"Sánchez hace lo que sea con tal de no bajarse del Falcon"

JAVIER M. FAYA (SPC)
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El abogado del Estado que fue cesado por el Gobierno por su negativa a retirar el delito de rebelión de la acusación a los líderes del procés es el número cuatro de la lista de Ciudadanos por Madrid para las elecciones generales

"Sánchez hace lo que sea con tal de no bajarse del Falcon"

Un héroe. Así definió a Edmundo Bal el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuando le presentó en Toledo hace un mes. Y es que era el abogado del Estado que cesó el Gobierno por negarse a retirar la acusación de rebelión contra los líderes secesionistas. Azote de futbolistas defraudadores -Messi, Cristiano, Modric...-, de los implicados en la Gürtel -fue demoledor su alegato final-, este onubense de 53 años afronta con ilusión una nueva etapa en su vida, la de la política. Es el número cuatro de los naranjas por Madrid y suena para ministro. Amante de la informática, corredor aficionado, motero -ayer se le pudo ver disfrutando con su jefe en un acto electoral-, preparador de opositores, confiesa que está disfrutando muchísimo con la campaña. Se ríe al reprocharle que por su culpa, espantó a CR7, que dejó huérfano al Madrid. Es entonces cuando confiesa que tiene una hija futbolista y 'merengona' y que él es del Atleti.  

¿Es usted un héroe?

No.

¿Qué es para usted un héroe? 

Un héroe es quien hace mucho más que lo que constituye su obligación. Supera aquello que le es exigible de un modo que no haría otra persona en esa misma situación. Alguien que se interpone delante de una bala dirigida a otro, por ejemplo.

Yo cumplía con mi obligación solamente. Advertí que en el escrito se estaban quitando cosas relevantes que yo había visto con mis propios ojos, que el Magistrado de Instrucción había consignado en el auto de procesamiento, relacionadas con los episodios de violencia, con la existencia de un plan preconcebido y con la finalidad de toda esta organización descrita en la hoja de ruta que era el camino hacia el referéndum, como paso previo para declarar la independencia. Hechos que eran relevantes tanto para el delito de rebelión como el de sedición. Redacté el escrito siguiendo las instrucciones que me dieron y cuando ya vi que era imposible convencer a la Abogada General del error que esto suponía y que su decisión era irrevocable, manifesté con toda tranquilidad y sin ningún miedo que no iba a firmar. En ese instante, la Abogada General me dijo que si eso era así “en el futuro tendremos que revisar nuestras relaciones”. Me encogí de hombros y le dije: “pues haz lo que tengas que hacer, yo no voy a firmar lo que no es mío”.

La única preocupación que he tenido en mi vida es mantener mi buen nombre haciendo bien mi trabajo.

Ha comentado que le dijo que sí a Rivera a la primera. ¿Es usted muy apasionado, poco reflexivo? ¿Siente que, de algún modo, le han utilizado, que no hubieran contado con usted si hubiese seguido las instrucciones de la Moncloa? 

Al contrario, soy una persona muy racional, pero es verdad que pongo pasión en todo lo que hago, no me gusta quedarme a medias tintas en los proyectos que asumo, soy vehemente. Para un Abogado del Estado, que lleva 16 años metido en asuntos de máxima relevancia, la sensatez, la racionalidad, la prudencia, son imprescindibles y esas han sido siempre mis pautas de actuación profesional como lo demuestra el hecho que durante estos años no ha habido una sola noticia desfavorable contra la Abogacía del Estado en la jurisdicción penal.

Me califican los medios como fichaje y la verdad es que yo no me siento así. Primero, porque no soy más que un ciudadano normal y corriente. Segundo, porque me encuentro muy cómodo en este proyecto dado que ya votaba a este partido, ante la radicalización del PSOE. Realmente, lo que ha sucedido es que el destino me ha llevado a que este partido me haya dado la oportunidad de participar en primera línea de lo que siempre ha sido mi vida: servir a mi país y a sus ciudadanos, tratando de que su vida sea mejor.

