Reencuentro con el arte

EFE
-

Los museos tuvieron que echar el cerrojo precipitadamente a causa del confinamiento, pero ahora, tras adaptarse a la nueva normalidad, en las galerías vuelven a brillar sus mejores joyas

Reencuentro con el arte - Foto: Ballesteros

El coronavirus ha transformado la fisonomía de los museos: donde antes había bullicio, ahora reina la tranquilidad. Grandes autores como Rembrandt, contemporáneos como Lygia Clark, vampiros y videojuegos esperan a los visitantes con una experiencia completamente diferente.
Los templos del arte no siempre fueron lugares llenos del runrún de las voces de los turistas. El Museo del Prado, por ejemplo, era el remanso de paz y sosiego al que acudían los diputados hace décadas cuando la tensión se mascaba en el Hemiciclo, que se encuentra a escasa distancia de la pinacoteca.
Así lo recordaba su director, Miguel Falomir, con motivo de su reapertura tras el confinamiento. Ahora, con solo 2.500 visitantes permitidos al día, la pinacoteca vuelve a ser ese lugar lleno de paz que muchos nunca conocieron.
Igual que el Prado, el resto de galerías ofrecen ahora una gran oportunidad para reconectar con el arte en un verano de exposiciones prorrogadas y segundas oportunidades para el arte antiguo, fotografía o creación contemporánea. A continuación les hacemos algunas propuestas imprescindibles, aunque hay muchas más.

 

Los grandes éxitos del Prado

El Museo del Prado ha reorganizado su colección para volver a recibir al público con El Reencuentro. Para ello, ha reunido cerca de sus 200 piezas más importantes bajo la luz natural de la su galería central. «Queríamos volver, pero de una forma inolvidable», explicaba el director de la pinaciteca en la repaertura.
Además de las famosas Las Meninas, que se reúne en la misma sala con Las Hilanderas por primera vez desde 1929, o las pinturas de Tiziano, no faltan diálogos sorprendentes como los dos Saturnos devorando a su hijo de Francisco de Goya y Rubens. No faltan El Greco, El Bosco, Zurbarán, Caravaggio, Patinir y muchos más. Hasta el 13 de septiembre, las entradas solo por internet.

 

El retrato de Rembrandt

El Museo Thyssen ofrece un viaje con dos destinos: ahondar en la faceta de retratista del genio y recorrer cronológicamente la vibrante escena del retrato del siglo de oro holandés. Rembrandt y el retrato holandés, organizada junto al Museo de Ámsterdam, acoge un centenar de obras del maestro y una treintena de otros autores de la época. Muchas de ellas no habían pisado jamás España.
Entre las paradas obligatorias de esta exposición está Mujer con capa de piel (en la imagen), Busto de anciano con traje de fantasía, cedido por Isabel II de Inglaterra, o Retrato de un hombre en un escritorio, que viene del Hermitage. Estará hasta el próximo 30 de agosto.

 

Fotógrafos anónimos en el confinamiento

Un niño vestido de Superman mirando a través de una ventana, aplausos desde balcones o calles inusitadamente vacías: PHOTO ESPAÑA vuelve su mirada sobre el confinamiento con Desde mi balcón, una serie de exposiciones de imágenes tomadas por los ciudadanos durante el estado de alarma.
El festival de fotografía más importante de España y tradicionalmente veraniego, ha pospuesto el grueso de su programación a otoño y hasta entonces medio centenar de exposiciones en las calles de ciudades españolas, como Madrid a La Coruña, Oviedo o Zaragoza permitirán disfrutar de la fotografía al aire libre. 

 

El tiempo mudo de Mario Merz

El artista italiano Mario Merz es un nombre fundamental para entender la deriva del arte contemporáneo europeo del siglo XX. Su utilización de materiales pobres, procedentes de la naturaleza o deshechos de la sociedad de consumo constituyen una crítica al sistema de vida de esta última, una cuestión que convierte su mensaje ahora, en más relevante si cabe.
Arcillas, ramas o cera y elementos artificiales como luces de neón conviven en El tiempo es mudo, una exposición comisariada por el director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, que se puede visitar en el Palacio Velázquez del Retiro, hasta el 30 de agosto.

 

El Centro Botín y Anri Sala

El Centro Botín de Santander fue el primer gran museo en abrir en España y ofrece este verano una segunda oportunidad para ver sus exposiciones, todas ellas prorrogadas. La firmada por el albanés Anri Sala, AS YOU GO (Châteaux en Espagne), estará hasta el 13 de septiembre, con una propuesta que indaga en las formas de comunicación no verbales, como el movimiento, la música o el sonido.
El artista ha replicado de No window, no Cry (en la imagen), una pieza que hizo para el Pompidou de París en una de las ventanas del museo. En ella se ha instalado una caja de música de mano con un tema de The Clash, que el espectador puede accionar y que reflexiona sobre el paso del tiempo y la incertidumbre.

 

Vampiros, el mito eterno

CaixaForum Madrid y La Cinématèque de París hincan con fuerza el diente a esta figura del imaginario popular en una exposición vertebrada en torno al cine, con un total de 15 montajes audiovisuales y fragmentos de 60 películas y series. Hasta el 6 de septiembre estará en Madrid y  luego empezará un itinerario por otras ciudades.
En la muestra, se puede ver la máscara original de Nosferatu (1979), el traje de Gary Oldman para el Drácula de Coppola, o el guion de Bram Stoker para su primera adaptación teatral, junto a fragmentos de películas y también obras de Warhol y Goya. El conjunto excepcional de piezas revisan la faceta política, social y sexual del mito del chupasangres.

 

El videojuego como cultura

En los últimos meses han sido varias las exposiciones que defienden el videojuego como un género cultural, para quienes tengan alguna duda. El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) viaja con Gameplay al origen de los videojuegos, allá por los la década de los 70, y recorre su impacto en la cultura popular hasta nuestros días.
Consolas, máquinas, instalaciones de artistas, videojuegos de masas o proyectos independientes se reúnen en esta muestra que aborda las múltiples conexiones entre el videojuego y el resto de producciones culturales. 

 

Daido Moriyama, el fotógrafo de la calle

El fotógrafo japonés Daido Moriyama se hizo el año pasado con el Premio Hasselbald, considerado el Nobel de la Fotografía. La muestra,  A diary, que le dedica Foto Colectania en Barcelona -prorrogada hasta el 4 de octubre- resume su estilo a medio camino entre lo ilusorio y lo real y siempre con un punto de vista audaz y valiente.
Es el nombre más destacado del movimiento Provoke, que ayudó a romper las normas de la fotografía tradicional y a empujar los límites del género.

 

Descubrir a Lygia Clark

El Guggenheim revisa la primera etapa de la artista brasileña (en la foto), una autora fundamental de la segunda mitad del siglo XX pero quizás poco conocida. La exposición revisa los 10 primeros años de su trabajo, en los que experimentó con la figuración y la abstracción y en los que forjaría el poderoso lenguaje que luego articularía en sus obras de madurez.
El museo vasco ha prorrogado todas las exposiciones que cerró precipitadamente por el confinamiento. Además de descubrir a Lygia Clark, hasta el 25 de octubre, los visitantes pueden también disfrutar de la obra inmersiva de Olafur Eliasson.