«En Soria hay muchas personas con problemas de soledad»

Redacción
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Lleva tres décadas vinculado a Cruz Roja, doce de ellos como presidente. Ahora afronta la que será su última legislatura al frente de una institución que el año pasado ayudó a casi 23.000 personas

«En Soria hay muchas personas con problemas de soledad»

Desde hace doce años asume la presidencia de Cruz Roja en Soria, pero su relación con la entidad comenzó mucho antes,  en 1986. Desde entonces, este militar de carrera (teniente de Caballería) y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología ha asumido diferentes cometidos a nivel provincial, autonómico e incluso nacional (desde 2012 es vocal  del Comité Nacional del CRE). Modesto Fernández afronta su cuarta legislatura. Será la última, anuncia. 

Tres décadas vinculado a Cruz Roja.  ¿Cómo ha cambiado el perfil de prioridades en la entidad?

Cuando entré en Cruz Roja el buque insignia eran las unidades de socorro y emergencias, lo que se llamaba entonces las brigadas de tropas de socorros. Se hacía la mili en los puestos de Cruz Roja, la prestación social, y yo entré como jefe de la unidad militar. Lo que ha cambiado es que durante todo este tiempo ha habido un crecimiento exponencial sobre todo en los temas sociales. Ya se trabajaban entonces, pero ahora los trabajamos mucho más. De hecho, ahora, lo que es el transporte sanitario, aunque es quizá lo que más se ve (uniformes, ambulancias...), apenas representa el 2% de los tres millones de presupuesto anual, y todo lo demás es intervención social: refugiados, mujeres maltratadas, personas vulnerables, formación, juventud... todas estas áreas han ido creciendo. 

El grueso de la inversión es hoy para intervención social. Llevan tiempo alertando de una vulnerabilidad cronificada, de la aparición de un nuevo colectivo, el de los trabajadores pobres. ¿Qué situación hay en Soria en cuanto a extrema vulnerabilidad?

A nivel numérico está estancada, pero es verdad que son las mismas personas. De hecho, de las 3.249 personas atendidas con extrema vulnerabilidad en 2018, en torno al millar son familias que tienen trabajo pero no llegan a final de mes. Es un problema de esos sueldos precarios, de ese trabajo precario, de esas condiciones laborales... que genera un problema de cronificación. Somos una organización muy generalista y nuestro interés no es trabajar un área determinada, sino que trabajamos formación, preparación de curriculum, búsqueda de empleo, ayudas económicas en tema de matrículas escolares, luz, agua, hipoteca... todo con la intención de integrarlos, pero es verdad que ahora resulta un poco más difícil. 

¿Cómo rescata la sociedad a toda esa gente que ha ido quedando atrás, que incluso trabajando no consigue ingresos para tener una vida digna?

No sabría decir... Desde Cruz Roja se trata de atajar como podemos a través del empleo. ¿A nivel social? Creo que una de las soluciones sería trabajar más el tema laboral y que esos sueldo tan bajos fueran sueldos dignos. Creo que es prioritario para cualquier sociedad. 

Este año ha subido el salario mínimo interprofesional, ¿no ha tenido efecto en este colectivo?

Es muy poco tiempo el que lleva implantado para poder valorarlo. Habrá que ver cómo va evolucionando el año, pero qué duda cabe que el aumento del SMItiene que influir en este tema. Supongo que lo hará. 

Otro de los dramas sociales del siglo XXI es la soledad de los mayores. ¿Hay mayores en situación de vulnerabilidad en la provincia? 