No había absolutamente ninguna posibilidad de que yo hubiera firmado un escrito donde no se decía toda la verdad y se ocultaba al Tribunal y a los ciudadanos lo que sucedió esos días. No sé si las instrucciones venían de Moncloa aunque es fácil suponerlo. Hoy seguiría sin firmarlo, a pesar del castigo que sufrí y aunque nadie me ofreciera ni participar en unas elecciones o irme a un despacho privado. Hay cosas que están por encima de los intereses personales de cada uno.

¿Cómo recuerda los días en los que el Gobierno le quitó de enmedio alegando "pérdida de confianza"?

Por una parte, el golpe fue tremendo. Llevas toda la vida trabajando, dejándote la piel. Le has echado a este trabajo muchas horas sin necesitar que nadie te dé las gracias, simplemente porque sabes que haces algo bueno, que haces lo correcto, con la única meta de llegar cada noche a tu casa con la sensación del deber cumplido, con la satisfacción de haberte ganado el sueldo un día más. Trabajas los fines de semana, te quedas sin vacaciones, te llaman por teléfono a cualquier hora, cualquier día. Y de pronto, tu organización te dice que no vales nada, que eres un desleal, que eres un traidor a la causa… ¡por no firmar un escrito que no identificaba como mío!. Cuando esto había pasado en ocasiones anteriores, había firmado el Abogado General y no se había cesado a nadie… Fue muy duro, nos creemos que podemos con todo, pero hay cosas que te tumban.

Y de otro lado, los apoyos, las muestras de afecto, las declaraciones públicas de personas que me conocen y que saben que es imposible que yo sea un rebelde, un indisciplinado, un desobediente que no sabe cuál es su puesto en la organización. Tanto los que me conocen, como los que no me conocen pero que pueden deducir que no parece lógico que quien ha sido un buen servidor público 25 años, de repente se vuelva loco y se convierta en alguien que va por libre y que sólo pretende que se haga su voluntad. Y mi familia y mis amigos cercanos, apoyo total, mirándote con esa cara de sentirse orgullosos de ti.

De entre mensajes de apoyo y consuelo, los más emocionantes, los de los compañeros, abogados colegiados, penalistas, con los que me llevo enfrentando hace muchos años en los estrados y con los que existe un respeto recíproco. Y que saben bien cómo soy, que me conocen…

¿Se lo esperaba? 

Nunca había pasado nada igual en la Abogacía del Estado. A nadie le cesan por una discrepancia de criterio técnico. Mire, incluso nuestras normas internas, la Instrucción 3/2006, sobre deontología profesional del Abogado del Estado garantiza esa independencia de criterio técnico. Luego, al político le parecerá bien o mal, hará caso o no, pero no te cesa.

Pero es que, además, en mi caso, de lo que se trata es que cada quien firme aquello de lo que se responsabiliza ante la sociedad, nada más que eso. Claro que al Gobierno en ese momento le venía fenomenal que quien firmara fuera el técnico, el que lleva tanto tiempo en esto que se conocía bien la causa, cuando la prensa venía aventurado que iban a rebajar la acusación como herramienta de negociación política con los independentistas. De ahí la reacción tan desproporcionada, no sólo cesándome, sino además, sacándome del edificio en el que he vivido durante 16 años, separándome de mi gente, de mi equipo, mandándome a un puesto de trabajo que expresamente yo pedí no ir, haciéndome daño gratuitamente, cuando lo normal, aún ante un cese injusto, hubiera sido darme un puesto “donde no molestara”. Puestos que pedí y se me negaron. Parece que lo que hace falta para que no te cesen o castiguen es la adhesión incondicional a los fines del partido político, estilo Unión Soviética.

Visto retrospectivamente es fácil ver que este Gobierno no respeta la independencia de criterio técnico de la función pública, sino que entiende ésta como su gabinete personal, al servicio no del Estado, sino del partido. Acuérdese de ese correo electrónico que sale de Moncloa pidiéndole a los funcionarios cosas para atacar al PP, en fin…

Lo sucedido con la DUI, el 1-O.... ¿Fue un golpe de Estado?, ¿más que el 23-F?, ¿por qué? 

