Soria es la única provincia de Castilla y León en la que, no solamente no se ha perdido población durante 2018, sino que se ha incrementado. Se trata de un aumento leve, de 36 vecinos, pero que responde al cambioe en el saldo migratorio de los últimos meses. "Salen menos sorianos, y también llegan más inmigrantes", ha manifestado el profesor de Análisis Geográfico en el Campus de Soria, Jesús Bachiller.

Los municipios de la periferia están ayudando a estabilizar ese censo poblacional. "Golmayo o Garray son localidades a las que la población de la capital siempre ha emigrado, desde la primera década del siglo XX, por tanto, es población que continúa vinculada a la provincia y que mantiene en ella su residencia", apunta Bachiller. De hecho, Golmayo es, junto con El Burgo de Osma, Ágreda, Ólvega, San Esteban de Gormaz o San Leonardo de Yagüe, uno de los municipios cuya población oscila entre los 2.000 y los 5.000 habitantes.

La tendencia de una población estable podría continuar si las previsiones económicas son favorables. No sucede así, en cambio, en el resto de Castilla y León, territorio que en el último año ha perdido 9.616 personas.