Socorristas de fuego

Nuria Zaragoza
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Desde el Centro Provincial de Mando (CPM), en la última planta de la Delegación Territorial, se controla el operativo de incendios en tiempo real y a través de un amplio dispositivo de cámaras y torres de vigilancia

Socorristas de fuego - Foto: Javier Ródenas Pipó

Pantallas y un gran mapa de Soria. Son parte de los elementos principales del Centro Provincial de Mando (CPM), la sala de operaciones desde donde se controla, en tiempo real, el operativo de vigilancia, prevención y extinción de incendios forestales en la provincia. Es época de riesgo alto y no se puede bajar la guardia. Pero ¿cómo funciona el operativo? ¿Quién y cómo se integra? ¿Cuándo salta la alarma y cómo se decide intervenir?

Torres de vigilancia, cámaras, agentes medioambientales, cuadrillas terrestres, helicópteros, motobombas, maquinaria... están desplegados por toda la provincia para plantar cara al fuego. El objetivo, prevenir para que no se propaguen las llamas. Porque una intervención a tiempo puede evitar un desastre natural. Lo saben bien en elServicio Territorial de Medio Ambiente. «Trabajamos la prevención desde dos visiones: detección precoz del incendio, y prevención a lo largo del invierno» con «trabajos de selvicultura (limpiezas, podas, entresacas...)» para que «los montes estén lo más limpios posible y, en caso de incendio, no haya continuidad vertical ni horizontal y se propague lo más lentamente posible», apunta el jefe del servicio, José Antonio Lucas.  

cpm, el centro neurálgico. El  año pasado, el mejor del siglo en materia de incendios forestales, se registraron cerca de 40 siniestros (conatos e incendios) en Soria. Un año antes, superaron el centenar con cerca de 150 hectáreas arrasadas. 

Para poder combatir este tipo de siniestros, la Junta establece un operativo que dimensiona «en función del riesgo», es decir, en función de la época del año. Ahora nos encontramos en el nivel máximo de riesgo y, por lo tanto, todos los medios están activos. El (CPM) es el centro neurálgico desde donde se controla todo este operativo. «Todos los medios disponibles (motobombas, cuadrillas...) llevan instalados localizadores» y es desde el CPM desde donde se lleva su «seguimiento»:ubicación, movimientos... Además, en el centro provincial hay «otras aplicaciones que nos permiten ver la previsión meteorológica, hacer una simulación del avance del incendio...». Y, también, unas «bases de datos por coordenadas UTM [sistema de coordenadas universal] en GPS que nos permiten localizar puntos de agua, zonas de carga de motobombas, helipistas, pistas de aterrizaje…», explica Lucas. Esta información es básica ya que, recuerda, «el operativo es regional», lo que supone que, si se desplazan medios de otras provincias a colaborar, pueden disponer de toda la información necesaria al instante a través de esta codificación en GPS. 

Desde el CPM se controla también todo el sistema de vigilancia por cámaras; y en eso en Soria vamos un paso por delante. Un total de 19 cámaras térmicas automáticas, dos domo (como las de la calle, bancos...) y una de detección de humos automática integran este sistema. 

Las 19 cámaras térmicas tienen un rango de detección automática de incendios de ocho kilómetros y ofrecen la información en tiempo real (a través de 23 repetidores que hay repartidos por la provincia). Cuando hay un foco de calor, salta la alarma y, a partir de ahí, el técnico puede controlarla manualmente para determinar el punto exacto (coordenadas X y Z). 

A estas cámaras térmicas se suman dos «tipo domo», que ofrecen una «visual a 20-30 kilómetros». Estas «no tienen detección automática», si bien ofrecen una imagen en tiempo real de la zona, lo que «permite hacer un seguimiento del incendio».

El tercer sistema es una cámara instalada en Pajarejos «capaz de detectar el humo de un incendio a larga distancia (hasta 43 kilómetros)», destaca el máximo responsable de Medio Ambiente en Soria. «Por un contraste de grises en el horizonte, detecta un movimiento y salta la alarma». 

a vista de pájaro. A este sistema de cámaras se suma también la vigilancia con medios personales a través de torres ubicadas en puntos estratégicos. Soria es la provincia con mayor número de torres, 33 en total tras incorporar este año Deza y Tera.De estas, además, cuatro son de horario nocturno. 

«Cuando el personal que hay en la torre detecta un incendio, dispone de un aparato que se llama alidada que ofrece los grados desde donde ve el incendio. Es como un transportador de ángulos», especifica Lucas. En la oficina «se traslada esa información de la torre al mapa para obtener la visual». Eso sí, avisa Lucas, para poder ubicar con exactitud el conato «tienen que verlo al menos dos torres de vigilancia», lo que permitirá dar el corte de las dos visuales. Cuando son incendios de cierta envergadura, se suelen ver hasta desde tres torres de vigilancia, señala.

medios terrestres. Una vez se ha desencadenado el fuego, actuar con rapidez en su extinción es básico. La provincia está dotada con doce motobombas de la Junta, a las que se suman dos de reserva «por si alguna de estas se estropea». Son los denominados Charlies. Además, como novedad de los últimos dos años, se han sumado «dos motobombas nocturnas» que cubren el horario de noche. «Es menos propicio, pero se trata de tener medios», justifica Lucas.