Fue un golpe de Estado. En un golpe de Estado un colectivo de personas que creen que sólo ellos tienen razón, imponen o tratan de imponer por la fuerza a quienes no piensan como ellos, sus ideas, con excusas referidas a la Patria, a los derechos del proletariado, a la libertad de los pueblos, o a cualquier otra. Supone romper unilateralmente las reglas de convivencia que nos hemos dado todos los ciudadanos por consenso en una Constitución que nos ha garantizado 40 años de paz y de progreso, porque en la mente de los golpistas sólo ellos tienen razón, sólo ellos son depositarios de la Verdad. Los demás, los disidentes, somos enemigos.

Lo que describo sucedió el 23-F y sucedió el 1-O. Los escenarios, los fines y los medios eran distintos en ambos casos, pero el concepto, el mismo. Más o menos golpe de Estado el uno que el otro, debido a esas diferencias, es difícil juzgarlo. El golpe del 23-F fue abortado satisfactoriamente en pocos días y no obtuvo ningún respaldo social relevante; los independistas, usando el populismo y la tergiversación de la Historia, desde su eterna posición de víctimas, llevan ya muchos años, primero consiguiendo prebendas de los gobiernos del PP y del PSOE y después mostrándonos a las claras cuál era su propósito desde el primer día, manteniendo desde 2014 permanentemente un clima de tensión en la ciudadanía de Cataluña y de España, sembrando el odio y el miedo entre los españoles desde los poderes del propio Estado, desde la Generalitat y el Parlament de Cataluña, arrastrando a mucha gente que comparte sus ideas a situaciones de violencia contra las fuerzas del orden y contra otros ciudadanos que quieren vivir en paz, con mentiras. Valore el lector cuál de los golpes es más grave….

¿Habría que aplicar ya el 155 de nuevo? ¿Cuánto tiempo y de qué tipo?

No se debería haber revocado por este Gobierno, permitiendo de nuevo abrir las embajadas, suprimiendo los controles al gasto del dinero público, mientras los servicios públicos prestados a los ciudadanos que residen en Cataluña se deterioran, sin que al Gobierno autonómico le importe.

Creo que el Estado debe mantener frente al Gobierno independentista de Cataluña una postura de firmeza absoluta. Nos debemos a los ciudadanos, a todos, pero en especial a quienes durante todo este lamentable período han sufrido acosos, escraches, insultos, humillaciones, incluso lesiones, han tenido miedo por ellos, por sus familias. Y se han sentido solos, como si España les hubiera abandonado a su suerte.

Con estas personas, que además conocen perfectamente que no existe en España el derecho a la autodeterminación, no se puede hablar ni negociar nada, no quieren negociar, sólo quieren presionar, quieren conseguir por la fuerza, por la intimidación, lo que deberían conseguir por medio del Derecho y la participación política en asuntos públicos.

¿Fue flojo el 155 de 2017? Quizás fue demasiado breve, no se tocó la tele....

Sí, y breve, desde luego, no debió anularse, debió prorrogarse para que los secesionistas se dieran cuenta que nunca iban a conseguir la independencia de Cataluña fuera de las vías legales manteniéndose la suspensión de la autonomía y dirigiéndose la Administración catalana desde el gobierno de España. La terminación del 155 les dio a los independentistas un balón de oxígeno, una victoria.

No se tocó la tele para acoger en ella la pluralidad de la sociedad catalana y no el pensamiento único, no se aprovechó para hacer valer el derecho de los padres a que sus hijos reciban en la educación pública la enseñanza en español como lengua vehicular, suprimir las multas por rotular en español para que cada quien, en uso de su libertad, ponga sus rótulos en el idioma que quiera... En fin, tantas cosas, pero en general, no se aprovechó para que los ciudadanos que allí residen vieran, sintieran, España en Cataluña.

¿Tiene familia en Cataluña? 

No tengo familia en Cataluña, pero sí muchos amigos. Aquellos días previos al 1-O y a la declaración de independencia, como yo me encontraba en Madrid al tanto de las cosas que pasaban, me llamaban angustiados, en su nombre y en el de otros funcionarios y ciudadanos que no sabían qué iba a pasar, que no sabían si había un plan.