Sí que hay, muchos. Desde Cruz Roja se trabaja la tercera edad en distintos programas y hay ayudas técnicas, nuestro servicio de teleasistencia, el Club Solferino, donde se dan charlas pero también tienen ellos mismos un grupo de voluntarios que trabajan yendo al hospital a ver a personas mayores, yendo a las casas de personas que están solas... Pero qué duda cabe que en Soria, y sobre todo en el ámbito rural, hay muchas personas de edad avanzada que tienen bastantes problemas, sobre todo, de soledad. De hecho, en el servicio de teleasistencia lo que se ve en el centro de atención (Valladolid) a la hora de atender las llamadas es que muchas veces los mayores llaman no por un tema de emergencia, sino porque quieren hablar con alguien; es soledad. Por eso nuestros voluntarios se desplazan e intentan pasar tiempo con las personas, porque necesitan más un apoyo psicológico que físico. 

Soria es una provincia rural y los pueblos cada vez están más despoblados. ¿Se llega a atender todas las necesidades del medio rural? 

Nosotros hacemos todo lo que está dentro de nuestro presupuesto y nuestras posibilidades. No creo que se llegue a atender a todos porque es una provincia muy extensa y con pueblos muy pequeños. Nosotros lo que tratamos es buscar la implicación, que la tenemos, de los diferentes sitios donde tenemos asambleas comarcales y, desde ahí, se acercan a aquellas poblaciones próximas. Pero qué duda cabe que hay zonas donde no se llega como nos gustaría. Por ejemplo, en Tierras Altas. En esa zona Cruz Roja no tiene nada, lo que no quiere decir que esté desatendida porque están los Ceas. Pero es indudable que, si consiguiéramos llegar ahí, podríamos hacer más. 

Los datos de solicitantes de asilo y refugiados se han disparado en España, y también en la provincia. ¿Se han visto saturados?

Saturados la verdad es que no, porque tenemos cuatro recursos, cuatro pisos, con una veintena de plazas. Es cierto que casi siempre están cubiertos pero más o menos, entre las tres organizaciones que estamos en el tema de refugiados y solicitantes de asilo, se llega. 

Pero hay que diferenciar refugiados con lo que es personas migrantes o personas sin papeles, para las que también tenemos un programa y, de hecho, también contamos con un piso. 

Los solicitantes de asilo dependen de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración y cuentan con un programa propio, pero eso no significa que no trabajemos con el resto. Para nosotros no existe ningún tipo de discriminación por el hecho de estar protegidos o no por la Secretaría de Estado. Trabajamos con todos, cada uno con las circunstancias que tiene. En el programa de refugiados hemos atendido a 97 personas y en migrantes se ha atendido a 348 personas en temas de unificaciones familiares, ayuda en temas de empleo... 

¿Se ignora en Soria el peso que ha tenido la población inmigrante para sustentar el padrón?

Qué duda cabe que en Soria el crecimiento vegetativo es muy pequeño y gracias a la inmigración, sobre todo de Hispanoamérica, africanos..., están apoyando a que la ciudad y la provincia se mantengan. 

Soria se caracteriza por ser un lugar de una convivencia agradable, pero ¿han detectado casos de xenofobia?

La verdad es que como Cruz Roja no  hemos detectado, y a nivel personal tampoco lo he visto.Puede ser que haya algún caso puntual y no podemos decir que Soria sea perfecta, pero yo la verdad es que no he notado esas cosas, sino más bien todo lo contrario. La mayoría de la gente está a favor y creo que ayuda para que estas personas, que no vienen a quitar nada a nadie sino a poder vivir, se integren. De hecho, muchos de ellos están aportando a la Seguridad Social, al empleo, están colaborando y trabajando, aportando fondos muy necesarios... y tienen los mismos derechos y obligaciones que los sorianos, y ayudan a que esta provincia no se caiga desplomada a nivel demográfico. 

¿Le ha tocado escuchar en alguna ocasión el mensaje de que las ayudas solo llegan a los inmigrantes?

Claro. Esa es una equivocación y, a veces, creo que los que la sacan lo hacen de manera interesada. Y, luego, hay también gente que lo comenta pero por falta de datos, por desconocimiento.

