Cardo en salsa de almendras, langostinos cocidos, ensalada de marisco, rape en salsa, volovanes rellenos de gambas y cangrejos, cabrito asado o solomillo de ternera. No es el menú del día de un restaurante sino lo que se sirve en días como el de hoy en el Hospital Santa Bárbara de Soria. El objetivo es que, a través del paladar, haga sentir a los pacientes ingresados que están como en casa.

Y es que la Navidad se deja notar también estos días en la cocina del centro hospitalario soriano. El equipo de restauración elabora una serie de menús más propios de estas fechas que no dejan de lado los turrones y los dulces navideños, además de la piña natural, las uvas, el roscón de reyes e incluso el cava. Eso sí, todo adaptado a la dieta de cada paciente. Así lo explica Mila Martín, técnico restauración. "La nutricionista nos dice qué ingredientes podemos usar y luego nos da rienda suelta a los cocineros para que preparemos unos platos más navideños", señala.

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Hasta cuarenta propuestas gastronómicas diferentes que desmitifican la consabida creencia de que la comida de hospital es mala.