Carmen vuelve al agua

EDS
-

La nadadora regresa tras un año sin competir y con un nuevo club, la AD Zoiti 89 de Huesca

Carmen López ve frenada su progresión

Hace unas pocas semanas, Carmen López saltaba a la piscina para competir tras un año sin hacerlo, «antes de entrar al agua tenía una sensación de miedo, de temor a no hacerlo bien tras mucho tiempo sin competir». Toda duda quedaba despejada al entrar en contacto con el agua, «me siento bien cuando estoy en la piscina, es lo que me apasiona y en cuanto volví a la dinámica de entrenamientos tuve más claro que esto es lo mío y que quiero nadar todo lo que pueda».

El matiz está en que ya no nada en Soria, coincidiendo con su época universitaria, se ha trasladado a Huesca para cursar el Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, «tenía claro que el lugar era lo de menos, iba a seguir nadando y compitiendo». Ahora, tras un largo parón en el que le hubiese gustado «compaginar natación y Bachillerato y selectividad, porque creo que me podría haberme organizado bien», Carmen López, una de las nadadoras con más futuro de Soria y la bracista de referencia en los últimos años, representará a la Asociación Deportiva Zoiti 89 que cuenta ahora con una auténtica joya de la natación soriana.

un año duro. A finales de 2018 Carmen López dejaba de nadar, «fue muy duro para mí no poder seguir compitiendo, aunque a su vez me ayudó a centrarme más en los estudios». La soriana lo dejó, aunque no del todo, «seguía nadando con el Club Triatlón Soriano, me trataron como a una más a pesar de no competir con ellos y les estaré eternamente agradecida. Les deseo todo lo mejor que les pueda pasar». Pero nadar y correr con la entidad soriana no es lo mismo que hacer preparación específica y competir en la braza, su especialidad, «lo echaba mucho de menos, por eso tenía claro que tenía que nadar en la ciudad a la que me tuviese que desplazar».

Pasó el verano y en septiembre se trasladaba a Huesca, «encontré a la AD Zoiti 89 y desde el primer día me trataron como a una más». Comenzaba entonces con los entrenamientos en los que al principio «notaba mucho la inactividad, fue duro coger el ritmo». Ahora, mes y medio después, «disfruto de nuevo en la piscina y con los compañeros».

Trabaja a las órdenes de Eduardo Generelo, «desde el comienzo detectó que era buena nadando a braza pero a su vez ha ido perfeccionando mi técnica». Tras tanto tiempo sin trabajarla, ha ido mejorando «la posición de los brazos para deslizar mejor en el agua y empujar con más eficiencia». Le da mucha importancia a su principal defecto, las salidas, «reconozco que me mete mucha caña», asegura entre risas, «pero también es cierto que tenía que mejorar». Una preparación «que me encanta porque es así con todos los compañeros y es muy efectivo para mí».

el regreso. En mes y medio, Carmen López a vuelto a su ser, «todo gracias a un entrenamiento muy variado que me ha beneficiado muchísimo». Alterna series con ejercicio más calmados, cinco días por semana, a los que se suman tres horas de gimnasio, «en poco tiempo he cogido mucha fuerza y me encuentro en forma».

Ha competido ya en las pruebas regionales de Aragón, «con un nivel muy alto que no me esperaba». Aun así en braza, su especialidad, terminaba quinta en los 50 metros y cuarta en los 100 metros, «sinceramente, la posición es lo de menos, las sensaciones fueron geniales y los tiempos estuvieron en lo que me esperaba». La sorpresa llegaba en los libres, «cuando terminé las pruebas alucinaba con los tiempos, llegué a bajar hasta casi cuatro segundos mi mejor marca de siempre».

Era el detalle que le faltaba para asumir y aceptar algo que sospechaba, «todo está saliendo bien pero a la vez me asusta pensar que estoy disfrutando de nuevo de la natación». Esta competición ha convencido a Carmen para seguir y entrenar con mucha más fuerza, «llegué a tener alguna duda de si debía seguir con esto». Lo dice con tan solo 18 años pero pone de manifiesto la exigencia del deporte de competición, «ahora toca seguir mejorando para la Copa de Clubes». Lo hará en una nueva ciudad, con unos nuevos compañeros pero con un acompañante que no se había ido del todo, el agua.