El Ayuntamiento está a punto de cerrar el trato para la compra por cuatro millones de euros a propietarios privados del Palacio de los Marqueses de Alcántara en la calle Caballeros. La idea es darle uso como centro cultural y social contemporáneo, al estilo de la Casa Encendida de Madrid, y crear un triángulo cultural y económico entre el palacio, el centro Gaya Nuño y el antiguo Banco de España.

 Soria Patrimonio, siempre al tanto de las novedades en este ámbito, repasa los orígenes del céntrico palacio, que ha atravesado distintas etapas a lo largo de la historia. El palacio fue construido a finales del siglo XVII por Martín Pedro González de Castejón Belvís e Ibáñez, I Marqués de Velamazán y Regidor Perpetuo de Soria. Pertenecía a los González de Castejón, noble familia originaria de la Casa Solar de Castejón (Navarra) que pasó a Ágreda tempranamente, donde tuvo Palacio y Casa-fuerte al menos desde el siglo XIV. Martín González de Castejón y del Río, que sucedió en la casa y mayorazgo de Castejón, había comprado la villa de Velamazán a Fernando de Tobar en el siglo XVI, villa sobre la que se otorgaría el marquesado a su descendiente en 1675 por Carlos II. La familia llegó a la ciudad de Soria desde Ágreda por entronque con los Medrano y Morales. 

José Joaquín González de Castejón y Camargo e Ibáñez de Segovia, hijo del segundo matrimonio del II Marqués de Velamazán, obtendría el Condado de Fuerteventura en 1746 concedido por Fernando VI. Casó con Juana Salcedo Ríos, heredando el título su hija María Josefa de Castejón y Salcedo, VI condesa de Villarrea y IV de Fuerteventura, casada con don Luis de Villavicencio Salcedo, V marqués de Alcántara del Cuervo. Su primogénito, don José Joaquín de Villavicencio Castejón, reuniría ambos títulos. 

Palacio Alcántara, las distintas etapas de un edifico nobleSin embargo, Soria Patrimonio desmiente que fuera una familia ennoblecida por la Mesta, una «coletilla» que se añade en muchas descripciones del palacio, ya que ese rango le venía de antes. «Sí que es cierto su relación con la Mesta, ya que el Conde de Fuerteventura figuraba como primer vendedor de lana de la provincia y a su vez era el mayor propietario de ganado trashumante en 1752, por delante del Conde de Gómara», aclaran. El palacio se construyó junto a la Puerta de Rabanera de la Muralla de Soria. Del conjunto destaca, para Soria Patrimonio, «la puerta enmarcada en un potente almohadillado, entre pilastras, con un frontón curvo que alberga un gran escudo de los Marqueses de Velamazán en el tímpano». En un dintel de uno de los balcones se encuentra grabada la fecha de finalización de la edificación del palacio, año 1704.

familia iglesias. «La imagen original del edificio dista mucho de la que ha llegado a nuestros días», explica Soria Patrimonio. En 1930 el arquitecto José María Barbero acometió la remodelación del palacio, entonces propiedad de la familia Iglesias. «Se reordenó la planta baja, abriendo los desproporcionados ventanales actuales, y se añadieron dos nuevos cuerpos sobre la cornisa flanqueando la fachada», detalla el colectivo. «Pero el elemento añadido más importante y que le otorga su actual silueta, fue la torre esquinada, rematada con chapitel de pizarra. Se construyó sobre uno de los dos cubos que quedó tras el derribo en 1887 de la Puerta de Rabanera y constituye el único vestigio que se conserva de las puertas de la ciudad. La altísima aguja del chapitel se desprendió hace unos años y no se volvió a reponer», concretan.

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