La redención de Simeone

Agencias
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La goleada frente al Cádiz permite al entrenador del Atlético recuperar el crédito perdido

El técnico argentino da instrucciones a sus jugadores durante un choque de esta temporada. - Foto: EFE

Cuando Thomas Lemar cabeceó en el minuto 56 el 0-1 para el Atlético de Madrid contra el Cádiz en el estadio Nuevo Mirandilla (1-4) el pasado domingo, Diego Simeone se sentó en el banquillo, recostó su espalda y suspiró, aliviado, redimido, quizá liberado, de nuevo vencedor, tanto como lo necesitaba su equipo, exigido por la clasificación en LaLiga Santander y dolorido por el golpetazo del pasado miércoles contra el Milan.

No hay mejor descripción, probablemente, que tal imagen para ilustrar el actual momento del equipo colchonero, que vive en el filo, aún sin tomar la dimensión que se le presupone a su plantilla, agobiado por los resultados -seis victorias nada más en sus 16 partidos oficiales precedentes antes de la visita de la ciudad andaluza, siete triunfos en 17 duelos con el 1-4 de este domingo- y por las dudas insistentes en cada línea, en la defensa, en el medio campo, en el ataque y en el global, aligeradas por la determinación con la que se impuso este domingo frente al Cádiz.

La mejor respuesta son los resultados. Siempre ha sido así la contestación del grupo del técnico argentino cuando resurgen o se intensifican las críticas para retomar el camino de la fiabilidad; la cualidad quizá más representativa de toda esta década en el Atlético, puesta en discusión en esta campaña, en esa condición de imprevisible que, de pronto, había transformado al bloque rojiblanco este curso en un equipo ni tan concluyente ni tan eficaz.

Para serlo necesita la mejor versión de Thomas Lemar, el goleador que abrió el triunfo, cabeceador oportuno ante el fenomenal centro de Yannick Carrasco, otro de los jugadores de los que requiere el conjunto madrileño un nivel más determinante del que había demostrado en las últimas semanas.

 Igual que Marcos Llorente, de vuelta de la lesión muscular y crucial para el Atlético que fue campeón en 2021 y que quiere repetir en 2022.

Goleador y pasador decisivo el curso pasado, sin el que el equipo madrileño no habría sido el ganador del torneo, no había marcado ni había dado ninguna asistencia en sus 13 partidos oficiales anteriores en esta temporada, hasta este domingo, cuando entregó el 0-2 a Antoine Griezmann al borde del minuto 70, con un pase certero, con la fuerza y la precisión necesaria, para el remate del internacional francés, goleador ya seis veces en esta campaña.

La celebración de Simeone fue muy distinta. Corrió a abrazarse a Nelson Vivas, su ayudante, ya lanzado el Atlético a por un triunfo que agrandó Ángel Correa, que conectó con Griezmann, este con Matheus Cunha y de nuevo con el argentino para transformar el 0-3, para reencontrar un gol que no vislumbraba desde las tres primeras citas, alejado ya de la titularidad de la que sí disfrutó entonces. El 1-4 fue de Cunha.

Hoy por hoy no están ni uno ni otro en el once tipo. Es otra lectura del partido del domingo en Cádiz. A Simeone no le cambió la idea de alineación que tiene ahora la derrota contra el Milan en la Liga de Campeones del pasado miércoles. No estaba Joao Félix, una posibilidad para modificarlo, por tercer duelo seguido fuera por un golpe muscular, ni está disponible aún Kieran Trippier, por el esguince en la clavícula sufrido el 7 de noviembre.