Las ayudas son para las personas vulnerables y, por lo menos en el caso de Cruz Roja, no se mira ni la nacionalidad ni el color de la piel ni nada, se mira el grado de vulnerabilidad. 

Obviamente, una persona que ha venido a lo mejor en patera, o ha llegado sin empleo, o no tiene aquí a nadie en quien apoyarse... se acerca más a ese tipo de ayudas; pero porque no tienen otras. Los ‘autóctonos’ tienen una red familiar y, además, en Soria existe un problema que es ese honor mal entendido, esa vergüenza que les supone pensar que ir a solicitar una ayuda parece mal. A nadie nos parece mal ir al médico cuando estamos malos; a nadie nos parece mal decir que la educación tiene que ser gratuita... pero este, que es un servicio más, parece que estamos perdiendo dignidad por acudir a solicitarlo. ¡Ni mucho menos! La dignidad se gana en muchas otras cosas, pero no por ir a pedir una ayuda cuando se necesita. Hay que quitar esa vergüenza e, igual que cuando tú tienes una enfermedad no tienes por qué esconderte, tampoco con esto. Al final no deja de ser una enfermedad social que a  cualquiera nos puede pasar en un momento dado. Podemos perder el empleo, surgir un imprevisto... y necesitar ayuda. 

Quizá por eso hay más inmigrantes que solicitan una ayuda, pero ni mucho menos hay discriminación a la hora de concederlas. Las ayudas se dan en función de la necesidad. 

En infancia y juventud es evidente que ha habido un cambio social. ¿Los problemas y las necesidades que atender han variado también?

Aquí tenemos el apoyo a través del programa de intervención social a niños con problemas; el apoyo escolar; Cruz Roja Juventud a nivel de ocio, tiempo libre y apoyo a chicos que tienen problemas; un piso de menores tutelados por la Junta y otro de emancipación cuando llegan a los 18 años... y la verdad es que los problemas cambian porque la sociedad cambia pero, en el fondo, viene a ser siempre lo mismo:desarraigo familiar, inadaptación... Al final son más o menos los mismos problemas pero que han evolucionado con la sociedad.

Y en Soria, en el tema de juventud, tenemos un grave problema y es que tenemos gente que trabaja mucho, como voluntarios por ejemplo, pero resulta que llega cierta edad que tienen que irse a estudiar fuera y los perdemos, porque apenas vuelve una mínima parte de los que se van. 

A Cruz Roja compete también la atención del centro ambulatorio de atención a personas drogodependientes (CAD). ¿Ha cambiado el perfil del usuario desde los años 80?

Sí ha habido cambios. Ahora hay mucha menos adicción, por ejemplo, a la heroína, pero también es cierto que quedan muchos de los de antes  que siguen con metadona y otros tratamientos. Y, además, ahora hay otro tipo de adicciones, como por ejemplo al juego digital, al alcohol... Sigue siendo necesario este centro porque tenemos trescientos y picos usuarios. 

Y se trabaja mucho también en la cárcel. De hecho, el año pasado recibimos la medalla del Ministerio de Interior por el apoyo que estábamos dando en el centro penitenciario a través de nuestro personal. 

Una de las labores más visibles de Cruz Roja es, como comentaba, la participación en eventos, socorros y emergencias. La hemos visto en San Juan, por ejemplo. ¿Qué representa esta actividad en su día a día?

En las jornadas de San Juan hay una participación de 60-70 voluntarios y viene gente de Arnedo, Aranda de Duero, Valladolid... para apoyarnos porque no tenemos suficiente cantidad de recursos para cubrir todas esas necesidades. Pero no son solo esos eventos, es el fútbol, conciertos, fiestas de pueblos, carreras, corridas de toros, festivales de música como ahora el Enclave de Agua... 