Notarios y Registradores que al día siguiente de la independencia tendrían que inscribir todos los bienes de la Administración General del Estado a nombre del Gobierno de la República en los Registros de la Propiedad. Si lo hacían, cometerían delito en España, si no, en la eventual República catalana. O sea, estaban entre la espada y la pared y desde el Gobierno de España nadie les decía nada. Abogados del Estado, alguno de los cuales, harto, se ha venido ya para Madrid por no poder soportar más la presión. Inspectores de Hacienda, Jueces, Letrados de la Administración de Justicia, Policías y Guardias Civiles, militares.

Un buen amigo que me cuenta que llamó a su mujer para que quitara la bandera de España del balcón el día de la declaración de independencia no fuera a ser que atacaran a sus hijos en la Universidad y cuando llegó a casa se encontró con la bandera en el balcón y su mujer le dijo: si quito la bandera, me tengo que ir de esta casa. Otro que le colocaban post-it en la puerta de su casa con insultos. Y un sinfín de casos.

Hasta que Su Majestad El Rey salió en la televisión. Ese fue el momento en que todos pensamos que había un plan, que había firmeza, que no iban a poder romper la Ley, que España iba a ganar.

Esta gente que vivió allí estas situaciones, que sacó las banderas de España a la calle porque ya estaban hartos de ver esteladas, estas personas sí son héroes, porque se la jugaron, superaron el miedo, porque podían haberles pegado e insultado, pero resistieron. Y en este lugar, en ese movimiento de respeto a los derechos de todos, de no admitir la imposición unilateral del independentismo, ahí estuvo siempre Ciudadanos, así nació este partido.

¿Ha recibido amenazas?

No, he recibido alguna en mi vida profesional, pero insustancial. Salió publicado en el periódico, con el asunto Neymar. Pero no parecía nada serio, según el Juzgado que llevó el asunto y la Policía Nacional que lo investigó.

Por mi salto a la política, ninguna amenaza, sólo faltaría. Por no firmar el escrito, sí.

¿Es necesario reformar la Constitución? ¿Cómo lo haría? 

Todas las normas pueden cambiar y a veces deben cambiar para solucionar problemas que se van dando en la realidad y que no tienen previsto. También a veces se interpretan con flexibilidad, o con la analogía, para que se puedan aplicar a problemas nuevos, inicialmente no previstos en ellas. Otras veces, son normas que en su esencia llevan el cambio dentro, porque son instrumento de políticas públicas esenciales coyunturales, como sucede con las normas tributarias.

Obviamente, la Constitución debe ser una norma que cambie poco. Regula los cimientos del sistema político y social, la ordenación de los poderes del Estado y sus relaciones entre sí, los derechos fundamentales y los deberes de los ciudadanos y cada una de las instituciones básicas de nuestro país. Estas materias no pueden estar cambiando cada dos por tres, al capricho de ocurrencias. Lo básico debe permanecer una vez que se constata que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles asumen como propia, aceptan como buena, la Constitución Española.

Que la Constitución se mantenga vigente durante mucho tiempo es algo bueno, es muestra de la unidad de los españoles en torno a su texto. Y unidad es lo que Ciudadanos reclama para este país. Hemos tenido 7 Constituciones en España, algunas muy efímeras, como consecuencia de la desunión entre los ciudadanos, cada uno pretendiendo imponer sus ideas en lugar de llegar a acuerdos. La más duradera, por ahora, 47 años, la de 1876, pero ya casi casi la cogemos, con la de 1978.

¿Por qué, contra la tradición española, esta Constitución, la de 1978, ha durado tanto? Porque los españoles que la negociaron y la redactaron fueron grandes hombres, generosos, dispuestos a renunciar a algunas de sus ideas en beneficio de toda la nación. Una Constitución de consenso que proyectó sobre nuestro país un futuro que entonces, para mis padres, era inimaginable.

En suma: cada partido quiere cambiar unas cosas de la Constitución. Pero sólo con un consenso amplísimo pueden y deben cambiarse esas cosas. Si no existe ese consenso, ese espíritu de 1978, mejor no cambiar nada. Porque ya nuestra Constitución ha demostrado que ha sido una herramienta eficaz, buena para este país.

