El sueño de ser de plata

Sergio Recio
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Los amarillos afrontan la tan deseada fase de ascenso en Lanzarote del 4 al 6 de junio

El sueño de ser de plata - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez

Pocos han olvidado en Soria la traumática fase de ascenso del Balonmano Soria en el año 2013. Nunca antes en sus 24 años actuales de existencia habían estado tan cerca de llegar a División de Plata y el varapalo fue tan importante que al club le costó varios años recuperarse de ese gran mazazo que además recibían como anfitrión.

Después de cuatro años vagando por el desierto de la Primera Estatal, la llegada de Daniel Bandrés en 2017 supuso un salto de calidad que el club llevaba tiempo buscando, «consiguió recuperar la importancia del entrenamiento diario y el cuidado en la alimentación para volver a profesionalizar al equipo». El que habla es Jordi Lluelles, un recién llegado pero un amplio conocedor de la historia de la entidad.

Con el técnico zaragozano se rozó el playoff en 2019, quedándose a tan solo un gol de la fase de ascenso. Con una piedra más en la mochila en 2020 la temporada se paraba por el coronavirus con el equipo en segunda posición. El proyecto que lideraba el asturiano Rodrigo Llordén paraba a mitad de camino y los despachos hacían el resto. Parecía una maldición pero en el año más complicado, tras dos brotes covid en la plantilla y con el calendario más endiablado que se recuerda, el Balonmano Soria vuelve a una fase de ascenso ocho años después. Lanzarote no era la mejor sede posible pero el grupo con el propio anfitrión, Eibar y Agustinos Alicante, otorga grandes opciones a los amarillos.

El camino. Jordi Lluelles era el elegido para afrontar la temporada. El técnico con amplia experiencia en clubes como el Villa de Aranda, llegaba a un equipo en el que no se permitía otra cosa que luchar por estar en ascenso. «El inicio no fue sencillo», recuerda el entrenador, «perdimos con Oviedo, después paramos, empatamos con Covadonga y volvimos a parar». Eso unido a una plantilla con muchas novedades sembró las primeras dudas. 

Los partidos se mezclaban con aplazamientos marcados por una situación sanitaria que machacó al BM Soria con dos brotes, el primero en noviembre, el segundo en mayo, «este equipo se ha sobrepuesto a muchos inconvenientes gracias a un gran compromiso y trabajo que hace que el premio alcanzado sepa mucho mejor que al principio». En lo deportivo han conseguido ir de menos a más. 

Comenzaron con cuatro derrotas en los siete primeros partidos pero en la segunda vuelta sumaron solo un partido perdido y 14 victorias. Imponentes números que hablan del potencial de la plantilla, «creo que todavía no hemos llegado a nuestro tope como equipo», asegura, «pero lo que sí hemos logrado es una gran regularidad que quizás era el detalle que a faltado en años anteriores». Ahora la ilusión desborda al equipo y Lluelles debe controlar esa euforia, «al final es positivo pero también puede llegar a ser negativo». El equipo está enfocado en la parte buena, «estamos dentro del playoff y lo tomamos como un paso más para rendir y ser competitivos, es una plantilla con veteranos pero sobre todo jóvenes que están iniciando un camino, eso debe ser muy motivador para ellos.

La dificultad reside ahora en una fase con cuatro equipos y solo un triunfador. Tres partidos en tres días en los que hay que rozar la perfección para aspirar a ganar.

Opciones. «Nos hemos ganado el derecho a soñar y vamos a hacer todo por conseguirlo». Así de contundente se muestra Jordi Lluelles al hablar de las posibilidades del equipo. El grupo no es sencillo, pero podía haber sido peor, «son tres rivales muy competitivos y el favorito puede ser Agustinos Alicante, aunque me gusta que juguemos el primer partido contra ellos».

Es el gran rival y el resultado de ese encuentro será  determinante, «vamos a llegar en buenas condiciones al comenzar contra ellos, eso me gusta pero va a marcar el devenir de la competición, aunque después no te puedes relajar».

Después llegará el Eibar, «un equipo rocoso y duro, además ha sido campeón de grupo pero creo les penaliza la primera línea», uno de los potenciales de los amarillos, «eso les puede pasar factura en una competición de tres días». Cerrarán la fase con Lanzarote, «el tercer día puede pasar cualquier cosa pero al ser una plantilla corta pueden llegar especialmente cansados».

Son las cuentas previas de unas eliminatorias que se disputan del 4 al 6 de junio y en las que puede pasar de todo. El Balonmano Soria ha demostrado su gran nivel y ahora es el momento de dar un paso más. Deben hacer una fase de oro para ser un equipo de Plata.