Un total de 1.934 alumnos sorianos padece alguna alergia

Ana I. Pérez Marina
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Según el primer censo elaborado por la Consejería de Educación en 48 centros encuestados

Un total de 1.934 alumnos sorianos padece alguna alergia - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Un total de 1.934 alumnos matriculados en la provincia de Soria padece algún tipo de alergia, según el primer censo elaborado por la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León. Se trata del 15,68% del total del alumnado entre los tres y los 18 años de las etapas educativas de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. La encuesta fue realizada en 48 centros de Soria  en la pasada primavera, tal y como indican desde la Delegación Territorial de la Junta.

La elaboración de este censo, a partir de la información recabada  de los datos que aportan las familias de los estudiantes, atiende a las medidas incluidas en el II Plan de Atención a la Diversidad en la Educación de Castilla y León (2017-2022) con el fin de mejorar la seguridad en los centros educativos de cara al alumnado escolarizado.

Por tipos de alergia, la mayoría corresponden a afecciones ambientales (854 alumnos), mientras que las alimenticias (564) ocupan el segundo lugar. Además, las familias de 287 escolares han señalado alergias animales, 124 a medicamentos y 61 a materiales, a los que hay que añadir 44 más sin especificar.

nueva guía. Además del censo, los centros disponen de una nueva guía de actuación para proporcionar orientaciones y estrategias de actuación al equipo educativo, que sirvan de herramienta ante situaciones de alergia, permitan dar una respuesta individualizada y fomenten una convivencia segura y saludable.

Los pasos generales a seguir ante una reacción alérgica son: identificar los síntomas; no dejar solo al menor; alejar el alérgeno; inyectar adrenalina; solicitar ayuda al servicio de emergencia (112); colocar al menor una posición adecuada; y avisar a los padres.

Jonatan Vicente, alergólogo del hospital Santa Bárbara de Soria, pone el acento en   que el hecho de que casi un 16% del alumnado haya declarado algún tipo de alergia o intolerancia es «un porcentaje de población importante», que probablemente será mayor, ya que considera que en el apartado de alergias ambientales los padres habrán dejado constancia de aquellos casos que necesitan «medicación de rescate» como inhaladores o fármacos con corticoides. «Probablemente, los que tengan síntomas leves, como picor de nariz o estornudos en primavera, no lo reseñen», señala. 

Y es que alrededor del 25% de la población padece algún tipo de alergia y de los 1.300 pacientes que este especialista vio en su consulta el pasado año, medio millar fueron menores de entre tres y 18 años, a los que habría que sumar los que se atienden en Pediatría.

«No obstante, un 16% es un nivel muy alto, indica que es una enfermedad muy prevalente. En el caso de las alergias alimentarias hay que saber lo que comen los alumnos, no tanto el alimento que les produce reacción, sino otros que lo llevan oculto. Unas patatas fritas puede llevar frutos secos y el pan de molde, leche, por ejemplo», aclara.

En el Guía del Alumnado Alérgico figura una tabla con los principales alérgenos, así como los alimentos que los contienen, al igual que en el caso de los medicamentos se específica que la penicilina está en antibióticos y betalactámicos, y el ibuprofeno en antiinflamatorios y antitérmicos.

También hay un listado de animales cuyo pelo , plumas y veneno (abejas y avispas) provoca alergias, y una relación de aquellos materiales que contienen látex de caucho natural. En cuanto a las alergias ambientales  se señalan como alérgenos el sol (rayos UVA y UVB); el polen (abedul, olivo, gramíneas y herbáceas); los ácaros (alfombras, tapizados, peluches, cojines...); y hongos (hojas caídas, troncos podridos, campos de pasto, mohos de alimentos, etcétera).