Pedro Sánchez dijo el fin de semana pasado que no va a permitir la independencia de Cataluña. Pero no dijo nada de referéndums de alto o poco voltaje, ni pactos... ¿Qué opina?

Sánchez revocó el 155, Sánchez recibió a Torrá en Moncloa para negociar no sabemos qué, Sánchez llevó al Gobierno de España a Cataluña a negociar con una Comunidad Autónoma española como si se trataran de dos Estados independientes, Sánchez pasó por debajo de un lazo amarillo en referencia a que los políticos encarcelados son presos políticos y no políticos presos, Sánchez, sin ninguna explicación a la ciudadanía propuso en los Presupuestos Generales del Estado un chorreón de dinero para Cataluña para que le votaran quienes quieren romper la unidad de España, sin explicar porque esas inversiones no se realizaban en Valencia, en Murcia, en Extremadura, en Galicia…., Sánchez recibió los famosos 21 puntos de negociación en lo que él mismo consiguió que pareciera una negociación “de igual a igual”, los ocultó a la ciudadanía y fue la otra parte, para ridiculizarle, quien los sacó pero Sánchez siguió a pesar del ridículo aferrado al poder a toda costa sin importarle nada la dignidad de este país, Sánchez admitió un relator, un verdadero mediador entre las dos partes, Sánchez admitió la Mesa de Partidos que claramente los independentistas explican como organización con la que saltarse la necesidad de ir a esos sitios infames, los Parlamentos, que representan a la gente, a tratar de convencer de sus ideas, Sánchez no ha negado tajantemente que el 29 de abril no vaya de nuevo a pactar con quienes ya ha pactado para sostener su Gobierno, al contrario, Sánchez no ha llegado nunca a negar que no vaya a indultar a los acusados ante el Tribunal Supremo caso que sean condenados, Sánchez es capaz de cualquier cosa con tal de no bajarse del Falcon…

No me fio de él, no puedo fiarme de él, viendo lo que ha hecho hasta ahora, humillando a España delante de los que quieren romperla. Ya sólo faltaba que dijera que sí iba a permitir la independencia de Cataluña. Para un referéndum pactado no se olvide que hay primero que reformar la Constitución, que hay que introducir en ella el derecho de autodeterminación de las regiones, pueblos, Comunidades Autónomas, etc., y establecer su regulación y las mayorías para la secesión. ¿Este es el proyecto de Sánchez? Debería aclararlo a los ciudadanos españoles, antes de que vayamos a las urnas. Lo que Sánchez piensa pero no quiere decir en público, lo dice Iceta por él, que si hay una mayoría independentista en una parte de España, pues adelante, que España se rompa. El futuro de España lo decidiremos entre todos, por eso Sánchez se tiene que ir a la oposición.

¿Usted cree que la gente va a votar el próximo 28 de abril pensando en la unidad de España o las pensiones, los permisos de paternidad, etcétera?

La gente vota pensando en todo, pero priorizando cuáles son sus preocupaciones y sus necesidad más inmediatas y urgentes. La gente está harta ya de la matraca que nos están dando los independentistas, siempre retando al Estado con sus ocurrencias. Y en este sentido, me parece que ninguna opción es mejor que Ciudadanos, que nació allí defendiendo el derecho de los españoles que se sienten catalanes a la convivencia pacífica con quienes no piensan como ellos, con libertad e igualdad.

Mire, invito a los lectores a que se metan en la web de Ciudadanos y descarguen y lean los 350 puntos de su ideario. Yo lo he hecho. Aportamos soluciones modernas y eficaces a los problemas que los dos partidos políticos tradicionales no han querido o no han sabido resolver. Es más fácil esta remisión que no ponerme yo aquí a relatar todas y cada una de las soluciones que ofrecemos a los ciudadanos españoles, en todos y cada uno de los temas que puedan preocuparles.

Y lo hacemos desde la más absoluta transparencia y desde la honestidad más completa. No tenemos Gurteles, no tenemos EREs, ofrecemos honestidad y trabajo, modernidad y reformismo, progreso a la vez que pragmatismo para resolver los problemas, no los dogmas de la derecha y de la izquierda. Somos un partido de gente sensata, que venimos de la sociedad civil y que tenemos nuestra profesión al margen de la política. Yo creo que somos un gran equipo.

