Inma Herráez prepara uno de sus numerosos pedidos de quesos en San Pedro Manrique. "Ahora tengo que avisar al menos con tres días de antelación", reconoce esta empresaria del medio rural soriano. Desde su Quesería Tierras Altas cuenta ahora con un grave problema, necesita transporte refrigerado y apenas hay empresas que se desplacen hasta allí. "Siempre me dicen lo mismo, que si soy la única no les merece la pena pasar por 20 kilos de pedido", lamenta mientras da vueltas a cómo poder abastecer a sus clientes. El la realidad del pequeño empresario en el medio rural soriano, la de no contar con la tranquilidad de tener un servicio de logística diario y mucho menos si es refrigerado, donde la oferta es escasa.

En la mayoría de las ocasiones la única solución es hacerlo ella misma. "Me toca llevarlo a Soria y desde ahí ya saldría", explica esta empresaria que decidió apostar por instalar esta quesería en la provincia en 2018.  A esto se suma el aumento de costes. "Si estos pedidos fuesen desde Soria capital serían hasta cinco veces más baratos", asegura con resignación. Inma Herráez pide que se ayude de verdad a emprender en el medio rural. "Ni siquiera pido dinero, solo que se igualen condiciones como las de logística para que no me sea más costoso realizar la misma operación que estando en la ciudad", un ruego que como ella misma relata, es habitual en su día a día.

En la misma localidad y desde su experiencia de décadas de trabajo, Ángel Celorrio ve que el paso de los años hace que la situación empeore. Este empresario que cuenta con un taller y una gasolinera lamenta que "los jóvenes no se animen a emprender por la falta de ayudas y condiciones de las instituciones". Ya jubilado, mantiene sus negocios para evitar que San Pedro Manrique no vaya a peor, pero los problemas crecen. "Lo normal es que si un vehículo requiere una reparación urgente, tenga que desplazarme a otro lugar a por la pieza", detalla con impotencia. 

La logística, un enemigo más para pequeña empresa rural

Celorrio pide, "a quien sea", que tomen medidas eficientes. Ve en la fiscalidad diferenciada una ventana a un cambio. "Quiero que lo que llegue sirva de verdad para no perder población", comenta con un tono de voz que prácticamente es un ruego, "si se sigue hablando mucho sin que las soluciones llegue, los pueblos se van muriendo", una advertencia que este empresario hace desde la experiencia de los años.

Hasta que esa fiscalidad diferenciada llegue o se tomen nuevas medidas, deberán seguir luchando por su supervivencia en condiciones desiguales respecto a los grandes núcleos de población.