La pandemia dispara los trastornos de la alimentación

David Alonso
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La Comunidad registra durante los últimos 22 meses un 25 por ciento más diagnósticos que en los dos años anteriores, y eleva hasta los 7.217 el total de personas con algún TCA

La pandemia dispara los trastornos de la alimentación

La pandemia del coronavirus ha extendido sus tentáculos más allá de la propia infección y su poder destructivo ha llegado hasta casi cualquier ámbito de la vida de los castellanos y leoneses. Incluidos aquellos rincones más privados y relacionados con la salud mental, que han visto disparados los casos durante los últimos meses. Dentro de estos, los trastornos de la conducta alimentaria han sufrido un crecimiento exponencial desde aquel fatídico mes de marzo de 2020 cuando todo cambio. Los datos que maneja la Consejería de Sanidad evidencian como los casos de anorexia y bulimia han repuntado en los últimos casi dos años, con más de un millar de nuevos casos, y con un 2021 que apunta a ser el peor año para estas enfermedades de la última década. Solo entre enero y octubre se han diagnosticado 586 nuevos casos en toda la Comunidad, frente a los 515 del año anterior o los 407 de 2018. Esto supone un repunte cercano al cincuenta por ciento respecto a hace tres ejercicios, aunque este porcentaje crecerá cuando la Consejería recabe la datos definitivos del año.

Castilla y León, de esta forma, contabiliza hasta octubre de este año a más de 7.217 personas con algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria (TCA), lo que equivale al 0,31 por ciento de la población. Estas enfermedades tiene principalmente dos vertientes. Por un lado se encuentran las anorexias, bien sean restrictivas –limitar la ingesta de alimentos– o purgativa –relacionada con vómitos o consumo de laxantes–. El otro gran trastorno es la bulimia, con una vertiente purgativa –grandes atracones seguidos de vómitos– o no purgativa –se compensan las grandes ingestas con largos ayunos o excesos de deporte–.

Estas enfermedades tuvieron un boom a finales de los 90 y principios de los 2000, cuando los casos de anorexia y bulimia, sobre todo entre mujeres jóvenes se multiplicaron convirtiéndose casi en un problema estructural. «Antes de la pandemia eran trastornos que habían caído mucho en importancia, porque el auge fue en los 2000, pero ahora la gente es bastante consciente de ello», reconoce a este periódico José María Pelayo Terán,  Secretario de la Asociación Castellana y Leonesa de Psiquiatría, que confirma este repunte de casos de TCA. «Estamos viendo otras conductas de tipo impulsivo mas allá de los trastornos alimentarios, se han visto mas autolesiones, mas tentantivas de homicidios, mas consumo de tóxicos… Todo esto se empieza a ver después del confinamiento», apunta el experto.

Una realidad que también reafirma Vinda González, terapeuta de la Asociación Castellano y Leonesa de ayuda a familiares y enfermos de bulimia y anorexia (Aclafeba), que señala que «hemos notado que hay un aumento, bastante significativo». «Nos han llamado mucho preguntándonos y pidiendo información, transmitiéndonos miedos que tenían. Somos conscientes de que hay un aumento de demanda», explica.

Perfil tipo

Los expertos coinciden en que el perfil tipo de personas que sufren este tipo de trastornos alimentarios son, en su mayoría, mujeres jóvenes obsesionadas con su aspecto físico. «Es la tercera enfermedad crónica más común entre los adolescentes», explica la terapeuta de Aclafeba. «El perfil epidemiológico de los TCA efectivamente es un tipo de trastorno que se inicia en la infancia o adolescencia, o bien al inicio de la adultez, y es verdad que son muchísimo mas frecuente en mujeres, casi en un 90 por ciento», revela Pelayo Terán, que apunta a que hay dos tipos de personalidad muy asociados a estos trastornos. Por un lado, las personas hiperresponsables, controladores y obsesivos, vinculado a las anorexias restrictivas; y otro perfil mas inestable, cambiante, voluble, que está mas vinculado con anorexia purgativa o autolesiones. «Los niños que han tenido problemas de peso o alimentación en la infancia tienen riesgos de tener algún tipo de trastorno», añade el Secretario de la Asociación Castellana y Leonesa de Psiquiatría.

De hecho, de los 7.217 casos activos de TCA que hay en Castilla y León, el 15 por ciento, unos 1.200, corresponden a menores de 18 años, lo que evidencia la importancia que tiene este colectivo en estos trastornos. Además, ambos expertos coinciden en que como los TCA son la punta de un iceberg que evidencia problemas psicológicos más graves que están asociados a estos trastornos. «La comida no es el problema, es el síntoma, pero hay mucho más detrás», argumenta Vinda González, que lo asocia a problemas de autoestima, falta de tolerancia a la frustración, miedos irracionales, o una deficiente comunicación.

Mortalidad

Sin embargo, si en algo están de acuerdo José María Pelayo Terán y Vinda González es la consecuencias que los trastornos de la conducta alimentaria tienen. De hecho, desde la Asociación de Psiquiatría revelan como los TCA son una de las patologías «mas mortales de la psiquiatría», y aseguran que las personas que lo sufren tienen, de media, entre 30 o 40 años menos de esperanza de vida. «La gente se muere de desnutrición, son temas muy graves», concluye Pelayo Terán, que insta a pedir ayuda y acudir a los profesionales ante el primer síntoma.