Aquí tenemos la ventaja de tener un buen convenio con el Ayuntamiento de Soria que cubre los gastos para todos los eventos que organiza el Consistorio. Y, luego, tenemos también convenios con diferentes ayuntamientos. Y, si no, hacemos una repercusión de gastos a quien solicita el servicio, siempre y cuando no sea una entidad sin ánimo de lucro, como por ejemplo la Asociación del Cáncer que solicita nuestra presencia para su marcha anual. En esos casos, se hace de forma gratuita porque es una asociación hermana. 

Cuándo los apoyos institucionales escasean a nivel financiero, ¿de qué modo sobrevive la organización?

En el caso de Soria tenemos los socios, el Sorteo del Oro, el centro de reconocimiento médico, la captación de fondos (ayudas, donaciones, subvenciones...) y, también, la repercusión de ciertos servicios que comentaba, es decir, cobrar por determinadas prestaciones como socorros y emergencias, la formación externa... 

La idea a nivel nacional es tener un 33% de subvenciones, otro 33% de captación de recursos (socios, Sorteo del Oro...) y otro 33% de prestación de servicios, pero en Soria las subvenciones llegan al 50%. 

¿A que responde que en Soria las subvenciones representen casi la mitad del presupuesto frente a ese 33% aconsejado a nivel nacional?

Hay que tener en cuenta que tenemos el tema de refugiados; los pisos de menores; los pisos de mujeres maltratadas;el centro de atención a drogodependientes... y todo esto está subvencionado por diferentes administraciones (estatal, autonómica, diputación y ayuntamientos). 

En captación de recursos nosotros estaríamos en un 23% y somos la provincia, junto con Lugo, que más socios tenemos en proporción a habitantes. Y en el Sorteo del Oro también somos los que más vendemos, estamos en torno a 1,6 euros por habitante, frente a Madrid que no llega al 0,20. Y en cuanto a prestación de servicios, nosotros estamos en el 25%. 

Es cierto que lo ideal sería 33-33-33, pero hay que tener en cuenta el caso específico de Soria. Nosotros somos la única organización generalista que trabaja en todas estas áreas y  aquí no tenemos ‘competencia’, con lo cual, la administración casi todo este tipo de servicios los convenia con nosotros. Por eso llegamos al 50%. 

¿Eso puede suponer un problema a nivel financiero, o es una ventaja?

Estamos tratando de aumentar en  prestación de servicios y en captación de recursos para tratar de hacer lo más sostenible la entidad para que, si un día se nos caen las subvenciones, no se nos caiga la institución. Hay que tener en cuenta que tenemos 85 trabajadores remunerados en la institución y, si un día tenemos un problema, tendríamos que hacer un ERE y es lo que no queremos.

Somos la provincia con más socios, donde más se participa en el Sorteo del Oro... ¿Soria es solidaria?

Yo creo que muy solidaria. Yo estoy en el Comité Nacional y he trabajado en diferentes áreas a nivel autonómico y nacional y tenemos muy buena fama en ese aspecto. Tener 6.497 socios en una población de 89.000 es un dato muy elevado. Y si la aportación de aquí del Sorteo del Oro se trasladara a Madrid... serían unas cifras millonarias. En otros sitios no se llega a ese nivel. Y, además, cuando hay cualquier emergencia y haces un llamamiento, Soria responde. 

¿A nivel de voluntariado respondemos igual?

Ahora tenemos 990 voluntarios y voluntarias en toda la institución. Muchos son para acciones esporádicas, ¡pero son también voluntarios!. 

El voluntariado más vistoso, que es el de socorros y emergencias, más o menos, funciona, pero es cierto que con el tema del decreto que se hizo hace unos años [exige formación específica] cuesta más conseguir voluntarios de ese nivel. En el tema de intervención social sí que hay muchos voluntarios. O, mejor dicho, voluntarias, porque la mujer es más voluntaria en estas áreas, y en casi todas. Qué duda cabe que sería mejor que hubiera más y pudieran dedicar más tiempo, pero dentro del nivel general, el voluntariado funciona. 

