La huella de la contienda

Nuria Zaragoza
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La Comandancia cuenta con un equipo especializado en búsqueda y localización de artefactos explosivos. Todos los años se identifican, sobre todo en casas antiguas, «cinco o seis» restos de la Guerra Civil

La huella de la contienda - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Quienes combatieron en la contienda entre 1936 y 1939 guardaron, al regresar a casa, algunos artefactos que habían utilizado en el frente como recuerdo pero, también, por seguridad. Los escondieron en los graneros de sus casas, en las alacenas, en aparadores, en baúles... y, con los años, se olvidaron de ellos. Todavía hoy, 80 años después, siguen apareciendo. 

En la provincia, la Guardia Civil ha detonado en los últimos años cerca de una treintena de artefactos explosivos, la inmensa mayoría procedentes de la Guerra Civil. Lo ha hecho en Soria capital, Ágreda, Villar del Campo, Valdeavellano de Tera, Cidones, Fuentelsaz, Cabrejas del Pinar, Almazán, Covaleda, Golmayo, Arcos de Jalón... Toda la provincia está regada de restos de la contienda, según los datos facilitados por el Gobierno en una respuesta parlamentaria al senador de EH Bildu Jon Iñarritu. A nivel nacional, el ‘arsenal’ detonado desde 1985 supera los 35.000. «Si bien la  práctica totalidad se correspondería con artefactos explosivos de la Guerra Civil española, no es posible asegurar que la procedencia de todos sea dicho conflicto bélico», matizan.

«En Soria van apareciendo cosas, aunque no en exceso porque en Soria no hubo mucha contienda», advierten desde el Equipo de Búsqueda y Localización de artefactos explosivos (EBYL) de Soria. Es el equipo especializado de la Comandancia de la Guardia Civil de Soria que, integrado por tres agentes, atiende las llamadas de toda la provincia cuando se localiza una pieza sospechosa de poder explosionar. No obstante, «sí quedan algunas cosas de gente que participó tanto en la Guerra Civil como en el Ejército y ha podido traer algunas cosas a casa, bien como trofeo o como protección, y las han guardado. Ahora, sobre todo los fines de semana, cuando los hijos van a limpiar el desván, es cuando aparecen», explican los miembros de este equipo. 

qué aparece en soria. «En Soria suelen aparecer, sobre todo, granadas de mano. Por lo general, las trajo el abuelo y, con el paso del tiempo, se quedaron olvidadas en el cajón. El abuelo fallece y ahora lo encuentran los nietos, y puede ser peligroso. Por eso recomendamos siempre que, cuando se encuentre algo que puede ser susceptible de ser un artefacto explosivo, avisen de inmediato a la Guardia Civil para pasar y retirarlo», recalcan desde el EBYL. El consejo se repite varias veces durante la conversación, porque existe un «riesgo», subrayan. Y en este sentido, advierten, «por fuera puede parecer que está deteriorado y que ya no tiene peligro pero el explosivo no pierde (o pierde poca) efectividad». 

Las granadas de mano son lo más habitual pero ha habido también en Soria algún caso peculiar: «Una de las últimas actuaciones que hemos tenido, un disparo completo de procedencia rusa que estaba en el interior de una vivienda. Se utilizaron en la Guerra Civil y es muy raro tener ese tipo de cosas en una casa», reconocen. Aluden al artefacto localizado en el interior de una vivienda en Garray el pasado mes de febrero, un disparo de 45 milímetros de origen ruso de cañón contracarro de combate.

En otra ocasión, «un 25 de diciembre, apareció en el monte una pieza [en la imagen de la izquierda, la bola verde que aparece sobre la mesa] sospechoso. Era una bola de una suspensión hidráulica de un vehículo pero, como tenía inscripciones y por la forma, el que la encontró pensó que podía ser una bomba de la fuerza naval. Fuimos, la analizamos y la recogimos», especifica el agente.

Porque, a veces, en los hallazgos hay también algunas falsas alarmas. Piezas de maquinaria pesada, antiguas herramientas... que pueden despertar (por la forma y el aspecto antiguo) ciertas sospechas pero que, al analizarlas, se observa que no son tal. Sea como sea, siempre se pide precaución, no manipular las piezas, y esperar a la intervención de los profesionales para descartar el peligro.

cómo Se actúa.«Cuando se localiza algo que podría ser un artefacto,   la persona que lo ha localizado llama al 062, al teléfono de la Guardia Civil, o al 112, y se activa el dispositivo. Los integrantes del EBYL nos acercaríamos al lugar y se analizaría si se trata de algo peligroso o no. En caso de que no lo sea, que no contiene explosivos, lo retiraríamos nosotros mismos. Si contiene explosivos, habría que activar al Grupo Especialista en Desactivación de Explosivos (Gedex), que en nuestro caso tiene su sede en Burgos, y tendría que desplazares a Soria para proceder a su desactivación o retirada a un lugar más seguro, donde lo puedan desactivar», explican desde el EBYL sobre el procedimiento que se sigue cuando se halla un elemento susceptible de explosionar. 

Todos los casos en los que se interviene se estudian, recalcan los especialistas, que cuentan con una formación especial en la materia y, también, con un equipamiento propio: «Tenemos el traje que ronda los 45 kilos y cuenta con una protección antifragmentos. Y, luego, es muy importante la distancia por lo que, para poder manipular algo si fuera necesario, podemos contar con piezas para utilizar la pesca del paquete, con cuerdas y demás... Además, disponemos de equipos de transmisiones y de un equipamiento para poder hacer inspecciones de paquetería, maletas... mediante radiografías (con un inspector de rayos x que puede hacer una radiografía en cualquier lugar ya que es autónomo). Y, si tenemos riesgo de que nos puedan agredir a través de mando a distancia o de que nos tiendan una trampa, contamos con un perturbador de ondas que anula todas las señales (eso supone una seguridad de que por radiocontrol no pueden atacar)», enumeran sobre el material más básico, que se completa con otros aparatos más técnico. Actúan en toda la provincia y tanto en exteriores como interiores. «Cuando aparecen artefactos en parajes o campos suele ser más por la zona próxima a Arcos de Jalón y, lo demás, cuando es viviendas, desvanes, alacenas antiguas... puede aparecer en cualquier lugar», especifican. 

el desconocimiento. El principal problema con el que se topan es «el desconocimiento», que conduce a entrañar riesgos innecesarios. «Algunas cosas se pueden confundir y hemos llegado a encontrar explosivos en cajas de juguetes antiguos. Piensan que es un juguete, cuando no lo es», lamentan. Y la ignorancia a veces conlleva un peligro para quien lo encuentra, pero también para los propios profesionales:«Ha llegado a ocurrir algún caso de gente que ha cogido el artefacto y lo ha metido al coche con la intención de llevarlo al cuartel». Rememoran también «una actuación donde había una pieza encima de la hierba, y se notaba que no había pasado ni el rocío. Nos avisó una persona mayor y, cuando llegamos allí y nos acercamos para ver la situación y le preguntamos si eso había sido depositado ese mismo día. En voz muy bajita nos dijo: «Es que la he tirado desde ahí arriba a ver si explotaba». Eso es lo que no se puede hacer nunca», remachan. 

Por ello, concluyen con un consejo que, insiste, debe quedar claro:«Nunca se debe manipular las piezas encontradas. Hay que avisar, no tocarla, salir de la habitación o de donde esté el supuesto explosivo, y ya pasaremos a ver qué se puede hacer. Pero en ningún caso tocarlo ni manipularlo», reiteran.