A estas se suman cinco conveniadas con los parques de la Diputación en Ágreda, Ólvega, Almazán, El Burgo y San Esteban, y cinco convenios con entidades locales en San Leonardo de Yagüe y la Mancomunidad del Río Izana, que están operativas todo el año; y Duruelo, la Mancomunidad de Pinares -Cabrejas del Pinar- y Arcos de Jalón, que están en la época de peligro alto. 

El operativa cuenta también con cuadrillas terrestres (retenes). Son los Romeos. Son doce cuadrillas en la provincia. «Algunas están trabajando todo el año, otras diez meses, nueve, seis y, las que menos, cuatro meses». 

por aire. Combatir las llamas a veces exige la utilización de medios aéreos. La Junta dispone de la brigada helitransportada de Garray, un helicóptero dotado con una cuadrilla de cuatro personas y un capataz. El helicóptero traslada a la cuadrilla a trabajar en el incendio. Mientras, echa agua (unos 900 litros) para sofocar y refrescar. Además, en Soria contamos con la BRIFde Lubia, la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales, dependientes en este caso del MAPAMA. Se trata de dos helicópteros. Cada uno de ellos lleva una cuadrilla de ocho personas (siete operarios y un capataz) y, además, hay un técnico «que coordina los dos helicópteros», ya que «a todos los incendios van juntos», explica Lucas. «Es del Estado pero está integrado en el operativo de Soria porque toda la provincia está dentro del radio de acción inmediata, que son los 50 kilómetros desde la base. Cualquier incendio que hay en la provincia, con llamar, salen automáticamente», apunta. Eso sí, matiza, «si ocurriera fuera de esos 50 kilómetros, es preciso tener la autorización del Ministerio a través de nuestro Centro Autonómico de Mando (CAM), que gestiona la utilización de medios aéreos fuera de la provincia». 

A estos medios aéreos, uno de la Junta y dos del Estado, se suman dos retenes de maquinaria pesada, los llamados Delta en el argot profesional. Son dos bulldozer que «pueden hacer cortafuegos o perimetrar un incendio (para evitar una propagación se rodea con una franja lo más amplia posible, lo que evita que haya saltos)». De estos,«uno está de guardia siempre, cargado en una góndola. Una segunda máquina está permanentemente trabajando en los montes (haciendo limpiezas in situ). Cuando hay un conato, primero, se llamaría a la Delta que hay cargada. Cuando la deja en el incendio, va a buscar a la otra donde esté», explica. 

cómo se mueven los medios. Que exista este operativo en Soria no significa que tenga que salir en bloque en cualquier conato. La «forma de mover los medios depende del nivel focal, del nivel de peligrosidad», indica Lucas, quien insiste en que «no hay un criterio único».  

Hay cuatro niveles focales y, en cada uno de ellos, la dirección del incendio recae en unas manos. El nivel cero es un «incendio de poca entidad» que «se puede solucionar con los medios que hay en la provincia». «Con que acuda un agente medioambiental, o los más cercanos, lo apagan», explica el jefe de servicio. 

El nivel uno se declara «si el incendio lleva más de doce horas funcionando» o si «se han quemado más de 30 hectáreas arboladas» o si «puede haber riesgo por proximidad a alguna población o núcleo habitado». En este caso, «sale automáticamente un técnico desde el Servicio Territorial al campo para coordinar las tareas de extinción», que se dirigen desde una «carpa de color amarillo», el denominado Puesto de Mando Avanzado (PMA).

«Cuando utilizas medios no asignados dentro de tu entorno próximo de la provincia o bien cuando hay ya situaciones de emergencia (evacuaciones de personas por proximidad a núcleos urbanos, cortes de carreteras, cortes de vías férreas o de otro tipo de vías de comunicación o afecta a instalaciones singulares), o cuando hay simultaneidad de varios incendios de nivel uno», se declara el nivel dos. El operativo ya no se controla en campo con el apoyo del CPM de Soria como en el nivel uno, sino que, «por parte del delegado, que es quien declara el nivel dos, se coordina un CECOPI (Centro de Coordinación Operativa Integrada) donde están representados todos los organismos que pueden tener competencias en el incendio. Subdelegación del Gobierno con la Guardia Civil, Protección Civil, Cruz Roja, Sanidad, Cultura (por si hay afección a bienes patrimoniales), Diputación…». 

El nivel tres es el «de interés nacional», cuando afecta a varias Comunidades. Afortunadamente, nunca se ha declarado en España.