Milagros y Veridiano conviven con el párkinson desde hace más de 20 años. Cuando recibieron el diagnóstico los síntomas de la enfermedad todavía eran muy leves aunque supuso un antes y un después en sus vidas. Poco a poco Veridiano fue empeorando, ahora la enfermedad es más difícil de afrontar. No sólo para él sino también para su mujer, Milagros cuida de él día y noche y asegura que no hay suficiente apoyo para las familias que sufren su situación. Su único respiro es el centro de Parkinson de Soria, en el que Veridiano pasa parte de la mañana. En él realiza ejercicios y terapias que le ayudan a frenar el avance la enfermedad y lo que es más importante les ayudan también a nivel psicológico. Un apoyo para los enfermos y también para sus familias que les ayuda a hacer un poco más llevadera la enfermedad gracias al respaldo de sus profesionales. Desde Parkinson Soria trabajan también por llegar a la provincia, pero precisan de respaldo económico para poder llegar a todas las personas que lo necesitan