La produccción en el Canal de Almazán ya es una realidad. La laboriosa transformación de las más de 5.000 hectáreas en regadío están dando sus frutos en forma de variedades de la huerta de todo tipo. Patata, judías verdes, cebollas, guisantes, grelos, brócoli... la lista es cada vez más amplia y puede variarse a demanda de la industria. Tal y como vaticinaban sus impulsores años atrás, el esfuerzo de transformar tierras de secano en regadío merece la pena, pues esta zona de Soria ofrece condiciones únicas en cuanto a altura y temperatura para obtener productos de este tipo en verano. El cambio climático favorece la producción de unas variedades que en otras latitudes más al sur cada vez cuesta más sacar adelante debido a las altas temperaturas. Todavía con mucho margen de producción, los agricultores esperan un impulso para que el valor añadido se quede en la zona en forma de empleo. Para ello haría falta una industria de transformación que fije una mano de obra que hoy por hoy es difícil de encontrar debido a la estacionalidad.