La vida saludable debe inculcarse desde los cuatro años

N. G. Gómez (EFE)
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El sedentarismo, la falta de ejercicio físico o una alimentación basada en ultraprocesados son factores de riesgo para el corazón y la información es fundamental para cambiar de hábitos. «Aún hay mucho margen de mejora», señala el científico Rodrigo Fernández, para quien la clave está en enseñar a los niños. Y es que, según este investigador que compagina horas en el laboratorio y con los pacientes, los cuatro años es una buena edad para empezar la formación y contagio de los hábitos saludables.

Fernández es jefe de grupo en el Laboratorio de Imagen y Salud Cardiovascular en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y trabaja en el Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid y, respecto a los avances de los últimos años en cardiología resalta la importancia de la prevención. Precisamente en esta última es en la que está centrado ahora. Junto al cardiólogo Valentín Fuster y la Fundación SHE-’la Caixa’, este investigador  está inmiscuido en varios proyectos en Estados Unidos, Colombia y España para enseñar a niños y adolescentes la importancia de una vida saludable y demostrar que la información es fundamental.