En verano también se estudia

B.J.
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Las academias mantienen su actividad en la época estival con alumnos que tienen alguna asignatura que recuperar en septiembre o aquellos que quieren reforzar sus conocimientos

En verano también se estudia - Foto: Javier Ródenas Pipó

Mientras las piscinas y los pueblos se llenan de ociosos escolares sin más obligación que disfrutar del verano, otros muchos continúan acudiendo a clase y repasando lo aprendido en bochornosas tardes que se hacen eternas. Son aquellos que no cumplieron durante el curso, y arrastran alguna asignatura para el temido septiembre, y algún otro que, si bien con todo aprobado, opta por recibir clases de refuerzo para comenzar mejor el nuevo curso (que también los hay). Para unos y otros continúan abiertas durante estos meses de verano las academias, alrededor de una veintena en la capital.

«Tenemos clases de apoyo y refuerzo escolar para alumnos que les ha quedado materia para septiembre, sobre todo en Secundaria y 1º de Bachillerato, y también alumnos que, aunque han aprobado todo, quieren tener un apoyo y refuerzo durante el verano», resume Marta Carramiñana, gerente de la Academia Condes de Gómara. Explica que durante el verano apenas acuden alumnos universitarios «porque en Castilla y León no tienen convocatoria de recuperación en septiembre, pero hay algunos de otras universidades, sobre todo de la de Zaragoza». Para estos universitarios el apoyo es muy específico, «solamente para ellos y de modo casi personal», asegura Carramiñana.

Tampoco los alumnos de 2º Bachillerato suelen acudir a estas lecciones de verano, ya que recuperan a finales de junio. Por eso los más numerosos son de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que normalmente se cursa entre los 12 y los 16 años, y de 1º de Bachillerato. Según las últimas estadísticas de la Junta de Castilla y León, el 87,44% de los alumnos sorianos promocionan en esta última etapa de instituto.

La academia mantiene la misma plantilla de profesores porque ofrece clases de todas las asignaturas, aunque las materias que más se demandan son matemáticas, lengua e inglés. Además de porque suelen ser las asignaturas hueso, hay que destacar  que en la ESO se promociona de curso al aprobar todas las materias cursadas o suspender dos como máximo pero se repite curso con tres o más suspensas, o con dos suspensas si son simultáneamente Lengua y Matemáticas.

También hay alumnos que, aunque han aprobado todo durante el curso, acuden a la academia en verano. «Hay un refuerzo de los aprendido y una preparación para el curso siguiente. Intentamos mirar los primeros temas del año siguiente porque si se inicia bien el curso siempre es mejor, es importante», explica Carramiñana.

Lo que sí cambia respecto al periodo lectivo es que se ofrece una mayor flexibilidad porque «siempre se va a apuntando más gente o una semana no vienen porque se van de vacaciones o al pueblo». Las clases de verano suelen comenzar la semana después de terminar las fiestas de San Juan y duran hasta que llegan los exámenes, pero siempre existe la posibilidad de apuntarse. «En verano somos más flexibles porque tampoco los padres pueden cogerse las vacaciones cuando quieren... cada uno tiene unas necesidades y nos adaptamos», asegura la gerente de Condes de Gómara. «Siempre hay la típica gente que se apunta a falta de diez días del examen y se creen que esto es Fátima», apunta también Sara Martínez, directora de la Academia Veraméndiz, respecto a las clases de verano.

«En verano sobre todo tenemos a alumnos que tienen exámenes en septiembre y nos centramos mucho en las necesidades individuales de cada alumno. Los hay desde los que tienen solo una asignatura hasta lo que tienen seis o siete», cuenta Martínez. «Por suerte», apunta, la mayoría de los estudiantes que acuden a las clases de verano no son los mismos que los del invierno, que han aprobado. «El ritmo es distinto a durante el curso; entonces tenemos unas dos horas semanales y ahora igual cinco o diez horas de clase a la semana. Hay menos cantidad de gente pero más horas. El trabajo es más a contrarreloj, yo prefiero el ritmo del curso porque da tiempo a explicarlo todo mejor», explica. A su academia también acuden alumnos para recibir clases de refuerzo, pero en este caso sobre todo de inglés.

Una de las materias estrella para la época veraniega es el inglés. Se multiplican los campamentos y viajes dedicados al idioma y también los esfuerzos por conseguir un poco más de nivel y las esperanzas de aprobar las temidas acreditaciones universitarias. Lo notan por ejemplo en la Academia Oui&Yes, donde ofrecen cursos intensivos reforzando materia orientados a obtener la acreditación de los niveles del Marco Común de Referencia Europeo: Cambridge University y Trinity College London. «Son cursos de cuatro horas al día, por quincenas y ahora en verano normalmente vienen universitarios o alumnos de Bachillerato, que quizás durante el año no tienen demasiado tiempo para prepararse estos exámenes o no han podido venir en invierno y quieren paliar esa falta en verano porque pueden o quieren dedicarle más tiempo o retomar y coger otra vez un nivel determinado», explica Ana María Ruiz, su directora.

Ahora en verano también tienen  «bastantes clases de español, en grupos, para extranjeros. Son clases prácticas, de conversación, y con actividades externas: excursiones, actividades deportivas y de aventura...».

Hasta hace unos años, la academia también ofertaba campamentos de inglés para escolares. «Pero si planteas un curso de inglés de calidad se tiene que cobrar en condiciones, y empezaron a surgir muchas otras ofertas que tiraron los precios. Y no somos una guardería, somos un centro de idiomas. En los campamentos incluso teníamos a profesores nativos, y si querías hacer algo lúdico y bonito conllevaban mucho trabajo y responsabilidad porque también tenían actividades en el exterior... hay mucho intrusismo con cursos o campamentos que dicen que son de inglés pero solo tienen a los niños entretenidos y poco más», asegura Ruiz.