La huella de Handke en Soria

Ana Pilar Latorre
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Los autores Juan Largo y Antonio Ruiz Vega recuerdan su relación con el Premio Nobel de Literatura

La huella de Handke en Soria

El escritor Peter Handke, premio Nobel de Literatura 2019, vuelve a estar de moda y los lectores de Soria vuelven a mostrar interés por sus obras. César Millán, de la Librería Las Heras, confirma un aumento de ventas durante la última semana. De Ensayo sobre el jukebox, el libro que escribió en Soria en 1989, se han vendido todos los ejemplares y se han tenido que encargar más y hacer una lista de reserva. También está siendo muy solicitada la novela La noche del Morava, donde se menciona a Soria. Según Millán, «con la concesión de premios se nos recuerda lo que hay que leer». Mientras que el perfil del lector de Handke era antes más concreto, ahora es más variado, y destaca la curiosidad por el hecho de que un autor austríaco viniera y escribiera sobre Soria. «Lo hemos tenido siempre en la sección soriana porque es un libro curioso», apunta.

La conexión de Handke con Soria también la comprobamos a través de los autores locales Juan Largo y Antonio Ruiz Vega. En 1989 Largo, que había leído ya muchos de sus libros, lo reconoció paseando por el Collado,  «con esa mirada especial, curiosa y un poco tímida, adaptándose al medio». Le impresionó tanto que se lo comentó a su amigo Ruiz Vega y ambos llamaron a distintos hoteles de la ciudad para poder contactar con él. Lo localizaron en el Parador, aunque iba cambiando de uno a otro, «porque era muy inquieto y no se adaptaba a ningún sitio fijo. Fue un rebelde, una especie de hippy». La relación entre Peter Handke, de la corriente de escritores centroeuropeos Nueva subjetividad, y Juan Largo fue «primero de lector a escritor, después de alumno a maestro y más tarde de autor a autor». 

Juan Largo piensa que Juan Lagunas, uno de los personajes de La noche del Morava, podría estar inspirado en él: «Me tipifica, dice barbaridades y no barbaridades. No me molesta porque es ficción, no es algo realista…». «También incluye en su libro un congreso contra el ruido que se celebra en Numancia», comenta reflexionando sobre los problemas de muchas personas con el ruido. Y señala que Handke «habló de Numancia no por la derrota ni buscando morbo, desde lo trágico y lo patético, sino de la Nueva Numancia». Y sobre el jukebox del ensayo, máquina de la que ofrece amplia información en su ensayo, «era algo en torno a lo que se reunían los trabajadores y jóvenes sorianos por aquella época, de relación social».

dos estancias. El escritor distingue entre sus dos estancias en Soria: en 1989 vino «Camino Soria, como la canción, buscando la soledad castellana, pasar desapercibido... para escribir el Ensayo sobre el jukebox»; y la visita de 2001 fue para hacer una grabación para televisión. El Lázaro, la Alegría del puente y el Casino eran paradas habituales del autos austríaco, que también se aficionó al Numancia y acudía a sus partidos en Los Pajaritos. Pero ha visitado Soria en más ocasiones, con Javier Marías, Julio Llamazares y Avelino Hernández.

De su obra le gustaba «su estilo íntimo, a veces lírico, su prosa rara… Era novedad para la literatura europea, con temas poco convencionales y esquinados. Era un poco snob pero elegante y asequible» y destaca títulos como La doctrina del Sainte-Victoire, La tarde de un escritor, Insultos al público o El miedo del portero ante el penalty. Con la concesión del Nobel, Largo dice que «su obra se va a leer más» y que «podrá estar contento y escribir con más libertad». Sobre su polémico apoyo al régimen serbio de Milosevic y su boicot, dice  que «se fue un poco. Salió despistado de su retiro y no se encontró con la vida real». Recordar que Largo publicará en  breve el libro de humor Gallina Negra Klo-GG-115. 

Por su parte, Antonio Ruiz Vega cree que al austríaco le atrajo de Soria el arte Románico, «porque le gustaba mucho Santo Domingo y se pasaba allí las horas». «Buscaba alejarse de los lugares más emblemáticos, como Madrid, Toledo, Segovia, Pamplona, Burgos… Buscaba lo más marginal y descubrir algo, el encanto que tenía Soria, no por referencias literarias, como Machado o Bécquer», añade.