El turismo soriano fía su recuperación al verano

Nuria Zaragoza
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Advierten un cambio de tendencia pero, avisan, las reservas se resisten y domina la incertidumbre. Urgen políticas reales de apoyo al sector

El turismo soriano fía su recuperación al verano

El turismo de Soria afronta su verano más decisivo para la recuperación de la actividad. Después de catorce meses de crisis turística y tras la decisión de la Junta este jueves de levantar algunas restricciones y rebajar los límites de aforo, el sector atisba ya la luz al final del túnel tras el fin del estado de alarma y el levantamiento de las medidas más restrictivas. No obstante, el final todavía se divisa entre luces y sombras. Aunque se impone el mensaje optimista, todos los agentes del sector consultados por El Día de Soria coinciden también en que la temporada alta sigue rodeada de incertidumbre, conscientes de que el avance de la pandemia marcará la evolución de sus negocios. 

Como si fuera un déjà vu, se repite el escenario del verano pasado. Los datos de incidencia han bajado y eso atisba una reactivación de la movilidad que impulsará el sector turístico. Tras el confinamiento de entonces -tras el cierre perimetral de ahora-, «la gente tiene ganas de  moverse y salir», lo que se puede traducir en un balón de oxígeno para un sector que ha perdido al menos 66 negocios en la provincia respecto de antes de la pandemia. No obstante, todo vuelve a estar condicionado, al igual que pasó durante la época estival de 2020, por las medidas y restricciones que se tomen debido a la pandemia de la COVID-19. Eso sí, ahora hay un elemento a favor que ha entrado en el juego:la vacunación. De su avance depende en buena medida la recuperación del sector, de ahí que los últimos titulares alertando de una caída en el ritmo de la vacuna hayan caído como un jarro de agua fría en un sector que teme ver amenazado de nuevo su ‘agosto’.

información, pero pocas reservas. Al levantamiento de la movilidad al acabar el estado de alarma se han sumado este jueves las nuevas aperturas anunciadas por la Junta. La suma de todo ello ha sentado bien en el sector, que desde hace ya dos fines de semana nota «más movimiento» y, también, más solicitudes de información que, eso sí, cuesta concretar en reservas por el temor a un nuevo cierre. «Estamos teniendo reservas pero con mucha precaución», coinciden hoteles, restaurantes, campings, casa rurales, apartamentos turísticos, agencias de viaje, guías turísticos... Solo las autocaravanas se libran de esta criba. Se han convertido en el gran objeto de deseo de la pandemia, ya que este tipo de vida nómada sobre cuatro ruedas ofrece una seguridad e independencia que, en pandemia, es muy valorada. 

También en los apartamentos turísticos confían en poder repetir los buenos datos de ocupación del año pasado, donde las reservas se mantuvieron en cifras preCOVID precisamente por ese deseo de las familias de evitar compartir espacios cerrados con otros visitantes. 

Evitar compartir espacio con otros turistas ahora se paga. Quizá por ello, este verano, como el pasado, en la búsqueda de casas rurales la prioridad son las «casas con piscina», según reconocen desde la Asociación de Turismo Rural de Soria (TurSoria). El verano pasado el negocio rural consiguió salvarse precisamente por ser alternativa de turismo sano y de naturaleza alejado de los riesgos de la pandemia, y este año se espera repetir modelo y ser la opción de nuevo para un turista «muy familiar, que suelen venir unidades de convivencia». 

aforos, el dilema. Desde TurSoria confían en que «la libertad» anunciada por las instituciones no se frene de nuevo y proponen que, «para evitar medidas restrictivas en número de aforo (lo que ha sido el gran problema entre los alojamientos de la asociación) se podría obligar a las reservas que vienen con varias unidades de convivencia a usar en las zonas comunes la mascarilla. Solo con esta medida se podía haber resuelto ya el problema que tanto daño nos ha causado», considera la presidenta, Beatriz Calavia.

También desde la Asociación de Guías Turísticos de Soria, al amparo de la Federación regional, levantan la voz para que se aumente el tema de aforos y, de hecho, han solicitado a la Consejería de Sanidad la ampliación de los grupos. «Nuestros aforos siguen siendo de los más limitados, no solo por actividad, sino también por Comunidad Autónoma, pues en otros lugares los grupos pueden llegar hasta las 30 personas», recuerda la presidenta del colectivo en Soria, María Gutiérrez. 

Porque el tema de aforos sigue siendo el principal problema que asfixia al sector, con medidas que no se terminan de comprender y que algunos consideran un «sinsentido». Y algunos ejemplos avalan su crítica:en un autobús pueden viajar 54 personas juntas pero, sorprendentemente, esas mismas personas no pueden hacer juntas una visita con un guía turístico. Con el guía solo pueden ir nueve personas a hacer una excursión por el Cañón del Río Lobos pero, eso sí, si se juntan un grupo de amigos, un grupo senderista... pueden ir todos los que quieran. Y algo similar viven en los restaurantes, donde sus comedores y barras tienen aforo limitado pero, sin embargo, si sus clientes deciden juntarse en una casa particular en lugar de en el bar pueden estar todos los que quieran, sin límite. 

Los hosteleros sorianos hace ya tiempo que dejaron de compartir -y comprender- las medidas de las administraciones y ahora ya solo piden «poder trabajar», destaca el vicepresidente de Asohtur, Pablo Cabezón, quien también confía en el verano para remontar -que no salvar- un año «desastroso». 

Con el sector en números rojos y endeudado, todos comparten también su queja por que las ayudas prometidas no han llegado, salvo para los hosteleros desde el Ayuntamiento, matizan.