«El campo ha despoblado al campo"

EDS
-

Constantino de Pablo deja la Alcaldía de Langa de Duero tras 32 años. Durante este tiempo acumula nueve millones de euros de inversión para dotar al pueblo de unos servicios que deberían servir para frenar la sangría poblacional langueña

«El campo ha despoblado al campo"

En 1987 llegó al Ayuntamiento de Langa de Duero y esta semana pone punto final a su tiempo al frente de la Casa Consistorial. Constantino de Pablo lo llevaba en la sangre. Su padre, de mismo nombre, ya fue regidor durante los últimos años del franquismo. Lo recuerda trabajando en el campo mientras tomaba anotaciones en su libreta para departir con el secretario por la noche. Constantino de Pablo hijo ha pasado más de media vida como alcalde, él fue el encargado de poner el fax como un avance hace décadas y retirarlo por obsoleto hace semanas. Durante estas más de tres décadas ha librado la batalla contra la despoblación, pero los números son implacables con su pueblo.

¿Cómo vive estos días en lo que dice adiós a la Alcaldía tras 32 años en el cargo?

Con unas sensaciones un tanto contradictorias ya que, aunque dejo cosas hechas, también quedan cosas pendientes. Siento alegría por mí ya que poco a poco dejaré de acostarme y levantarme con el Ayuntamiento en la cabeza. Espero que esa obsesión que tenemos todos los alcaldes vaya desapareciendo.

¿Por qué se presentó por primera vez en 1987?

Esa primera vez quería ser alcalde y la cosa se complicó. Yo me presentaba por el CDS y empatamos a tres concejales cada grupo -con socialistas y populares-. Me presenté a la investidura y gané con seis votos de forma sorpresiva. Gobernamos esa legislatura en conjunto y luego me integré en el Partido Popular.

¿Cómo era Langa entonces, en 1987?

Ahora hay muchos más servicios que atraen a la gente como las piscinas, la guardería, hemos mantenido el colegio, hicimos el edificio del centro médico. Creo que en general hay más puestos de trabajo ahora que entonces, siempre salvando el problema del campo, antes con 15 hectáreas vivía una familia, ahora necesita 200, toda esa mano de obra se ha amortizado. Me cuesta decirlo pero, salvando la ganadería de porcino, el campo ha despoblado al campo, no podemos decir otra cosa porque no se han creado puestos de trabajo. 

¿Cuáles han sido sus principales proyectos en este tiempo en la Alcaldía?

El castillo es uno de lo que más trabajo me ha llevado, y no seré yo quien lo inaugure. Está ya terminado y con el dinero listo para pagar. Además, el polideportivo municipal con sus piscinas; el polígono industrial, en el que no hay muchas industrias pero tiene un gran potencial con 35 hectáreas en plena autovía en construcción; y las normas urbanísticas municipales, que nos llevaron casi una legislatura. No me olvido de los centros sociales en los pueblos, el centro de día de mayores, el campo de tiro, el bodegón y los lagares, las aguas y saneamiento por primera vez en Valdanzuelo, las viviendas para jóvenes y las accesibles, la ventanilla única, y muchos otros como la atención del día a día a los vecinos, que fue más intensa en los seis años que estuve cobrando que en los 26 que no cobré y que trabajaba en otra empresa.

¿Qué queda por hacer?

He perdido, como otros pueblo, la batalla de la población. De los 1.400 habitantes cuando entré a los 700  actuales son muchos habitantes perdidos. Es un mal endémico y hace falta que se nos eche una mano y contagiar que aquí somos felices. También queda alguna pavimentación, la carretera entre Valdanzo y Valdanzuelo, y la que afecta a Zayas de Torre que une Zayas de Báscones y Bocigas de Perales. Además, tenemos pendiente la puesta a punto del puente sobre el río Duero que espero que la Diputación lo pueda hacer sin problema, y habría que poner también en marcha las viviendas. Lo que hace falta es recuperar población y eso se puede hacer con dos cosas, trabajo y viviendas de alquiler, arreglar viviendas antiguas para que pueda venir gente de alquiler. Tenemos que intentar que el eje El Burgo, San Esteban, Langa y Aranda con una autovía, con muchos servicios y con una buena vega, no nos lo dejemos escapar. Si perdemos esto los pueblos van a ir a morir.

¿Ha sido feliz como alcalde?

Ha habido de todo. Creo que sí, aunque he sufrido más estos últimos cuatro años. No sé si porque me han exigido más de lo que podía hacer yo o porque 32 años queman bastante. En otras legislaturas se enlazaban unos proyectos con otros y casi me iba presentando para ver si los terminábamos, pero esto es imposible, pensaba que iba a arreglar todo, que Langa iba a salir volando y me he dado cuenta que no. Hay que esperar mucho tiempo y el dinero no siempre lo tienes. Hombre creo que después de nueve millones de euros de inversión en este tiempo ya hay cosas que están hechas.

¿Qué va a hacer ahora con su tiempo libre?

Si me necesitan voy a estar ahí, si hay cualquier avería y puedo ayudar lo haré. Iré a todos los plenos y estaré vigilante, me quedo en Langa.

¿Qué consejo da al nuevo alcalde?

Los servicios los tenemos, hay que traer población ya que estamos muy cerca de Aranda de Duero, se nota la autovía. Creo que los que entren tienen que dedicar el superávit a traer población como sea, con viviendas viejas rehabilitadas para el alquiler o asegurando el cobro al vecino que alquile.