Un 37% de los vertidos al agua autorizados son inadecuados

SPC
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La CHD califica de "buena" la calidad de las aguas y defiende que la mayoría de los núcleos de población e industrias depuran "adecuadamente" sus aguas residuales

Vertido en el río Duero a su paso por Soria. - Foto: Ical

La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha autorizado 5.824 vertidos en sus aguas, de los que 3.674 se considera que tienen un tratamiento adecuado, mientras que 2.150, es decir, el 37 por ciento, se valoran como inadecuados, por carecer de instalaciones de depuración, porque éstas resultan “insuficientes” para un correcto tratamiento del vertido o por la falta de explotación y mantenimiento, un dato que la entidad de cuenca estima que “es elevado”.

El dato se reduce al hablar del volumen total de vertidos autorizados a las aguas de la cuenca del Duero, donde hay permitidos más de 860,3 millones de metros cúbicos cada año, de los que el 96 por ciento tienen un carácter adecuado (casi 826 millones de metros cúbicos anuales) y solo 34,4 millones de metros cúbicos, lo que supone el cuatro por ciento, se estima que no son adecuados.

La CHD atribuye estos datos a la existencia en la cuenca del Duero de un número “muy grande” de vertidos urbanos o similares que tienen “un pequeño o muy pequeño tamaño”, con bajos volúmenes y cargas contaminantes asociadas y un bajo porcentaje de depuración adecuada, frente a un número “relativamente pequeño” de vertidos industriales y urbanos de mayor tamaño, con unos porcentajes de depuración que resultan “mucho mejores”.

Si se pone la mirada en los núcleos de población urbanos, en concreto en un total de 4.084, la Confederación Hidrográfica del Duero cifra en un 50,6 por ciento las entidades locales o entidades locales menores que no disponen de un tratamiento adecuado de sus aguas residuales (2.065) frente a los 2.019 que sí dan un tratamiento adecuado, y que suponen el 49,4 por ciento restante.

En volumen, el 10,5 por ciento de los vertidos no están tratados adecuadamente, es decir, 32,6 millones de metros cúbicos al año, frente al 89,5 por ciento del volumen anual que sí se vierte a la cuenca del Duero con un tratamiento adecuado, un dato que supone 277,8 millones de metros cúbicos, frente a los 310,4 totales.

Según fuentes de la Comisaría de Aguas de la CHD consultadas por Ical, esta relación se mantiene a la hora de comparar los vertidos de núcleos de población urbanos de la cuenca del Duero en términos de carga contaminante, de manera que el porcentaje de habitantes equivalentes con grado de tratamiento adecuado es del 85,2 por ciento (3,8 millones de habitantes) frente al 14,8 por ciento sin tratamiento adecuado (659.700 ciudadanos).

La competencia en materia de contaminación por vertidos de aguas residuales corresponde a varias administraciones, aunque su control y la vigilancia es responsabilidad del organismo de cuenca. Según la CHD, las soluciones en este ámbito concreto pasan por una mayor capacidad de control, vigilancia y sanción de los casi 6.000 vertidos autorizados en toda la cuenca del Duero, algo que, sin embargo, desde la entidad de cuenca reconocen que no será posible mientras no se incremente “sustancialmente” el personal del que dispone la entidad.

Contaminación difusa

Mención aparte requiere la contaminación difusa, que es aquella generada de forma indirecta por actividades como la agraria, y para la que la CHD reclama “un incremento en las medidas de control, inspección y sanción” por parte de la Junta, que en este caso es el organismo competente, así como la designación de las zonas vulnerables, donde es obligatorio el desarrollo de prácticas agrarias sostenibles que permitan luchar contra la contaminación, especialmente por nitratos.

Desde la CHD se reconoce que a día de hoy, podría aludirse a la presión agraria como “la más extendida e importante” en la cuenca del Duero, ya que esta actividad genera contaminación difusa en las aguas subterráneas mediante infiltración, y en las aguas superficiales, por escorrentía. De cualquiera de estas maneras, la agricultura deposita en el agua sustancias contaminantes como los nutrientes, en especial los nitratos de los abonos, así como otras sustancias como los plaguicidas, utilizados en la lucha contra las plagas de insectos, las malas hierbas y los hongos.

Las grandes zonas regables, aunque también algunas extensiones de secano, son las que cuentan con las masas más dañadas por la actividad agraria. Sin embargo, desde la CHD se incide en la importancia que tiene la formación a las personas que trabajan en el sector primario sobre las necesidades “reales” que tienen los cultivos de recibir tanto abonos como plaguicidas, reduciendo paulatinamente las dosis aplicadas para que el exceso que no absorbe la planta, sea “el menor posible”.

Buena depuración

De cualquier forma, la Confederación Hidrográfica del Duero tilda la calidad del agua en la cuenca del Duero como “buena”, teniendo en cuenta que es un espacio que tiene unas aportaciones de caudal “considerable”, baja densidad de población y baja actividad económica, lo que supone un “bajo” grado de presión sobre las masas de agua.

Y aunque hay muchos núcleos de población que no tienen una depuración “adecuada”, la mayoría de ellos, así como las grandes industrias, depuran “adecuadamente” sus aguas residuales, lo que supone “una mejora sustancial” en relación con la situación existente hace dos o tres décadas, a pesar de los “problemas puntuales” existentes.

Concienciación

La concienciación ciudadana tiene una gran importancia, pero también la de las instituciones, porque según la CHD, los ayuntamientos “no otorgan la importancia adecuada al saneamiento y depuración de sus aguas residuales”, además de que generalmente se invierte en servicios que resultan “más visibles” para el ciudadano, lo que en más de una ocasión ha obligado al organismo de cuenca a recurrir al régimen sancionador establecido en la Ley de Aguas.

En el mundo agrario, la aplicación de fertilizantes y plaguicidas suele ser “excesiva”, unas costumbres tradicionales que “deben cambiar” en defensa del medio ambiente, que tan solo podrá conseguirse “si cada uno de nosotros actuamos de forma responsable”.