Cruz Roja desprende una imagen positiva, pero no deja de ser una ‘empresa’ con 85 personas en plantilla, ¿cómo es el ambiente laboral dentro de la entidad?

Hay de todo. Ahora terminamos de negociar el convenio colectivo con el comité de empresa y creo que el nivel de satisfacción es bueno. Pero qué duda cabe que a nivel de empresa mi labor y la de la secretaria es mirar porque la institución no se caiga. Una máxima de una institución como Cruz Roja es no tener más gastos que ingresos. Puede ocurrir un año, pero hay que tratar de controlar porque, si te caes, lo pagan los más vulnerables. 

El gasto de personal es importante pero es necesario porque es la columna vertebral de la institución. Trabajamos con voluntarios en muchas áreas pero la coordinación debe corresponder a profesionales. 

Ahora acaban de terminar un proceso electoral...

Empezó en diciembre [...] La asamblea general fue en marzo. Del comité nacional se eligió al presidente y a las Comisiones de Garantía de Derechos y Deberes del Voluntario y de Financias [...] Se han nombrado ya los presidentes autonómicos y, también, a los provinciales, entre los que me encuentro. Y ahora he solicitado a las asambleas comarcales que manden las solicitudes de presidente. Van a continuar todos, salvo en El Burgo, que Sonia García sale porque no quiere ya continuar y entra David Peña. El día 26 probablemente haremos un acto íntimo con todos. 

¿Será su última etapa de presidente?

Como presidente sí. Se ha modificado el reglamento y solo permite tres legislaturas, lo que pasa es que se ha hecho una disposición transitoria para evitar problemas y, los que ya llevábamos tres, si queríamos y nos proponían los comités, podemos seguir una cuarta. 

¿Qué retos le quedan para estos próximos cuatro años?

Principalmente, continuar con la labor que trabajamos, movilizar más a la gente, tratar de tener alguna delegación más en la zona de Tierras Altas y mantener los programas que tenemos, e ir creciendo en la medida que se pueda, porque hoy por hoy creo que estamos haciendo una labor bastante buena. Me gusta marcar objetivos realizables. 

¿Sería interesante ampliar algún programa para algún colectivo?

Trabajar el tema de la soledad de la tercera edad. Ya lo hacemos pero, si se pudiera, sería interesante ampliarlo. Yen el tema de colectivos vulnerables, lo ideal, sería reducirlo. 

En cuanto a empleo, lo ideal sería tratar de mejorarlo, aunque tenemos ya muy buenos datos. De 417 participantes del Plan de Empleo durante 2018 se consiguió el 37% de inserciones. Si pudiéramos llegar a insertar al 50-55% de las personas con las que trabajamos y les formamos sería ideal. Porque, para mí, el empleo (remunerado de forma digna) y la formación es tal vez la mejor medicina para evitar la vulnerabilidad social. 

Los últimos casos de abusos en ONG, ¿les han afectado?

Qué duda cabe que afecta. Porque ganarte una buena imagen cuesta mucho pero perderla cuesta un día.  Sí repercute y por eso nosotros tratamos de ser lo más transparentes posibles. Tenemos una auditoría interna y otra externa todos los años, nuestras cuentas están abiertas para que cualquier persona conozca a qué se destinan nuestras fondos... para nosotros la transparencia es sagrada. 

¿Qué mensaje le gustaría que llegara?

Ni más ni menos que Cruz Roja es  una organización que su principal objetivo es prevenir y, si no se puede, aliviar el sufrimiento humano. Por eso nuestro lema: estar cada vez más cerca de las personas. El sufrimiento no tiene fronteras y por eso trabajamos a un nivel lo más generalista posible, con el único objetivo de tratar de integrar a las personas. Nuestro principio es de neutralidad e imparcialidad. Sin discriminación. Para nosotros lo que importa son las personas y el grado de sufrimiento que tienen.