanística y la continua reposición de piezas, con los consiguientes desvíos y cortes de tráfico, como los semáforos colocados en la calle San Juan de Rabanera. 

Se optó por retirar el suelo de antes, de aglomerado asfáltico, que para los taxistas «se adaptaba mejor a las condiciones climáticas de Soria» y «no suponía tanto bote y averías en los vehículos». Yel adoquinado es la opción elegida para las actuaciones de peatonalización, que continuarán por las calles Santa María, Sagunto, Ferial, Calixto Pereda, Condes de Gómara..., lamenta el gremio. «Los vehículos sufren mucho al circular por el adoquinado ya que afecta negativamente a los transmisores, a las viguetas de la dirección, a las ruedas...», detalla García. A ello, se suma la incomodidad de los ocupantes de vehículos, «que botan y se quejan» cuando se atraviesan estas zonas. «A mí también me gustan mucho las Calzadas Romanas, pero para verlas, no para usarlas», denuncia. 

García pone como ejemplo que «en Bilbao hay adoquinado repujado y plano, se puede incluso andar descaldo, es más bonito.En Garray también se ha colocado otro adoquinado más apropiado para el tránsito. Y en Arguedas hay un adoquín de granito que se ha colocado plano, pero aquí están los picos para afuera...». El taxista espera que el Ayuntamiento recapacite y se realiza una buena colocación del empedrado, «sin los picos para afuera», o de otro pavimento más apropiado.

A los repartidores que hacen rutas por la ciudad tampoco les convence el adoquinado. Un repartidor de paquetería que pasa por el empedrado «al menos veinte veces al día»

La piedra es más bonita, duradera y resistente al desgaste, pero se tarda más en colocar manualmente y reponer y es más ruidoso; mientras que los pavimentos  aglomerados tienen mayor superficie de rodadura y son más contaminantes, pero es más silencioso y las reparaciones se realizan antes. Hay que tener encuenta también el efecto que causan algunos vehículos pesados en el pavimento.

Lo mismo opinan los conductores de empresas de reparto y distribución que se mueven habitualmente por el centro de Soria. Uno de ellos indica que el empedrado «lo sufrimos los conductores y los vehículos, no es el pavimento más indicado a pesar de que se limite la velocidad. Es peor que ir por un camino sin asfaltar». Explica que su vehículo todavía no se ha averiado, pero que «es algo que se nota más a largo plazo». También quiere hacer hincapié en los semáforos instalados en la calle San Juan de Rabanera, ya que «cuando algún conductor se lo salta se crean atascos». Lo ideal sería un adoquinado bien colocado, que no produzca tanta vibración y cambio.

Hay pavimentos alternativos que ya se prueban en otras ciudades. Por ejemplo, en el Casco Histórico de Zaragoza se ha estudiado la colocación de una capa de asfalto con adoquines dibujados por impresión caliente de plantillas con trama metálica. Las ventajas son una mayor durabilidad que el adoquinado y más comodidad para conductores y peatones. La ejecución y el mantenimiento es más cómodo, sobre todo si hay que levantar la calzada. El punto negativo es que al no ser real, no es tanta la consonancia con el entorno patrimonial.

averías. Puede decirse que el gremio de mecánicos es uno de los beneficiados por el cambio de pavimento, por los daños en el vehículo que puede producir a largo plazo la circulación habitual por este tipo de calles. Las averías más frecuentes del tráfico rodado por el empedrado afectan a los neumáticos, la suspensión, la transmisión y la dirección, explican los mecánicos. Si las ruedas se desgastan, pierden el agarre, si los amortiguadores están en mal estado se pierde distancia de frenado, se puede dañar el sistema que manda potencia del motor a las ruedas motrices y los baches pueden afectar a la rótula de dirección y perder el paralelismo de las ruedas, además de que se pueden dañar los sistemas de fijación de salpicaderos, puertas o ventanas. A ello se suman ruidos y vibraciones, molestos y difíciles de eliminar.