Tras la tormenta regresa la calma, la plaza de Salduero ha amanecido cubierta de barro, hoy los operarios municipales se afanan en minimizar los efectos de la crecida. Imágenes que distan mucho de las de la tarde de ayer, cuando parte del municipio quedaba anegado por el agua e incluso tenían que desalojar a algunos de los vecinos de las viviendas afectadas. Una situación que se repite cada vez con más asiduidad y contra la que no pueden luchar. Llevan tiempo reclamando soluciones a la Confederación Hidrográfica del Duero. Por ello esperan que cuanto antes se pongan las medidas para que la situación no se vuelva a repetir.
Otras localidades de la cabecera del Duero van regresando también a la normalidad. La peor parte se la llevaba la zona del camping de Covaleda, el río ha regresado ya a su cauce, dejando daños apreciables en el terreno. El nivel ha bajado considerablemente respecto a ayer, cuando las instalaciones del entorno quedaban anegadas. Aún así lejos quedan de la mayor crecida que se recuerda en la zona, la del año 81, cuando la crecida superó con creces el nivel alcanzado ayer.
Las aguas del Duero regresan a su cauce