Imagine que las urnas vuelven a ser caprichosas y la calculadora dicta que solo puede gobernar el PSOE con Podemos, los independentistas y Bildu... o con Ciudadanos. ¿Le parecería conveniente que, en ese caso, Alcalá 253 levantara el cordón sanitario? 

No se puede gobernar con quien ya ha demostrado lo que es capaz de hacer en beneficio propio y olvidando a España. Si eso sucede pasaremos a la oposición y controlaremos los desmanes que a ese gobierno le impondrán para seguirle prestando apoyo separatistas, nacionalistas y proetarras. Quedó muy claro en votación de la cúpula directiva de Ciudadanos que no se iba a gobernar con el PSOE, que no íbamos a soportar más permisividad respecto de los que atacan España y se alían con quienes quieren destruirla. Pero es una emergencia nacional sacar a Sánchez de La Moncloa porque es capaz de todo con tal de mantenerse en el poder, incluido poner en peligro y hacer daño a nuestro país. Por eso, Albert Rivera tiende la mano al PP para formar gobierno el día 29 de abril. Muchas diferencias con este otro partido, porque nosotros somos una opción de centro, hemos criticado muchas de las cosas que históricamente han hecho en gobierno dirigidos por ellos, también muchas de las propuestas, muy conservadoras, que hacen a los votantes, pero en expulsar a Sánchez de La Moncloa y mantener la unidad de España y de los españoles estamos de acuerdo. Y este momento histórico, tan relevante en nuestra historia como país, Ciudadanos hace este ofrecimiento: un Gobierno conjunto con Albert Rivera de Presidente.

Sin duda, estas elecciones nos van a enseñar que la política tal como la conocemos va a cambiar profundamente. Que va a haber que negociar con otras formaciones, que el bipartidismo y el reparto cíclico del poder entre PP y PSOE se ha terminado. Y habrá que acometer esta nueva etapa con esa voluntad de diálogo y acuerdo con otras fuerzas políticas constitucionalistas, no veo a nadie mejor que Albert Rivera para conseguir ese logro, como representante de este cambio inevitable.

Dígame la verdad. ¿Le echó los tejos el PP? 

No. En tiempos de Aznar me ofrecieron una Dirección General y en tiempos de Zapatero, también me ofrecieron algún cargo. Pero dije que no. Prefería seguir siendo Abogado del Estado, no me tentó nada la política, me encantaba mi trabajo y el clima en el que me dejaban desarrollarlo, con independencia, aportando mis criterios que después serían acogidos o no, pero sin temor a que me cesaran por discrepar. Creo que esto demuestra que unos y otros siempre me han considerado una persona moderada, del centro político.

Pienso ahora en una antigua colega suya, Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Cree que su marcha de la política fue una mala noticia para España?

Le tengo un grandísimo aprecio a Soraya personalmente. No puedo juzgar si es o no buena noticia que se fuera de la política. Su partido apostó por otro líder y yo no tengo nada que decir a esto. Pero siempre la he valorado como una gran persona y una gran profesional, del Derecho y de la política. Imagino que sentiría lo mismo que yo siento ahora cuando he dado el salto a la política: que quería servir a su país y hacer lo mejor para los ciudadanos. El resultado, que lo valore cada quien.

¿Cree que habría que firmar un pacto de estado contra el transfuguismo? 

Nadie nace de una opción política o de otra. Y a nadie le está prohibido el cambio y la evolución de sus ideas. No me parece mal que determinadas personas y más en la situación de emergencia en la que nos ha puesto el PSOE, los nacionalistas y los independentistas, se replanteen de qué lado quieren estar.

Otra cosa distinta son corrupciones, en las que alguien cambia de partido porque no le han dado en el suyo lo que le han prometido, sólo por intereses personales y privados, no pensando en España.

¿Unas palabras para la posteridad?

Siempre me he sentido en deuda con mi país. Con España, con sus ciudadanos, con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros. He dedicado y seguiré dedicando mi vida a ir pagando esa deuda. Con trabajo, con esfuerzo, compromiso, dedicación, con los principios y valores que siempre he defendido. Y con mucho cariño.